El socialismo andaluz abraza a Pedro Sánchez para que negocie su investidura

El presidente del Gobierno acusa de Feijóo de "retorcer el mandato del jefe del Estado"

Asegura que tiene "más argumentos" para garantizar "cuatro años más de convivencia y concordia"

El líder del PSOE de Sevilla: "No hay militantes A y militantes B"

Pedro Sánchez, este sábado en la Rinconada junto a Juan Espadas, María Jesús Montero y Javier Fernández. / Juan Carlos Muñoz

"Este mitin lo podemos resolver en una hora o en un minuto". El alcalde socialista de La Rinconada, Javier Fernández, que es además el secretario general del PSOE de Sevilla y el valor emergente del PSOE andaluz, prefirió resolverlo en un minuto. Lo mismo puede sucederle a esta crónica, que se resume en un primer párrafo.

Pedro Sánchez tiene el apoyo completo del socialismo andaluz para negociar su investidura. De todo el partido, más allá de algunas voces discrepantes. El mitin del último día de septiembre en este municipio sevillano ha sido eso: Ni Felipe González ni Alfonso Guerra, si tiene que haber aministía -palabra omitida- que la haya. Pedro Sánchez verá el martes al Rey y se siente "con más fuerzas, más ganas y más argumentos que nunca" para garantizar "cuatro años de convivencia y de concordia".

Nadie en el mitin ha pronunciado la palabra amnistía. El PSOE de Pedro Sánchez quiere ir partido a partido, por eso le molestó tanto que la dupla de Felipe y Guerra alzase la voz contra la medida de gracia cuando ni el aspirante socialista tenía el encargo del Rey para la investidura. Esto puede suceder este martes, cuando Felipe VI termine la segunda ronda de consultas de esta legislatura. Y en vez de amnistía, de lo que los socialistas hablan es de "convivencia" y "concordia", porque sostienen que sólo Pedro Sánchez es capaz de garantizarla en Cataluña y, por ende, en España.

Javier Fernández -apunten el nombre- resumió la polémica del PSOE caoba de este modo: "Ser socialista es ser controvertido, claro que sí, pero ser socialista es ser leal y ser considerado con el secretario general, no hay militantes A ni militantes B". Y siguió: "Hay que hacerlo, presidente, hay que hacerlo por España porque España es nuestra también. No vamos a permitir que nos quiten ni la bandera ni el himno. No es que sea un derecho, es su obligación, crear un clima de convivencia y de concordia en el país".

Pedro Sánchez escogió La Rinconada porque es su nuevo talismán electoral, como lo fue Dos Hermanas, a menos de media hora entre uno y otro municipio. La Rinconada fue uno de los pocos municipios andaluces donde Juanma Moreno no ganó las pasadas elecciones autonómicas y su alcalde, Javier Fernández, se está erigiendo en uno de los dirigentes que decidirá el futuro del PSOE andaluz. Sánchez agradeció al PSOE andaluz, pero sobre todo "al PSOE de Sevilla", el apoyo prestado en estas semanas de septiembre cuando parecía posible una rebelión de parte contra las negociones con los independentistas catalanes.

"Hoy no comienza nada, sigue, hoy tengo más fuerzas, más ganas y más argumentos que nunca", sentenció Sánchez, para "garantizar un Gobierno progresista otros cuatro años que dé concordia al país". Y siguiÍ. "Sí, queremos, vamos a trabajar por una investidura real, no una postiza".

La negociación con Junts, el partido de Carles Puigdemont, y con ERC está avanzada, pero no resuelta. Hay intercambio de papeles, una necesidad compartida, pero la competición entre los dos partidos independentistas ha añadido una sombra de duda, al introducir la petición de un referéndum en la mesa de negociación. Es cierto que, como está redactada la resolución del Parlamento catalán, es una renuncia a la unilateralidad, porque se habla de un referendum acordado y para el que no se impone una fecha. Sin embargo, el PSOE ha advertido que ese camino sólo lleva a la cuneta.

De las palabras de Sánchez en La Rinconada se deduce que la posible aministía tendrá su principal argumento en la recuperación de la convivencia en Cataluña, aunque el independentismo atraviesa sus horas más bajas desde 2017, cuando culminó el procès en la convocatoria de las elecciones autonómicas de diciembre. Pero ese será el argumento de la medida de gracia: más concordia a base de mayor perdón y de la exoneración del fugado Puigdemontde cualquier delito.

Ni a los dirigentes del PSOE andaluz ni a la militancia les entusiasma la aministía, pero los puede un secretario general que ha sacado al partido de una profetizada hecatombe y que ha impedido que el PP gobierne con Vox.

Sánchez ha dado otra pista de cómo rodeará el escollo de la aministía: su Gobierno profundizará aún más en esto que llaman la "agenda social". En La Rinconada ha adelantado que habrá una ley para garantizar que el Salario Mínimo Interprofesional sea, al menos, del 60% del salario medio del país; que habrá otra ley de paridad para asegurar el 50% de presencia de mujeres en órganos de dirección "política y económica", y que la vivienda "será la gran causa nacional de esta legislatura".

El Rey inicia este lunes una nueva ronda de contactos, después de que Alberto Núñez Feijóo haya fracasado en su investidura. La decisión de Felipe VI de encargar en primer lugar el Gobierno a Feijóo alteró los planes de Sánchez, que aspiraba a una investidura exprés. En el mitin ha acusado a Feijóo de "retorcer el mandato del jefe del Estado", porque se ofreció sin tener posibilidades de nuevos apoyos en el Congreso.

Lo probable es que Felipe VI encargue este martes a Sánchez está investidura. No será hasta ese momento cuando el aspirante comience a desvelar cuál es la magnitud de la aministía y cuáles serán sus argumentos.

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