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Vídeo: Así se ve la lluvia de estrellas desde los observatorios de Andalucía

Perseidas 2020

El fenómeno, también conocido como Lágrimas de San Lorenzo, produce estas noches brillantes bolas de fuego grabadas por las cámaras del Instituto de Astrofísica

Los mejores lugares para verlas Perseidas

Perseidas brillantes grabadas por los sistemas del proyecto SMART.
M. J. G.

08 de agosto 2020 - 18:52

Perseidas. Lágrimas de San Lorenzo. No hace falta ser muy aficionado a la astrofísica para conocer este espectacular fenómeno que se produce cada mes de agosto. Basta con mirar al cielo, preferentemente en un lugar lo más oscuro posible y lejos de la contaminación lumínica de las ciudades, para contemplar esta lluvia de estrellas fugaces. Pero a quien le interese conocer este evento astronómico con más detalle, la divulgación de las imágenes que graban las cámaras y telescopios del Instituto de Astrofísica de Andalucía descubrirán otra visión muy distinta y no menos llamativa.

Aunque estas últimas noches ya se han podido ver muchas y brillantes bolas de fuego, el verdadero espectáculo astronómico de las Perseidas tendrá lugar dentro de unos días. Será la semana del 10 de agosto cuando esta lluvia de estrellas alcance su máxima actividad. Podrán verse hasta 50 Perseidas a la hora.

"¿Sabíais que las Perseidas también impactan contra la Luna?". La pregunta la lanza en las redes sociales el profesor José María Madiedo, responsable en dicho centro de investigación andaluz del proyecto SMART, que monitoriza el cielo para observar impactos de meteoros contra la Tierra, y despierta ya la curiosidad. Madiedo también trabaja en el denominado proyecto MIDAS, que persigue detectar con sus telescopios los destellos producidos por las rocas que impactan también contra la superficie lunar. Estos impactos en la Luna no son perceptibles por el ojo humano, hace falta un telescopio.

"A diferencia de la Tierra, la Luna carece de una atmósfera que la proteja, por lo que los meteoroides colisionan directamente contra el suelo lunar a más de 210.000 kilómetros por hora. Esto hace que los meteoroides y parte del suelo lunar en el que impactan se destruyan de forma brusca, formándose así un nuevo cráter. Pero en cada una de estas colisiones también se desprende un breve destello de luz que el ojo humano no puede percibir directamente, pero que sí puede ser detectado desde la Tierra con la ayuda de telescopios", explica Madiedo.

Estos destellos no sólo son importantes por su belleza, su estudio permite a los astrofísicos obtener datos muy relevantes sobre las colisiones que se producen contra la Luna y contra la Tierra. "Por este motivo, durante las noches de mayor actividad de las Perseidas los telescopios del proyecto MIDAS, desarrollado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, apuntarán también a la Luna para poder registrar cómo las partículas desprendidas del cometa 109P/Swift-Tuttle se desintegran contra el suelo lunar", adelanta el astrofísico.

La culpa del cometa

Las Perseidas están producidas por el cometa 109P/Swift-Tuttle y son uno de los espectáculos astronómicos clásicos de las noches de verano en el Hemisferio Norte. Este cometa completa una órbita alrededor del Sol cada 133 años aproximadamente. Y cada vez que se aproxima a nuestra estrella el 109P/Swift-Tuttle se calienta, emitiendo chorros de gas y pequeñas partículas sólidas que forman la cola del cometa, según explica el profesor Madiedo.

"La mayoría de los meteoroides que se desprenden del 109P/Swift-Tuttle son tan pequeños como un grano de arena, o incluso menos. Cuando se cruzan con nuestro planeta, entran en la atmósfera terrestre a una velocidad enorme: más de 210.000 kilómetros por hora. Esto equivale a recorrer nuestro país de norte a sur en menos de 20 segundos. A estas velocidades el choque con la atmósfera es tan brusco que la temperatura de estas partículas aumenta hasta unos 5.000 grados centígrados en una fracción de segundo, por lo que se desintegran emitiendo un destello de luz que recibe el nombre de meteoro o estrella fugaz", explica. Esta desintegración ocurre a gran altitud, normalmente entre los 100 y los 80 kilómetros sobre el nivel del suelo. Las partículas más grandes (del tamaño de un guisante o mayores) pueden producir estrellas fugaces mucho más brillantes que reciben el nombre de bólidos o bolas de fuego.

Hacia dónde hay que mirar

Durante el máximo de este año la Luna menguante interferirá con la observación a partir de la segunda mitad de la noche, momento en el que su brillo dificultará la visión de las estrellas fugaces menos brillantes, explica Madiedo. Estas estrellas fugaces podrán aparecer en cualquier lugar del cielo. Al prolongar su trayectoria hacia atrás parecerán proceder de un punto situado en la constelación de Perseo, y de ahí proviene el nombre de la lluvia de Perseidas¡. Este punto recibe el nombre de "radiante". "Dado que la constelación de Perseo sale sobre el horizonte después de anochecer, la probabilidad de ver perseidas aumenta conforme avanza la noche y tiene su máximo cerca de la hora del amanecer", comenta.

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