El mando europeo lo tiene el Betis (0-2)
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Los heliopolitanos son más eficaces que un Sevilla que se desfonda con el transcurrir de los minutos. Adán fue el gran protagonista del primer periodo. Calderón le gana la partida a Emery en todas las fases del juego.
Sonrisa de oreja a oreja para los seguidores de la fe balompédica radicada en Heliópolis. El Betis se impuso con claridad en el primer derbi de la historia en competiciones europeas al Sevilla en un partido que se decidió, en buena parte, por la diferencia a la hora de definir ante el gol a favor de los visitantes. Los verdiblancos materializaron dos de las cuatro ocasiones clarísimas que tuvieron, mientras que los blancos se quedaron a cero a pesar de disponer de no menos de ocho oportunidades nítidas. Claro que los guardametas también están para parar los balones que llegan hasta ellos y eso fue precisamente lo que hizo Adán, tapiar su portería durante toda la primera mitad. Después, ya en el ajedrez que montan los entrenadores tras el intermedio, Gabriel Humberto Calderón se convirtió en un Gran Maestro al lado de un Unai Emery que empeoraba a los suyos con cada cosa que tocaba.
El resultado, lo único que vale en el fútbol, pues lo demás pertenece al reino del bla, bla, bla, se concreta en dos goles de ventaja para el Betis en este primer partido de la eliminatoria y encima en campo ajeno. Está claro que aún queda un episodio más y que nada puede ser descartado en el fútbol, pero las apuestas seguro que pagan infinitamente más caro desde ayer a las once de la noche la clasificación del Sevilla que la del Betis. Ese tanteo que colocaba el turco Cakir en el acta sólo puede llevar a una primera conclusión: que el Betis fue mejor que el Sevilla y por eso ganó.
Pero el análisis de un partido no se puede quedar sólo en la conclusión final, también conviene ir desgranándolo por fases. Para empezar, en las alineaciones iniciales apenas se producirán sorpresas si se exceptúa la presencia del joven Caro en el lateral derecho del Betis. Esa apuesta de partida de Calderón tendrá mucha incidencia, además, por lo que supuso en ataque, ya que Juanfran se convertía en el interior derecho y por ahí le iba a ganar con claridad la partida al lateral sevillista Alberto. Suyo fue el excelente centro del primer gol.
Emery, mientras, apelaba al sistema de juego que mejores resultados le ha proporcionado a lo largo del curso, insistía en la pareja de medios centro compuesta por Iborra y Cristóforo para que Rakitic estuviera más cerca de Bacca. Seguro que habrá quien critique ese planteamiento, pero el Sevilla fue mucho mejor con él que cuando se produjo el cambio de Gameiro por Cristóforo para pasar a atacar con dos delanteros. Las cifras no engañan, antes del intermedio el Sevilla había llegado no menos de media docena de veces con opción clara de gol y después todo se limitaría a un par de oportunidades a cargo del propio Gameiro, una de ellas en un cabezazo a centro de Marko Marin con la portería vacía incluso.
Es por ello que es fácil aseverar que en el ajedrez que es un partido de fútbol para los entrenadores Calderón movió mucho mejor sus piezas. Hasta se permitió el argentino sacar del campo a su gran estrella, Rubén Castro, en una permuta teóricamente impopular, pero que se saldaría posteriormente con el gol, el segundo, que materializaba el hombre que entraba en el campo, Salva Sevilla. El Betis fue mucho mejor, por tanto, con los hombres de refresco, todo lo contrario que el Sevilla con las decisiones que iba adoptando Emery.
El Sevilla no mandaba en el marcador en el descanso, pero sí había sido muy superior en lo referente a las ocasiones de gol. A pesar de que el Betis conseguía su propósito de impedir que le llegaran muchos balones a Rakitic, la estrella sevillista sí entró en contacto con los suficientes como para habilitar tanto a Bacca como a los hombres que se sumaban desde atrás. Así el colombiano ya pudo marcar antes de los diez segundos de juego, cuando se plantó delante de Adán, pero el guardameta verdiblanco iba a comenzar su exhibición desde ese instante e impedía que el arranque del partido fuera similar al de los últimos derbis disputados.
Otra vez tendría una oportunidad el Sevilla sobre el cuarto de hora, aunque ya se veía que el Betis había salido al campo con valentía, con ganas de apretar muy arriba y sin ningún síntoma de acobardarse. Justo después de esa doble opción de Bacca y Reyes, una pelota recuperada por Reyes en la presión era dirigida hacia la banda de Juanfran, centro perfecto de éste, plano y tenso, y Leo Baptistao se adelanta a Fazio para conectar un testarazo perfecto.
El Betis no sólo había sabido salir indemne del primer arreón local, sino que también tenía ventaja en el marcador desde bien pronto. A partir de ahí nada iba a cambiar hasta que Emery le metió la ansiedad a los suyos con esos cambios precipitados. El buen posicionamiento de los visitantes era claro, pero sus debilidades en defensa no desaparecen y, con un paréntesis de un paradón de Beto a Cedrick, Bacca y compañía lo tuvieron muy fácil para llegar con ventaja hasta Adán. Después de los intentos del colombiano, Alberto, Vitolo y Fazio, la exhibición del guardameta bético tendría su colofón en el disparo cruzado que le sacó a Reyes antes del descanso.
El Betis iba arriba en el marcador y eso condujo a Emery a deshacer todo el planteamiento inicial. Lateral por lateral y delantero por medio centro defensivo. A partir de ahí, el Sevilla era teóricamente más ofensivo, pero quien ya tendría más opciones en ataque sería un Betis que pudo sentenciar a través de Leo Baptistao en una jugada fruto de la desprotección local. No fue ahí, pudo empatar Gameiro, pero sí finiquitó el Betis a través de Salva Sevilla. Primer asalto con un resultado claro para los béticos en este derbi histórico. La clasificación está en sus manos por mucho que resten noventa minutos por disputar. Cero a dos, el mando en Europa lo tiene el Betis.
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