Isabel Pantoja pasa su primera noche en prisión junto a una interna de confianza
La cantante ingresó a primera hora de ayer en la cárcel de mujeres de Alcalá para cumplir la condena de dos años por blanqueo En sus primeras horas se ha mostrado cabizbaja y callada
La cantante Isabel Pantoja ha pasado su primera noche en prisión acompañada por una interna de confianza. Se trata del habitual Protocolo de Prevención de Suicidios (PPS) que Instituciones Penitenciarias aplica a los nuevos reclusos y que hace que estén acompañados las 24 horas del día por otro recluso. La tonadillera ingresó ayer voluntariamente en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) sin agotar el plazo de 72 horas que le había dado la Audiencia de Málaga para que comenzara a cumplir su condena de dos años de cárcel por blanqueo de capitales.
La folclórica llegó a la prisión unos minutos antes de las ocho de la mañana, en un coche en el que le acompañaban su hermano Agustín y el chófer. La dirección de la cárcel permitió que el vehículo de la tonadillera accediera hasta la zona de aparcamientos de los funcionarios, para tratar de preservar su entrada en el recinto penitenciario, dada la enorme expectación mediática que ha generado su encarcelamiento, por lo que la Policía y la Guardia Civil habían desplegado un amplio dispositivo a las puertas de la prisión que incluía la colocación de vallas de protección.
A pesar de estas medidas de protección, los reporteros gráficos pudieron captar el semblante serio de la cantante, que iba sentada en la parte de atrás del vehículo, y que ocultaba su rostro con unas gafas de sol oscuras. A continuación, Isabel Pantoja, que vestía un pantalón vaquero, llevaba un abrigo oscuro y un gran bolso, recorrió a pie los últimos metros que la separaban desde el control de acceso al interior del recinto, acompañada por dos funcionarias de la prisión. Poco después, su hermano Agustín abandonaba entre lágrimas la cárcel tras la amarga despedida.
A partir de ese momento, la tonadillera se sometió a los trámites habituales de toma de huellas dactilares, fotografía, ficha, cacheo y el oportuno examen médico. Isabel Pantoja se mostró en todo momento "cabizbaja, callada y respondiendo de forma escueta" a las distintas preguntas que le plantearon los funcionarios, según confirmaron fuentes próximas al centro penitenciario, que explicaron que esta actitud es la normal entre los nuevos internos ante el desconcierto inicial que implica una medida tan severa como la privación de libertad.
La nueva reclusa se encuentra en el módulo de ingresos, aunque en la misma tarde de ayer o el próximo lunes podría ser trasladada a uno de los denominados módulos de respeto de esta prisión, donde las reclusas asumen unas normas de convivencia muy concretas, entre las que se encuentran, por ejemplo, el cuidado de las zonas comunes o la organización de actividades.
En este módulo, Isabel Pantoja estará junto a personas que carecen de un perfil problemático, desde el punto de vista penitenciario, aunque no hay que olvidar que en esta cárcel también hay alguna interna condenada por delitos de asesinato.
La prisión de mujeres de Alcalá es una cárcel pequeña, donde hay una media de 140 mujeres internas, por lo que se trata de un centro que puede calificarse de tranquilo, "donde todo se sabe, para lo bueno y para lo malo", añadieron las fuentes consultadas.
En sus primeras horas en el centro, la artista debe someterse al menos a cuatro entrevistas con distintos funcionarios de la cárcel, en concreto, con un educador, un trabajador social, un psicólogo y un jurista, quienes según el Reglamento Penitenciario deben completar un perfil de la acusada desde sus distintas perspectivas profesionales.
Durante las primeras semanas, Isabel Pantoja estará acompañada en todo momento por la reclusa de confianza, que la ayudará a adaptarse a su nueva vida entre rejas y le informará de las distintas normas que debe respetar a partir de ahora y durante el tiempo que dure su estancia en esta prisión.
A Isabel Pantoja le entregaron ayer un kit con objetos para su higiene personal y se le permitió además realizar una primera llamada gratuita, para que se comunique con su familia o su abogado. La nueva interna también tiene que facilitar a los servicios administrativos de la cárcel dos listas con los familiares y amigos con los que quiere contactar telefónicamente y a los que autoriza a visitarla en prisión.
Como cualquier interna, la tonadillera podrá realizar un máximo de diez llamadas telefónicas a la semana y con una duración máxima cada una de cinco minutos. Para ello, la interna puede comprar una tarjeta telefónica, pero sólo podrá llamar a las personas que están registradas y cuyos teléfonos se encuentran en el listado entregado a la prisión. El sistema informático impide realizar una llamada a un teléfono que no esté registrado.
En cuanto al dinero que Isabel Pantoja podrá disponer para la compra de esta tarjetas y la adquisición de productos -tanto alimentarios como de otra índole- que se venden en el economato de la prisión, la tonadillera podrá disponer de un máximo de 80 euros a la semana. A su llegada ayer a la cárcel, la nueva reclusa iba precisamente provista de cierta cantidad de dinero, según indicaron las mismas fuentes.
La cantante ingresó en prisión después de que la Audiencia de Málaga haya desestimado su recurso de súplica contra la decisión del tribunal de no suspender su ingreso en prisión, dada la gravedad de la conducta por la que fue condenada, lo que llevó a los magistrados a argumentar su ingreso en prisión por el carácter "ejemplar" de esta decisión, en la que rechazan que se trata de una medida "ejemplarizante", aunque paradójicamente y hasta ahora la inmensa mayoría de los reclusos con penas inferiores a los dos años y que reunían los requisitos legales para su suspensión no entraban en prisión.
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