Arenas acelera la renovación del PP y deja a Zoido como referente

Cambio y, sobre todo, adelanto de planes. Javier Arenas dejará de ser el presidente del PP andaluz en el congreso que su partido celebrará el próximo mes de julio con la intención de renovar su partido lo antes posible después de que en las pasadas elecciones autonómicas no lograse conseguir la mayoría absoluta necesaria para gobernar. Según el propio Arenas, que ha reflexionado en los últimos días sobre esta marcha, carecía de sentido que él siguiese figurando como referente del PP andaluz durante uno o dos años más cuando todos habían asumido, incluido él, que ya no volvería a presentarse a unas nuevas autonómicas, ya que serían las quintas. En las tres primeras, su partido quedó como segunda fuerza, y en las últimas, las del pasado 25 de marzo, ganó pero no pudo evitar el pacto entre socialistas e IU. Meses antes, había ganado por vez primera en Andalucía unas elecciones municipales y generales; se va con un buen balance general para su partido, pero le dolía la espina personal de no haberse convertido en presidente de la Junta. Arenas ha sido presidente del PP en dos períodos diferentes que suman 14 años.

Para dejar espacio al nuevo equipo, Arenas se llevará a Madrid a quien ha sido su hombre de confianza durante los últimos años, Antonio Sanz, su secretario general, que bien ocupará un puesto de relevancia en la sede del partido de la calle Génova o en la cúpula de Senado. Ambos son senadores. Durante el tránsito hasta el congreso del 13 al 15 de julio, Arenas ha "delegado" sus "competencias políticas" en el alcalde de Sevilla y vicepresidente del PP, Juan Ignacio Zoido, que pasa a convertirse en el referente del partido. Algunos han visto en este nombramiento una suerte de señalamiento de Arenas sobre Zoido como futuro presidente del PP, algo que se deberá decidir en el congreso. En principio, Zoido cuenta con la desventaja de que en el plazo de unos meses pudiera tener que dejar el puesto de parlamentario andaluz si el Tribunal Constitucional no sentencia sobre la ley de incompatibilidades que le impide compatibilizar ambos cargos. El PP se encontraría con un líder fuera del Parlamento, aunque eso ya le sucedió a Arenas entre los años 2004 y 2008. Otras de las personas a considerar en el nuevo PP es Carlos Rojas, hasta ayer alcalde de Motril, que sí se quedará, por tanto, en el Parlamento y que ahora es portavoz de su grupo en la Cámara. Algunas fuentes del PP daban por hecho que Zoido sería el próximo presidente del PP y, probablemente, el candidato a la Junta cuando se convoquen elecciones.

Arenas aseguró que no quiere inmiscuirse en el congreso del PP, aunque lo de Zoido se puede interpretar como una señal, bien para dirigir el partido o como próximo candidato en el caso de que renueve la mayoría absoluta de Sevilla en las elecciones del año 2015. Arenas también lleva al congreso a julio porque aún es un momento de unidad dentro del PP. Después de las elecciones, sólo hubo un conato en Córdoba, además de las críticas en forma de verso suelto de la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña.

Sin embargo, los planes iniciales de Arenas no eran éstos. No es que fueran, radicalmente, distintos, pero pasaban por convocar el congreso después del verano en la ciudad de Granada, y presentarse a la presidencia del PP, bien hasta que tuvieran claro cuál era su sucesor o si él era llamado por Rajoy a formar parte del Gobierno o de la alta dirección del partido. De hecho, el PP andaluz había puesto en marcha cinco comisiones para preparar una Escuela de Verano en Málaga, como prólogo a este congreso de septiembre de Granada. El PP dudaba si convocar el congreso en Málaga o Granada, y optó por esta última ciudad porque le iba a resultar más barato celebrarlo en su palacio de exposiciones.

