El legado islámico de Sevilla y su provincia
Turismo
La guía de Patrimonio Islámico y Turismo halal en la Provincia de Sevilla recoge en sus más de 100 páginas el legado islámico de la ciudad y su provincia a través de rutas, monumentos y paisajes con el objetivo de culturizar a la población con los atractivos y valores que posee dicho patrimonio, además de la gastronomía y hábitos de vida saludables
Nos trasladamos en el tiempo a mediados del siglo XIII. Las tropas de Fernando III conquistaban Sevilla y la caída de la capital andalusí consolidó el control del valle del Guadalquivir por la Corona de Castilla, proceso que se extendió posteriormente hasta Cádiz y Huelva durante el reinado de Alfonso X. Finalizaba así el desarrollo del histórico al-Andalus, aunque su huella permaneció en las tierras andaluzas del Reino de Sevilla, puesto que el legado arquitectónico andalusí está todavía presente en la ciudad hispalense. Recintos amurallados, tramas urbanas o edificios singulares que nos llevan a recordar la historia de nuestra tierra. Además, la nueva corriente artística llamada mudéjar, que apareció a partir del siglo XIV, y el renacimiento por el gusto del andalusí –neomudéjar– de los siglos XIX y XX, prolongan y nos muestran en nuestros días la manifestación de una huella cultural imborrable en Sevilla y su provincia.
El Patrimonio Islámico de la provincia de Sevilla es el resultado de un extenso proceso cultural. Desde que la capital andaluza fuera conquistada por las tropas de Tariq Ibn Ziyad, en el 711, hasta 1248 con la mencionada caída ante las huestes de Fernando III. Sevilla fue un foco cultural, potencia económica y que en esa época adquiriría la forma y dimensiones que mantendría posteriormente hasta comienzos del siglo XIX. Pero, dentro de este extenso período, Sevilla experimentó cambios y, en definitiva, integró nuevos estilos y mezcló culturas. Todo ello ha logrado enriquecer un patrimonio que en buena medida ha llegado a nuestros días, permitiendo recorrer en la actualidad la provincia de Sevilla con recuerdos constantes de la civilización andalusí.
Con todo ello, la Diputación de Sevilla, a través de Turismo de la Provincia, edita la guía cultural de Patrimonio Islámico y Turismo halal en la provincia hispalense, una publicación de más de 100 páginas a través de la que se pretende culturizar a la población con los atractivos y valores que posee este patrimonio. Una oferta que el presidente de la institución provincial, Fernando Rodríguez Villalobos, considera “original, atractiva para todo tipo de visitantes e inclusiva por su atención hacia colectivos de origen musulmán”.
La publicación realiza un recorrido por el patrimonio islámico a través de monumentos, rutas y paisajes que van desde Sevilla hasta lugares de la provincia como el Aljarafe, Guadalquivir–Doñana, Campiña, Sierra Morena Sevillana, Sierra Sur y Vía de la Plata. Por último, la guía también nos ofrece las claves de la riqueza gastronómica y turismo halal; es decir, lo que está permitido y es beneficioso y saludable para el ser humano según la religión musulmana.
La ciudad de Sevilla, Madinat Ishbilia, tuvo un papel fundamental durante la época andalusí. De hecho, bajo el gobierno de Omeya en los siglos VIII y IX, fue la capital de uno de los principales territorios del al-Andalus, y la trama urbana heredada de la época romana comenzó a cambiar para adaptarse a la nueva realidad social y cultural, plasmada en obras como la aljaima de Ibn Adabbas, que actualmente es la iglesia colegial de El Salvador, uno de los templos más emblemáticos de la ciudad. La relevancia de la Sevilla andalusí se traduce actualmente en un extenso Patrimonio Cultural de origen islámico que podemos disfrutar en la actualidad y que se incluye en esta guía, como el Acueducto de los Caños de Carmona, el Patio de los Naranjos y la Giralda en la Catedral, la Buhaíra, los recintos del Real Alcázar, el Antiquarium, el Arquillo de la Plata, las Atarazanas almohades, los Baños de la Reina Mora, el Postigo del Aceite, la Torre del Oro, la Casa de la Moneda, el Castillo de San Jorge y Centro Cerámica en Triana o el Centro del Mudéjar, además de la ya mencionada iglesia colegial de El Salvador.
