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Sevilla/La subasta de otoño de Isbilya concluyó este miércoles con excelentes remates en las selecciones de arte contemporáneo, que constataron el alto nivel de los lotes presentados por la firma que dirige José Muñoz. La pieza más destacada y que había sido elegida como portada del catálogo, firmada por el vanguardista francés Fernand Léger (Argentan, 1881-Gif-sur-Yvette, 1955), se vendió en su precio de salida, 18.000 euros. Un comprador al teléfono ofreció dicha cifra por este trabajo dominado por el movimiento e influido por el universo de Cézanne.
La obra de Léger, un gouache sobre papel, pertenecía a los fondos del coleccionista y galerista griego Alexander Iolas, al igual que otro de los reclamos de esta subasta, una recreación de Alejandro Magno firmada por Andy Warhol. Esta pieza protagonizó una espectacular subida, pues se ofrecía a partir de 5.000 euros y terminó rematándose en 11.000 euros. De nuevo un comprador que pujó por teléfono se hizo con esta obra en la que el padre del pop art se inspiraba en la Antigüedad clásica y en un busto de bronce helenístico.
Tampoco se quedó en el casillero de salida el lote 645, una aguada del noruego Edvard Munch, con los trazos sutiles y reconocibles del nórdico, que salía por 3.800 euros y se vendió por teléfono a otro comprador que ofreció por ella 4.600 euros.
Los artistas contemporáneos activos en Sevilla fueron asimismo protagonistas de la segunda y última sesión de la subasta de otoño de Isiblya, unas ventas que confirman la notable selección llevada a cabo por Patricia Acal, especialista en pintura contemporánea de Isbilya. De Carmen Laffón se vendió el lote 646, que salía muy económico en 380 euros y subió hasta 1.700. Pérez Aguilera también vio subir su cotización con una obra que salía por 1.800 y se remató en 2.200. De Curro González, discípulo y alumno de ambos pintores en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, se vendió por el precio de salida (1.500 euros) el lote 766, la misma cantidad que se pagó por la obra que salía a puja de Ignacio Tovar.
Otros remates importantes los lograron las obras de G. Quirico (5.000 euros) y de Bacarisas (los lotes 719 y 724 se remataron por la salida, 4.000 y 3.000 euros respectivamente) y un grabado perteneciente a la Suite Vollard de Picasso halló comprador por 1.800 euros.
Estos buenos datos compensaron el sabor agridulce de la primera jornada, cuando se lograron buenas ventas en pintura colonial y del siglo XIX pero no halló comprador la Santa Faz de Zurbarán, una pieza inédita certificada por Odile Delenda y Enrique Valdivieso que salía por un precio de 160.000 euros (lote 82) y quedó desierta. La obra se encontraba hasta ahora en una colección privada y la particularidad, como recordó la experta en pintura antigua de Isbilya, Carmen Íñiguez, es que sus propietarios la guardaban en su casa sin saber lo que tenían, ya que no habían reparado en que se trataba de un lienzo totalmente original, en el que incluso estaba la firma del genial artista extremeño.
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