La Madrugada se rompe al amanecer

Madrugada

Épica macarena regresando a su basílica tras resguardarse en el Salvador y La Anunciación. Los Gitanos se quedó en Laraña y la Esperanza de Triana en la Catedral y volverán este sábado por la mañana a sus templos.

Juan Parejo / J.o. / Vídeo: Ainhoa Ulla, Sevilla

29 de marzo 2013 - 02:09

La Madrugada sevillana se rompió de repente. Apenas pasadas las siete de la mañana descargó sobre el centro un fuerte aguacero que sorprendió a todas las cofradías en la calle salvo el Silencio.

A saber: el Gran Poder ya había entrado tras acelerar su recorrido de vuelta, pero no el palio del Mayor Dolor y Traspaso. La Macarena buscó refugio en el Salvador y el Sentencia en la Anunciación, al igual que los Gitanos. Nuestro Padre Jesús de la Salud, a punto de alcanzar la clara del día, se disponía a entrar en Campana cuando descargó el agua. La Esperanza de Triana, cuyo palio se mojó en los Palcos, se cobijó en la Catedral. El Calvario no tuvo más opción que agilizar su regreso a la Magdalena.

La Macarena completa su estación de penitencia

Épico, emocionante, sobrecogedor, tenso, vibrante. Apoteósico. La Hermandad de la Macarena se la ha jugado y le ha salido bien. Después del chubasco que partió en dos la cofradía, el cabildo de oficiales decidió aprovechar un claro para regresar a la basílica. Pocos minutos antes de las diez de la mañana salía el cortejo del paso del Señor de la Sentencia desde su refugio de la Anunciación. A esa misma hora la Esperanza bajaba por la rampa del Salvador. Los dos grandes tramos se encontraron en la esquina de la calle Orfila y desde ahí caminaron juntos hasta llegar a la basílica.

Martín Villa, Amor de Dios, Alameda, Correduría, Feria, Resolana. Un recorrido que se ha completado en apenas una hora y cuarto. A las 11:15 estaba la Virgen cobijada ya bajo el pórtico del atrio. El regreso ha sido muy rápido. Con grandes chicotás. Pero no por ello se han perdido ni la clase ni las formas. El Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza se han paseado con una elegancia sublime. El Señor con un capote verde sobre la túnica de terciopelo. La Virgen con el manto de tisú, que este año ha sido reestrenado, cubierto con un plástico.

Enorme el esfuerzo de los costaleros, de los capataces, de los nazarenos, de los acólitos, de los auxiliares, de los Armaos, de la Centuria, del Carmen de Salteras. Hasta del público que la ha llevado en volandas durante todo el recorrido y que se iba incorporando detrás del paso de la Esperanza. No importa que el cortejo fuera descompuesto, que faltaran insignias, que fuera desordenado. Ya habrá tiempo para hacer un análisis más concienzudo. Lo de esta mañana ha sido simplemente épico. Es la grandeza de esta hermandad.

Salida del Gran Poder

Los dos pasos han vuelto a la basílica sin recrearse pero con un gusto exquisito y un andar encomiable. La banda del Carmen de Salteras atacaba una marcha tras otra. En apenas tres chicotás la Virgen se ha comido la calle Feria. Delante del paso se vibraba, aunque también había mucha tensión por llegar cuanto antes al templo.

Una vez la Virgen ha estado resguarda en su atrio, se quebraban todas las palabras. Las lágrimas han brotado sin cesar. Sólo ahí se ha recreado la Virgen. Ya estaba en casa. Se lo debía a los devotos y a todos sus hermanos. Pasa la Macarena, Coronación de la Macarena. Los cuerpos se vuelven. A Santiago le tiembla la voz. Dos saetas y entrada con Esperanza Macarena. Mirando a su gente. A las 11:30 había terminado todo. Había que estar allí y vivirlo. Ha sido un regreso épico y apoteósico. Todo bajo un cielo gris cada vez más amenazante. La hermandad se la jugó y le ha salido bien. Justo cuando la Esperanza entró en la basílica empezó a llover con fuerza. Es lo que algunos llaman suerte. Otros lo llaman las cosas de la Virgen.

La Macarena por Trajano

La lluvia que sorprendió a las hermandades a las siete de la mañana desbarató por completo la Madrugada. Las menos perjudicadas han sido las de negro. El Silencio ya se había recogido. El Calvario se dirigía a la Magdalena. El Gran Poder ya había comenzado a recogerse en San Lorenzo. Las dos corporaciones no se descompusieron y se recogieron con normalidad.

A la Esperanza de Triana le sorprendió el agua con la Virgen por los palcos. Se recogió en la Catedral y decidió suspender la estación de penitencia. Los Gitanos estaba en plena carrera oficial. El Señor de la Salud entraba en Campana y se decidió seguir hasta la Anunciación. Los nazarenos volvieron sobre sus pasos para dirigirse a la facultad de Bellas Artes. La Virgen de las Angustias siguió los pasos del Señor de la Salud. La hermandad también decidió suspender la estación de penitencia.

Las dos hermandades han decidido, junto con el Consejo y el Cecop, que regresan a sus templos a primera hora de la mañana de este Sábado Santo. La Esperanza de Triana iniciará el traslado de sus titulares desde la Catedral a las 10:30 y Los Gitanos a las 11:00, ambos por el camino más corto y sin música.

La Esperanza de Triana por Rioja

Las previsiones meteorológicas no eran del todo buenas y empeoraron durante la noche, aumentando el riesgo de lluvia. A las lluvias del amanecer se pueden suceder chubascos débiles durante el resto de la mañana. Con este pronóstico ya el Gran Poder anunció un recorte en su recorrido de vuelta en tiempo para ganar una hora y entrar a las siete de la mañana. Así, la Madrugada vino marcada por la agilidad de las hermandades y un notable ajuste de horarios.

La Macarena, justo antes del aguacero, ya había anunciado que recortaría su recorrido de vuelta para que el palio pudiera entrar a las 11:30, de manera que no pasaría por Parras y seguiría Feria hasta el final enfilando directamente Resolana. La lluvia trastocó sus planes cortando la cofradía entre Anunciación y Salvador.

La Madrugada y el Jueves Santo han cohabitado más que nunca, puesto que mientras la cruz de guía del Silencio culminaba su paso por Sierpes se disponía a entrar el palio de Pasión, a las dos menos diez de la mañana. Montesión aún no había entrado cuando el palio de la Macarena salió de su Basílica a las dos menos cuarto.

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