Pero hace seis días todo cambió: Arenas llegó a la conclusión, tras tener varias conversaciones "determinantes" con algunas personas, de que no merecía la pena prolongar más un relevo que tarde o temprano llegaría. Se trató de una reflexión personal, que sólo comentó en el partido con Sanz, además de con Mariano Rajoy. "El cambio es bueno para Andalucía y el cambio también es bueno para el PP de esta tierra. Después de meditarlo mucho, he llegado a la conclusión de que presto un buen servicio a mi partido y a Andalucía", explicó Arenas por carta en una texto donde explicaba su decisión.

Ayer por la mañana, dirigentes y militantes del PP fueron acogiendo con bastante sorpresa la decisión de su líder. Otras voces del partido encontraron otra explicación: no sólo la reflexión de renovar ya el partido, sino de que es lógico que Arenas dé ese paso porque es ahora es cuando se ha comprobado que el Gobierno de Rajoy necesita en Madrid de un puntal político. Ya sea en Génova o en el Gobierno.

Sin embargo, Arenas, que reunió al comité de dirección del PP andaluz en Sevilla, se encargó de subrayar en varias ocasiones que se va a Madrid a dedicarse por completo a su vicesecretaría general de Política Autonómica del PP, y que no escalará más puestos en la sede de la calle Génova, donde la secretaria general es la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. No obstante, no son pocas las voces en el PP que solicitan que Arenas pase a ocupar un puesto de mayor relevancia, debido a que el Gobierno de Rajoy, en francos apuros por el camino de la crisis y el rescate bancario, no está siendo respaldado por una acción política desde la sede del partido. Además de De Cospedal, que está pluriempleada entre Castilla-La Mancha y la secretaría general, hay dos vicesecretarios más que no han cuajado: Carlos Floriano y Esteban González Pons. Arenas es el tercero, y estaba, hasta hoy, dedicado también a Andalucía.

Entre el giro que Rajoy ha dado a sus políticas respecto a lo que prometió durante la campaña electoral -casi una enmienda a la totalidad de su programa- y los fallos de comunicación de su Gobierno y del PP -materializados en duplicidades cuando no en claras contradicciones, como se vio durante la semana pasada con el caso de la intervención de Bruselas- , dirigentes populares de todo el país consideran que el presidente necesita al líder andaluz, bien al frente de Génova o en un cargo importante del Gobierno. Mariano Rajoy, según fuentes cercanas a Javier Arenas, no ha hablado de este asunto con él, pero todo indica que tarde o temprano Arenas pasará a ocupar un cargo en el Ejecutivo o en el partido, como coordinador general, un puesto que ya existió con anterioridad y que vendría a paliar las deficiencias de De Cospedal. Hay quien no descarta, incluso, que pueda ser el próximo secretario general del PP.

"Tiene que ser uno de los puntales de Rajoy, porque no hay nadie mejor que él en el PP", manifestó ayer mismo el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, una persona muy respetada en este partido y que expresa, en cierto sentido, la opinión de muchos. Es decir: que la marcha de Arenas obedece al convencimiento de acelerar la renovación, pero también a la necesidad de un apoyo político para Rajoy en los momentos más duros de la crisis.

Sanz se va por "coherencia" e irá a Génova o a la cúpula del Senado

El hasta ahora secretario general Antonio Sanz (lo será hasta mediados de julio) fue el encargado de dar una noticia que Arenas sólo había compartido con él en Andalucía. Sanz, que se marchará a Madrid, a Génova o a la cúpula del PP en el Senado, indicó que su no renovación forma parte de "una actitud coherente después de las medidas tomadas por mi presidente y amigo". Sanz ha sido secretario general del PP entre los años 1999 y 2004, y volvió en el año 2006 para dedicarse a este puesto de número dos hasta el congreso de julio. Su estrategia -dijo- ha sido la de "carretera y manta" en referencia a los kilómetros de carretera que hacía semanalmente para dedicarse al partido. "A partir de ahora será lo mismo, pero con mucha más distancia", señaló en la rueda de prensa de su despedida andaluza.