"Se veía venir, meten la droga de día, a la vista de todos"
Ningún vecino oyó nada en una calle que a menudo es cortada para que entren y salgan camiones con estupefacientes
"¿Con usted no he hablado todavía, verdad". Un policía de paisano que vuelve al inmenso bloque de pisos de 16 plantas emplazado en el número 10 de la calle Granja San Ildefonso, que colinda con el parque móvil municipal que alberga el búnker en el que se almacena la droga, nos aborda creyendo que somos vecinos. Son las 13 horas de ayer ya, y es por lo menos la tercera vez en poco más de 24 horas que agentes del Cuerpo Nacional de Policía vuelven al bloque buscando respuestas. La información obtenida no es mucha, aunque, a cambio, se van comprobando que en el vecindario a nadie le ha extrañado demasiado el robo. Antonia, una vecina del quinto, revela el misterio. Y es que, por lo bajini, cuenta: "Llevo 33 años aquí y que yo sepa, nunca había pasado nada. Esto era una zona tranquila. Pero desde hace tiempo, meten la droga de día con unos camiones inmensos, a la vista de todos". La última vez, la semana pasada, sin ir más lejos, cuando la calle fue cortada y salió del garaje un camión lleno de hachís, custodiado por numerosos agentes con metralletas. "Debieran hacer estas cosas por la noche, para que nadie supiera dónde es", sentencia sabiamente. En otro piso, Maricarmen, como Antonia, relata que ella tampoco ha escuchado nada, pero es que, como explica, "mi dormitorio no da al patio". Y es que por ahí es por donde saben que han entrado. Sin apenas dificultades, saltando la valla de fuera y entrando por la ventana, sin reja ni cristal.
Tanto si ha sido el robo la madrugada del sábado o la del domingo, ha tenido que ser bastante tarde. Porque la mayoría de los vecinos, al ser fin de semana, se acostaron tarde. Algunos, pasadas las 12. Otros, cerca de las dos d la mañana. Tan sólo una vecina de avanzada edad que vive en la última planta asegura haber escuchado algo. "Sentí que forzaban la puerta de la azotea. Me asomé y vi a dos hombres, grandes". Pero fue el domingo, a las 17,30 horas, así que todo apunta a que serían policías examinando las posibles vías de acceso de los ladrones. Los comerciantes con tiendas en esta calle y en la anexa Brunete, por donde se accede al patio, tampoco han visto nada. Bueno, sí, a los policías que desde primeras horas del domingo acudieron buscando respuestas. "Está claro, han sido profesionales, con nocturnidad y alevosía", resume un tendero.
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