La victoria de Illa, el principal argumento de Espadas para calmar las guerras internas
El secretario general del PSOE regional se quedará en Andalucía con el objetivo de ser candidato a la Junta en 2026 y no será el sustituto de Teresa Ribera en el Consejo de Ministros
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Cualquier victoria es buena para insuflar ánimos en esta travesía del desierto. Incluso aunque se haya producido en la otra punta de España, en un partido hermano (que no el mismo) y todavía no esté claro cómo va a gobernar. Pero Juan Espadas hace semanas que ha decidido seguir el camino de Salvador Illa y lleva toda esta semana celebrando su triunfo electoral como si fuera propio.
Así se lo dijo al presidente andaluz, Juanma Moreno, el pasado jueves en la sesión de control al Gobierno en el Parlamento autonómico incluso subiendo el tono más de lo que suele, un argumento que podría considerarse lógico frente a un rival político. Lo que llama la atención es que el triunfo de Illa en las elecciones catalanas es el principal argumento que Juan Espadas presenta ante los suyos en la ronda de visitas que está realizando por las provincias en reuniones con los cuadros del partido.
Espadas está acostumbrado a que digan de él que está de paso al frente del PSOE en Andalucía, que llegó para quitar a Susana Díaz de en medio, y que se irá más pronto que tarde a un destino más placentero. Puede que ese fuese el plan inicial pero, desde luego, no es el actual. Porque Juan Espadas se va a quedar en Andalucía y tanto él como su equipo están trabajando para que sea candidato a la Junta en 2026.
¿Por que es el más adecuado para ello o porque no hay sustituto posible?
No ha ido en las listas a las elecciones europeas, como se había especulado sobre todo desde dentro, y también está descartado para ser el sustituto de Teresa Ribera al frente del Ministerio para la Transición Ecológica. Quizás habría que decir “casi totalmente descartado” porque con Pedro Sánchez nunca se sabe.
El Senado será su principal foco de visibilidad aunque se dedicará a los asuntos más “amables”. Nada, desde luego, que pueda perjudicarlo en Andalucía... como la amnistía y demás temas espinosos. Es más, han dado un toque a los senadores correspondientes para que presenten iniciativas que tengan recorrido e impacto en la comunidad andaluza. Todos los esfuerzos son pocos.
En este escenario, está recorriendo (otra vez) todas las provincias andaluzas para reunirse con las ejecutivas provinciales, los alcaldes y portavoces en la oposición y los secretarios generales de las agrupaciones locales en lo que pretende ser un nuevo rearme de los socialistas andaluces.
En este periplo, este viernes pasó por Almería tras hacerlo por Córdoba y Cádiz y en todas estas reuniones, y en las seis que faltan, el argumento será el mismo: “Seguimos vivos y podemos recuperarnos; la prueba está en el PSC que acaba de recuperar la Generalitat”.
Coger carretera y manta es su estrategia para tratar de calmar las revueltas internas que ya nadie niega. Cuando Espadas ganó las primarias tenía un 38 por ciento de militantes enfrente. Ahora, con el desgaste de las derrotas electorales, esa lista se ha engrosado. Ya se sabe que en política nada une más que ganar las elecciones.
Es evidente que la siguiente prueba serán las elecciones europeas pero en el PSOE andaluz no quieren hacerse ilusiones, prefieren pasar de puntillas. El PP andaluz nunca las ha ganado... y esta ocasión podría ser la primera. O no. Los populares consideran que son las más difíciles para ellos y rebajan las expectativas; no quieren que sea el primer fracaso electoral de la era Moreno. Las pocas encuestas electorales que hay hasta el momento sobre el resultado de las europeas vaticinan un empate entre socialistas y populares para estos comicios en Andalucía, o eso dicen quienes han extrapolado los datos.
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