La sostenibilidad como oportunidad para el sector de la construcción
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Grupo Joly y la empresa Acciona organizaron en Sevilla el desayuno-coloquio ‘Construcción y sostenibilidad, un binomio necesario en las infraestructuras andaluzas’, en el que se abordó el impacto económico, social y medioambiental de la construcción.
La sostenibilidad no es una moda o una etiqueta que 'queda bien'. El desarrollo sostenible es ya una obligación para todos los sectores, incluido el de la construcción, donde es pilar base para muchos proyectos de infraestructuras, dentro y fuera de España. Todo se diseña y se construye con el menor impacto ambiental posible. Pero ¿en qué áreas concretas se están produciendo avances en este sentido en Andalucía? ¿Cuál es su aportación a la descarbonización de la economía? ¿Y cuál su impacto social? ¿Qué proyectos son emblemáticos en Andalucía? ¿Cuáles son los retos de la construcción en el futuro?
A éstas y otras cuestiones relevantes trataron de dar respuestas los expertos invitados al desayuno-coloquio 'Construcción y sostenibilidad, un binomio necesario en las infraestructuras andaluzas', organizado este jueves por Diario de Sevilla y Acciona Accionaen el Hotel NH Collection, y que se pudo seguir en directo en el canal de YouTube de Grupo Joly (ver www.youtube.com/ watch?v=UfTMQDsi_zswww.youtube.com/ watch?v=UfTMQDsi_zs).
El evento contó con la participación de destacados profesionales del sector, como fueron Ana Chocano, Vicedecana del Colegio de Ingenieros de Caminos de Andalucía y presidenta de la Comisión de Fomento en el Parlamento; Juan Aguilera, gerente de la Asociación de Constructores y Promotores de Sevilla (Gaesco); Ana Estella Pérez, gerente del Círculo de Empresas Andaluzas de la Construcción, Consultoría y Obra Pública (Ceacop); José Abraham Carrascosa, director de Inversiones e Infraestructuras del bufete de abogados Cremades & Calvo-Sotelo; María Teresa Pérez, Catedrática del Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla; Miguel Portilla, gerente de Sostenibilidad de la división de Infraestructuras de Acciona; y Magdalena Trillo, asesora de Transformación Digital de Grupo Joly, que actuó como moderadora.
El punto de partida fue definir el concepto de infraestructuras sostenibles: éste hace referencia a los equipamientos y sistemas destinados a prestar servicios esenciales para la ciudadanía -carreteras, puentes, torres de telefonía, edificios, centrales hidroeléctricas...- que cumplen con principios de sostenibilidad en todos los sentidos.
En este sentido, Ana Chocano comenzó aseverando que es un concepto “que todos en el sector hemos asimilado desde el minuto cero, tanto constructoras como ingenieros de caminos, como la administración pública”, un concepto que debe priorizarse en todas las fases de la construcción, “desde el diseño de la infraestructura hasta su conservación y mantenimiento”, y recordó que ya hay toda una batería de condicionantes que hacen que una infraestructura sea sostenible, como serían alargar la vida de los materiales utilizados, que se empleen energías limpias, minimizar los consumos, reducir la huella de carbono, etc”.
Las grandes empresas como Acciona son las que están marcando las líneas y hacen de tractoras para las demás empresas. Para Miguel Portilla, de Acciona, “la sostenibilidad ha estado presente en el ADN de la compañía desde hace años. Nuestro objeto social es desarrollar infraestructuras sostenibles que tengan un impacto positivo desde el punto de vista ambiental, social y económico". Incidió en esta idea Ana Estella Pérez, como responsable de una entidad que aglutina a más de 250 pymes vinculadas al sector de la construcción y consultoría: “efectivamente las empresas grandes son un gran impulsor de la sostenibilidad. Es fundamental en nuestro sector, porque somos auténticos transformadores del territorio”, expuso.
Juan Aguilera, de Gaesco, afirmó que el sector de la construcción “ahora mismo está en un momento de transformación integral, y ahí es donde estamos está incidiendo”, organizando, como recordó, foros de debate y salones expositivos como Rehabiliving, el Foro de las Instalaciones y Rehabilitación, o INSOAN, el primer Salón de Infraestructuras Sostenibles de Andalucía.
Las notas críticas las aportaron Abraham Carrascosa y Mª Teresa Pérez. La catedrática de la US cuestionó qué infraestructuras son necesarias y cuáles no. “Estamos obligados al desarrollo sostenible en los proyectos. Las infraestructuras son necesarias pero no todas son igual de sostenibles y no llevan a un crecimiento real”, y puso como ejemplo el macroproyecto urbanístico en Trebujena, en el entorno de Doñana, con 300 viviendas, hoteles y un campo de golf. “No es lo mismo un turismo cultural que un turismo de campo de golf”, matizó.
Como experto jurídico, según Carrascosa la compra pública sostenible tiene un problema: a la hora de la contratación, las cláusulas que se ponen dificultan que exista esa sostenibilidad. “No hay funcionarios preparados para jugar con estas nuevas cláusulas, y en los últimos años vemos contratos en los que se le pide a las empresas cosas que son imposibles. Con la puesta en práctica de un nuevo sistema de contratación y funcionarios con preparación en la misma, se facilitaría mucho a las empresas el tema de la construcción sostenible”.
