Un tercio de los profesores sufren problemas de voz durante el curso
En una clase infantil el docente debe elevar su voz a 70-75 decibelios para hacerse escuchar
Uno de cada cuatro profesores sufre trastornos de voz, según el estudio Patología de la Voz publicado por la Sociedad Española de Otorrinolaringología. De este informe también se desprende que el 33% de los docentes padece alteraciones de la voz al menos una vez durante el curso académico, lo que ocasiona una gran parte de las bajas laborales. La prevención para evitar este trastorno entre los que están obligados a diario a utilizar sus cuerdas vocales como herramienta de trabajo no está del todo instaurada, por lo que es el colectivo que "con diferencia, más patologías de la voz sufre", explica el director de la obra, el doctor Ignacio Cobeta.
El estudio afirma que los nódulos en las cuerdas vocales son más frecuentes en mujeres que en hombres, "ya que la laringe femenina es más pequeña y las cuerdas deben vibrar el doble", advierte el especialista. Pero además quienes más padecen estos problemas son los que tratan con niños pequeños, que son en su mayoría maestras. Según se recoge en Patología de la Voz en un aula de una universidad el ruido ambiental está entre los 35 y los 40 decibelios, por lo que se requiere hablar entre 55 y 60 decibelios. En cambio en una clase infantil el ruido alcanza los 60-65 decibelios, por los que los profesores deben hacerse oír a 70-75 decibelios. Si la clase es grande o reverbera la voz, se necesita más diferencia.
A pesar de que son un grupo de riesgo, los especialistas consideran que "la mayoría de docentes no busca ayuda y sólo recurre al tratamiento y no a la prevención", incide el doctor Cobeta. Los otorrinos recomiendan no hablar en clase más de cuatro horas al día, hidratarse, no fumar, evitar las bebidas frías, el alcohol, utilizar grabaciones y llamadas de atención no vocales. También recomiendan aprender a respirar, a utilizar el diafragma y a calentar la voz antes de iniciar el trabajo en el aula son reglas fundamentales para intentar prevenir.
Otra herramienta clave es valerse de micrófonos o amplificadores para no tener que elevar tanto la voz. La Consejería de Educación ha entregado hasta la fecha 520 equipos de megafonía sólo en el profesorado de la provincia de Málaga. Aunque desde el departamento de Salud Laboral y Prevención de Riesgos Laborales de la delegación provincial de Educación consideran que el micrófono es "la última solución", estos aparatos pueden facilitar el trabajo diario a los que cuentan con esta patología como un problema recurrente. Es cómodo, se gradúa el volumen según las necesidades del usuario y tiene una batería que suele tener una autonomía de unas ocho horas. Se lleva colgado en la cintura y pesa unos 200 gramos.
Los expertos también recomiendan acudir a clases de logopedia para aprovechar mejor el potencial de la propia voz y no forzarla. Asimismo, el estudio apunta el avance de la cirugía ambulatoria de la voz en parálisis vocales. Basta inyectar unas sustancias que ayudan a restaurar la vibración de las cuerdas.
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