Las últimas lluvias recuperan la laguna de Santa Olalla del Cala en Doñana

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir celebra que el paraje tenga ahora lámina agua de "40 centímetros de profundidad"

Baja el ozono contaminante en Andalucía después de un verano menos caluroso

La laguna de Santa Olalla del Cala. / M. G.

Los beneficios que han traído las últimas precipitaciones para Andalucía han sido muy importantes tanto para las reservas hídricas como para el medio ambiente. La pasada semana un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) advirtió del "estado crítico" de la laguna de Santa Olalla, la mayor del espacio natural de Doñana, que ha cerrado el verano "prácticamente seca y con solo una lámina superficial de humedad residual y barro".

Sin embargo, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Páez, se ha hecho eco este miércoles en sus redes sociales de la mejora de la situación de una de las joyas de la corona de Doñana. El responsable gubernamental ha festejado que según "la Universidad Pablo de Olavide" la laguna cuenta tras las últimas lluvias con "unos 40 cm de profundidad". "Tras 12 años hidrológicos secos o muy secos consecutivos y el aumento de la evapotranspiración, tras las lluvias de esta semana se va recuperando", ha publicado.

Esta laguna se secó por completo dos años consecutivos, en los veranos de 2022 y 2023, algo que "no se había registrado nunca" desde que la EBD-CSIC comenzó a tomar datos hace 50 años. "Doñana está atravesando años muy duros. La combinación de una intensa y prolongada sequía y la sobreexplotación del acuífero están teniendo un gran efecto sobre el sistema de lagunas del espacio protegido", explicó la semana pasada el director de la EBD-CSIC, Eloy Revilla.

En este sentido, desde la EBD han explicado que la laguna de Santa Olalla era casi la única de las más de 3.000 lagunas de Doñana que solía mantener agua durante todo el año. La gran variedad de lagunas, tanto temporales como permanentes, permite conservar especies con ciclos de reproducción y desarrollo diferentes, más cortos o más largos, lo que convierte a Doñana en un refugio incomparable para la biodiversidad acuática.

Sin embargo, en el verano de 2022, Santa Olalla se secaba por completo justo al final del ciclo hidrológico anual, que se mide de septiembre a agosto. La situación se repitió al año siguiente y, en la segunda semana de agosto de 2023, la laguna más grande de Doñana ya no tenía agua. "El ciclo hidrológico que se acaba de cerrar, el de 2023-2024, comenzó por tanto con una Santa Olalla totalmente seca. La situación se mantuvo durante dos meses continuados hasta que las primeras lluvias caídas a mitad de octubre ayudaron a que el nivel del acuífero subiera y el agua comenzara a inundar la cubeta de la laguna. El máximo de inundación se alcanzó finalmente a finales de febrero", detalló hace una semana Javier Bustamante, también de la EBD-CSIC.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último