La marea de ilusión socialista frente a la derecha "de siempre"
Eufórico mitin de cierre de campaña del PSOE en Sevilla Pedro Sánchez y Susana Díaz dan por segura la victoria
Dos buenos bocadillos envueltos en papel albal; la botellita de agua la pone el PSOE. Las bolsas de pipas king size compiten en las gradas con las banderas blanquiverdes que volarán jaleantes en cuanto empiece la sintonía mitinera. Los móviles ya están preparados para el momento selfie. Es el kit de supervivencia electoral. Con más de una hora de antelación, ríos de militantes van desembarcando en la Universidad Pablo Olavide para sumarse al cierre de campaña de Susana Díaz y Pedro Sánchez. Aquí no se llega por casualidad. Muchos preguntan por el Velódromo de Dos Hermanas; el polideportivo se ha quedado pequeño y la historia en mayúscula de los socialistas siempre se ha escrito al otro lado de la ciudad. Más de 5.000 personas abarrotan el recinto. Demasiada gente de pie.
El tictac ha empezado a contar pero es difícil saber para quién. Si para los partidos de siempre, para el cuestionado bipartidismo que en Andalucía ha sido cosa de tres, o para las formaciones emergentes, para los nuevos que han activado el tiempo de descuento sin saber si tendrá el domingo efecto bumerán.
Hay ganas de fiesta. Pero las conversaciones en los corrillos conducen todas al punto de partida: incertidumbre. Si Susana ganará "bien". Lo bastante para que "no dependa de nadie". Parece que hablan de la vecina; su mensaje de la "mayoría suficiente" ha calado.
Unos minutos antes del arranque del mitin empieza la diversión: la "marea de ilusión" que la candidata socialista dice haber visto en todos los rincones de Andalucía durante las dos semanas de campaña se transforma en ola futbolera.
A las ocho y cuarto se desata la euforia. Y, una vez más, ¡son políticos los que salen en el escenario! Una, la "presidenta". El otro, lo sabremos (del todo) en julio. Pero Andalucía es generosa: el auditorio se pone en pie y calienta la intervención del líder federal del PSOE con una rotunda ovación. Pedro Sánchez se ha crecido como mitinero y se gana el piropo de "¡guapo!" pero también el de "presidente". A Almería fue con autocue, ayer sólo necesitó un papel y unas notas. Y levantó al auditorio con su encendida defensa de la izquierda, de los principios y valores de los socialistas, frente a la "derecha de siempre". La misma respuesta obtuvo cuando detalló los agravios y el sufrimiento tras más de tres años de gobierno de Rajoy y cuando evocó aquella victoria "histórica" de González y Guerra de 1982 con el lema de Por el cambio: "Estoy convencido de que el 22 de marzo también abriremos un tiempo de cambio en toda España. Y la victoria del socialismo andaluz será la victoria del socialismo español". Como ya hizo en su primera intervención en las autonómicas, ligó el futuro del partido a los resultados del domingo. A ese domingo en el que todos los socialistas están convencidos de que se va a volver a "hacer historia".
Susana Díaz se ha querido rodear en el último mitin del 22-M de los suyos, de su marido y de sus padres, y de destacados dirigentes de otras comunidades pero sin desempolvar a ninguna vieja gloria. Todo el PSOE mira al sur. Lo apuntó el candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla, Juan Espadas, cuando abrió el acto y lo repitió la secretaria provincial, Verónica Pérez, insistiendo en el momento histórico que se vivirá el "domingo" para comenzar la remontada socialista desde Andalucía. La presidenta y candidata a la reelección lo diría con mucha contundencia: "Somos la puerta y la esperanza de miles de personas que saben que lo que se decide el domingo es histórico (…) Quiero que sintáis con fuerza el orgullo de la bandera verde y blanca. A Andalucía no la para nadie".
Como era previsible, ni Pedro Sánchez ni Susana Díaz forzaron más de la cuenta. Nada de alianzas ni compromisos fuera de guión, pero sí besos y abrazos mucho más efusivos que hace una semana. Si su relación personal no es para irse de copas, y no sólo porque ella no pueda por prescripción médica, los dos deberían tomar nota de la potencia del tándem que ayer vibró en Sevilla. Pasadas las diez de la noche, terminó el mitin pero no la fiesta. Decenas de militantes se lanzaron a inmortalizar con Susana y Pedro, con Pedro y Susana, su particular momento para la historia. La marea definitiva, la de las urnas, el domingo.
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