Silencio en el grupo de whatsapp

Mantienen cierta cortesía pero PP y PSOE tampoco se entienden en el Parlamento andaluz

Sólo han sacado adelante el acuerdo de la asignación económica de los grupos

El salón de plenos del Parlamento andaluz / Julio Muñoz/EFE

Hace tiempo que se perdió ese espíritu de camaradería que reinaba por los pasillos y los patios del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz. Los rivales políticos eran también amigos y conocían las circunstancias familiares de cada uno; ahora muchos diputados se cruzan por los pasillos y no saben ni a qué grupo pertenecen, sobre todo si son de los más grandes, el PP (que tiene 58 diputados) o el PSOE que llena su bancada con 30 escaños.

Es cierto que el ambiente de la Cámara andaluza no se parece en nada a la crispación que se vive en el Congreso de los Diputados, donde los principales partidos han tenido que irse a Bruselas para poder llegar a un acuerdo y desbloquear el Consejo General del Poder Judicial. Pero los canales de comunicación entre los portavoces de los cinco grupos que componen la Cámara andaluza no funcionan. Vamos, que están en silencio. 

Al inicio de la legislatura, crearon un grupo de whatsapp en el que están los cinco portavoces y el presidente del Parlamento, Jesús Aguirre. Ahí informaban de las iniciativas, de las declaraciones institucionales, de las propuestas... 

Pero ahora nadie escribe. En los dos años que lleva esta legislatura, los cinco grupos sólo han sido capaces de ponerse de acuerdo en cinco declaraciones institucionales del Parlamento andaluz: de solidaridad con Turquía y Siria, y con Marruecos por los terremotos que sufrieron, en apoyo a las personas sordas, por el día de la Salud Mental y en apoyo de los transportistas en Francia. Y pare usted de contar.

Claro que eso podría entenderse como consecuencia de la polarización que se está viviendo en la política española aunque la realidad es que no negocian y, por lo tanto, no son capaces de llegar a acuerdos.

Cada uno va por su lado. Hay detalles reveladores. Uno: el portavoz del grupo minoritario, José Ignacio García, de Adelante Andalucía, está sentado en la segunda fila de escaños. ¿Por qué si todos los demás están en primera fila?

Dos: al margen de la Junta de Portavoces que es un órgano colegiado y de obligada convocatoria y asistencia, sólo se han reunido una vez... y fue para acordar las asignaciones económicas de los grupos. Por cierto, que Inma Nieto, portavoz de Por Andalucía, se enteró en ese foro de que le quitaban 50.000 euros para dárselos a Adelante Andalucía, el minoritario que no tenía fondos para poder funcionar.

A esto se une la falta de acuerdo en los grupos de trabajo que se están celebrando en la Cámara; hasta el de la sequía se ha cerrado sin una declaración unánime. 

¿Y las negociaciones futuras? Las más importantes, como será la del Defensor (o Defensora) del Pueblo que está pendiente para septiembre, se ejecutarán por arriba; es decir, entre Antonio Sanz, consejero de la Presidencia; y Mario Jiménez, encomendado por Juan Espadas para ello. 

Lo peor, claro, es que todos culpan a los demás de esta falta de diálogo entre los representantes andaluces: “el PSOE no quiere negociar nada, se les cae el discurso”; “el PP aplica el rodillo de la mayoría absoluta; no sabe ejercerla”....

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