Si el legado islámico en la ciudad de Sevilla es de gran importancia en nuestros días, no menos relevancia tiene el de la provincia, que guarda auténticas obras de arte que hoy cobijan a grandes devociones en nuestros pueblos o se han convertido en buques insignias en cuanto al patrimonio monumental de los municipios hispalenses. Es el caso del Aljarafe, que presenta una personalidad histórica arraigada en su singularidad geográfica y está ligado con la ciudad debido, principalmente, a la riqueza agrícola del territorio. En lo que respecta a su patrimonio, destacan las ermitas de Cuatrovitas, en Bollullos de la Mitación o la de Nuestra Señora de Guía entre Camas y Castilleja de la Cuesta, que guardan a dos auténticas devociones de nuestra provincia. La Torre de San Antonio en Olivares, los Baños Árabes de Palomares del Río o las Murallas Urbanas de San Juan de Aznalfarache y Sanlúcar la Mayor son joyas que también se encuentran en esta guía.
El Guadalquivir fue el Río Grande (Wadi al-Kabir) de al-Andalus, unión de los territorios meridionales y de las capitales califales: Córdoba y Sevilla. Actuó como vía del comercio exterior en interior con productos importantes como el aceite andalusí y fue usado como fuerza motriz de molinos para molienda o fabricación de textiles. A lo largo del mismo, diversos núcleos urbanos surgieron o se desarrollaron en época andalusí, destacando el Peñón del Alcázar de Alcalá del Río, la muralla urbana de Aznalcázar, torres como la del Reloj de Cantillana o de los Hebreros de Dos Hermanas, Castillos como el de Setefilla y Lora del Río en dicha localidad, Lebrija o el Castillo de Villaverde y, por último, el Camarín de la Ermita de Belén de Pilas.
La Campiña, uno de los territorios de urbanización más antiguos de la provincia, fue otra fuente de patrimonio islámico importante, con importantes núcleos urbanos asentados desde la antigüedad. Murallas, museos, castillos, Alcázares y torres que se encuentran en el valle del Guadalquivir, Los Alcores, las estribaciones de la sierra sur o su interior en Écija, Osuna o Marchena, capitalizando un territorio densamente poblado en el que destaca Carmona como municipio con mayor patrimonio a visitar y con el que enamorarse a través de esta guía.
122 páginas
Los lectores de la guía podrán realizar un amplio recorrido por la cultura islámica
La Sierra Morena sevillana y la Sierra Sur también escoden maravillas islámicas de la provincia. Los castillos de Alanís, Cazalla y Constantina, donde también se encuentra el Cerro del Almendro, y el arco de herradura de la Iglesia de Santa María de Guadalcanal enriquecen a la Sierra Morena sevillana, mientras que en la Sierra Sur destacan los castillos de Montellano, Morón de la Frontera y Pruna. Estas zonas se organizaban en torno a una serie de núcleos principales que ahora se han convertido en riquezas naturales y culturales para el disfrute turístico de la provincia. Por último, Guillena y Aznalcóllar son los municipios con patrimonio islámico a visitar dentro de la Vía de la Plata. En el primero podremos adentrarnos en el Centro de Interpretación de la Villa, mientras que en el segundo admiraremos el Castillo La Zawiya, dentro de una comarca que se corresponde con el sector noroeste de la antigua “tierra de Sevilla” en época medieval. La dedicación agrícola y ganadera fueron sus principales fines en la época andalusí.
Por último, la guía nos ofrece y detalla la gastronomía y turismo halal a través de la alimentación, agroalimentación, turismo, banca y finanzas que afectan a los niveles de consumo social como los fármacos, la moda y los cosméticos, estableciendo una serie de prácticas y barreras éticas dentro de lo autorizado, recomendable, ético, no abusivo y saludable que nos definen a la perfección el significado de halal.
El Patrimonio Cultural compone la principal herencia andalusí
El legado de la época andalusí se manifiesta principalmente en un amplio Patrimonio Cultural: recintos amurallados, fortificaciones de diversa envergadura, edificios singulares o la propia trama urbana de numerosas localidades, pero también se encuentra en paisajes y espacios, entre los que es imprescindible mencionar el propio valle del Guadalquivir, gran eje articulador de nuestra provincia. El mismo nombre del Río Grande sevillano nos sitúa en otro campo en el que el sustrato árabe forma parte intrínseca de la riqueza toponímica de nuestros pueblos y ciudades. Además, hay que sumar la gastronomía de origen andalusí, algunas de cuyas elaboraciones han llegado hasta nuestros días y nos sumergen en un mundo de sabores y texturas.
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