Así eran los serenos, los agentes cívicos nocturnos que Sevilla quiere recuperar

Los serenos patrullaron las ciudades españolas durante más de 200 años

Sevilla recupera la figura del sereno para mejorar la convivencia en las calles

Calle Arfe de noche
Calle Arfe de noche
Luciano Torres

26 de julio 2023 - 12:52

El Ayuntamiento de Sevilla baraja colocar agentes cívicos nocturnos en las calles de la ciudad, una figura semejante al clásico 'sereno' que vigilaba las calles de muchas capitales de España en el pasado y que desapareció allá por los años 70.

¿Quiénes eran los serenos y cuál era su labor?

La figura del sereno surgió en España durante finales del siglo XVIII, y su profesión consistía inicialmente en abrir las puertas a los vecinos durante la madrugada. Para ello, los serenos tenían en su poder todas las llaves del distrito que vigilasen, así cuando algún ciudadano no tuviese forma de acceder a sus viviendas particulares, estos acudían y abrían las puertas.

Además de ayudar a los vecinos, los serenos patrullaban por las calles de los distritos con el objetivo de que todo transcurriese con normalidad y, en caso de ser necesario, poner orden. Éstos comenzaban a patrullar a las 11 de la noche y terminaban su labor a las 5 de la madrugada.

También realizaban otras labores como indicar la hora a aquel que les preguntase o despertar a los pescadores en zonas costeras. En definitiva, los serenos eran personas que estaban al servicio de los ciudadanos durante toda la noche.

¿Cuáles eran los requisitos para ser sereno?

El Ayuntamiento de Sevilla ha indicado que pondrá en marcha un programa para que esta profesión sea ocupada por mujeres y hombres desempleados mayores de 45 años. Sin embargo, los clásicos serenos debían cumplir otros requisitos.

El requisito primordial para ser sereno en siglos pasados era ser un hombre de entre 20 y 40 años de edad. Según los criterios de la época solo un hombre podía realizar estos trabajos por sus condiciones físicas. Además debía ser un hombre en este específico rango de edad, que pudiese controlar a los ciudadanos en caso de desorden público.

Sin embargo, no todos los hombres que cumpliesen estos requisitos podían ser serenos, ya que había otros requisitos físicos, como medir más de un metro y medio, que era la media española de la época. Por si fuese poco, para formar parte del Cuerpo de Serenos también habías de tener una voz fuerte y clara. De esta forma, se buscaba que los serenos fuesen personas respetadas por el resto de ciudadanos.

Equipamiento de los serenos

Los serenos tenían un aspecto muy característico, con una gorra en la cabeza y un capote para protegerse de la lluvia y el frío. Pero sobre todo, eran reconocidos por los elementos que portaban. En sus manos llevaban lo conocido como "chuzo", que era una especie de lanza que éstos usaban para defenderse. También tenían un farol para poder ver entre la oscuridad de las calles. Por último, llevaban un cinturón con una porra, también para defenderse; y un silbato, con el que alertaban a la policía y bomberos en casos de emergencia.

Se conoce que los serenos usaban su silbato de forma injustificada en la mayoría de casos, por lo que los cuerpos de seguridad no le daban importancia y ni siquiera acudían a la llamada. De ahí se empezó a viralizar la expresión "tomarse a alguien por el pito del sereno", que significa no darle ninguna importancia a alguien.

¿Por qué desaparece la figura del sereno?

La figura del sereno desapareció en España durante los años 70. Fue concretamente en el año 1977, durante la Transición Democrática. La principal razón fue la modernización, ya que los porteros automáticos comenzaron a llegar a nuestro país y los serenos ya no eran fundamentales.

También se mejoraron las cerraduras de las viviendas, haciendo que la mayoría de ciudadanos tuviesen su propio juego de llaves y no tuvieran que delegar en los serenos.

Otro de los motivos que ayudaron a la desaparición del sereno fue las condiciones de trabajo. Éstos no cobraban un sueldo fijo, sino que vivían de las propinas de los ciudadanos, que valoraban su labor de esta forma. Además, en pleno siglo XX tampoco estaban inscritos en la Seguridad Social, por lo que el riesgo de sufrir algún percance durante sus jornadas nocturnas era mayúsculo. De esta forma, los serenos desaparecieron y fueron los policías municipales los que realizaban la función de vigilar las calles.

Aunque desapareciesen los serenos tal y como estaban concebidos, muchas ciudades y localidades españolas han designado durante los últimos años a personas que velen por la seguridad en la noche de una forma mucho más pacífica y sosegada, y que, sobre todo, puedan estar al servicio del ciudadano. Sevilla ha sido la última en unirse a esta iniciativa, en una decisión que a muchos les ha provocado cierta nostalgia.

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