En este aspecto discrepó la responsable de Ceacop. “Yo creo que sí existen expertos en la materia capaces de establecer índices objetivos para que se evalúe la sostenibilidad, por ejemplo, la reducción de la huella de carbono de una empresa en algunos pliegos ya aparece como un valor añadido. Sí hay herramientas y personas que pueden trasladar ese conocimiento y esos parámetros a los pliegos de los contratos de la administración. Prueba de ello es que aquí estamos los agentes sociales que podemos llevar a cabo ese cambio”.
Apoyó esta idea el directivo de Gaesco, afirmando que “tenemos en la sostenibilidad una oportunidad impresionante. Si tenemos una administración más eficiente y preocupada tendremos una oportunidad inmensa, tanto de negocio como para transformar la sociedad”.
Medir también "el valor" que genera la infraestructura
La revisión de los precios y la actualización de las licitaciones fue otro de los temas claves del debate, ya que son los aspectos que, a juicio de los participantes, donde más flaquea la administración pública en su relación con el sector. Tanto Chocano como Aguilera han recordado las decenas de obras públicas que están quedando desiertas por los altos costes de materiales y energía, argumentando que una infraestructura “no puede ser sostenible si nace precaria”. “Hace falta una nueva conducta de las administraciones respecto de un sector transformador. La administración está centrada sólo en el planteamiento económico adjudicando obras que sabe que no se pueden hacer con los precios que hay ahora, no puede encorsetarse y decir que no se revisan los precios porque los precios suben”, apuntó Aguilera.
A este respecto Miguel Portilla quiso romper una lanza a favor de la administración porque “ya tenemos una regulación u hoja de ruta que nos marca que tenemos y qué no tenemos que hacer”, pero lo que “pedimos a la administración andaluza es diferenciar precio de valor para no dejar apartados proyectos que son sostenibles. Es necesaria otra metodología para medir el valor tanto social, económico y social que genera una infraestructura”. Para Portilla, la solución pasa por ser multidisciplinar, buscar la multifuncionalidad de las infraestructuras, “por ejemplo una carretera tenemos que complementarla con otras infraestructuras, eso genera más impacto, aporta más valor”.
Como ejemplo, recordó que Acciona está trabajando estos días en una licitación pública de un Ministerio en Córdoba “en la que los pliegos establecen un 70% de valoración técnica, solo un 30% para el precio, y de ese 70% el 50% es sostenibilidad, y no etiquetas verdes. O sea, que sí se puede medir, tenemos que dar ese salto cualitativo”.
En las conclusiones, en general se mostraron optimistas. Para Ana Chocano, los retos para la construcción del futuro están marcados por “la innovación tecnológica para reducir costos y elevar la calidad de los proyectos, la adopción de prácticas y materiales que minimicen los efectos, asumir un enfoque integral ambiental, social y económico y apostar por un diseño regenerativo, que genere impacto positivo. En Andalucía ya tenemos proyectos innovadores que procuran la conservación de nuestro entorno, como son las plantas nuevas de hidrógeno verde”, dijo.
Ana Estella Pérez concluyó exponiendo que “la administración pública tiene una responsabilidad enorme como facilitadora y agilizadora de este cambio”, mientras que Mª Teresa Pérez abogó por “promover la colaboración público-privada”. Juan Aguilera cerró con un mensaje clave: “hay que concienciar que este es un problema de todos”.
Transferencia de conocimiento a las pymes andaluzas
Toda infraestructura tiene, sin duda, un notable impacto sobre la naturaleza en la que se asienta, sobre el terreno que ocupa, produciendo unos efectos sobre la actividad. El espacio donde todo ese impacto se estudia y se investiga son las universidades, que forman a los futuros técnicos, ingenieros, arquitectos, y expertos que luego van a diseñar esas infraestructuras, o a redactar los pliegos para las licitaciones de las obras.
Éste fue otro de los aspectos abordados y donde la catedrática de la US hizo un especial hincapié. “En la escuela de Arquitectura llevamos muchos años con esto. Fundamos un grupo de investigación con dos compromisos: uno, el Máster en Ciudades, Arquitectura y Patrimonio Histórico, y dos, el Máster en Ciudad y Arquitectura sostenible. Además, el doctorado industrial de la Universidad (EIDUS) es una buena herramienta para la colaboración público-privada. Animo a seguir investigando desde la empresa y a usar esta herramienta”, señaló.
Ana Estella Pérez subrayó también la necesidad de que haya más transferencia de conocimiento desde la Universidad a las pymes. “Lo que realmente falla, aunque está mejorando gracias a las colaboración con las universidades, es la trasferencia de conocimiento. A través de la empresa privada es como todo ese conocimiento que se da en nuestras universidades llegará a nuestras ciudades”. Y añadió:“un 3% de la superficie del planeta lo ocupan las ciudades. El sector de la construcción tiene un impacto enorme, luego ese 3% es nuestra responsabilidad. Si actuamos con infraestructuras verdes, fomentando el transporte público, etc, tendremos una oportunidad enorme de que esta transformación sea una realidad”.
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