La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Es el más veterano de los miembros del Gobierno andaluz, en donde ocupó las carteras de Agricultura y Turismo. Es además uno de los tres diputados autonómicos que ha estado en todas las legislaturas, junto a José Caballos y Manuel Gracia. Paulino Plata (Melilla 1953) necesita ahora de toda su experiencia para gestionar uno de los departamentos más afectados por la crisis.
-En cultura todo el mundo recorta: cajas de ahorros, instituciones privadas y hasta la Junta.
-En 2012 vamos a tener un presupuesto muy similar al de 2011. Pero es verdad que se ha reducido, porque gobernar es priorizar y nuestras prioridades están claras: todos aquellos servicios que hacen que la gente viva con más dignidad, son los que atendemos en primer lugar.
-Se entiende. Pero el hecho incontestable es que se han reducido los generosos presupuestos culturales de las cajas. Y lo mismo ha ocurrido en las instituciones públicas.
-La situación nos obliga a abaratar costes. Por ejemplo, el caso del Ballet Flamenco de Andalucía; hay una producción, Metáfora, de Rubén Olmo, que se estrenará en febrero en el Festival de Jerez. Los artistas se han seleccionado mediante convocatoria pública, abierta. Va a costar un 55% menos que antes.
-¿Cómo?
-Hemos cambiado el modelo. En vez de una plantilla fija, nos hemos ido a un concurso para seleccionar el programa y el elenco. Un comité técnico y artístico ha elegido.
-¿Después se hará una gira?
-Esa producción la llevaremos a una serie de escenarios, pero la vamos a poner a la demanda, para que funcione por taquilla.
-¿Las ayudas públicas no crean clientelismo y profesionales de la subvención?
-Creo que eso en este sector tiene poca relevancia. La gente del mundo de la cultura es muy independiente. Porque la independencia es clave para la libertad de creación.
-Hay quien sostiene que el mejor ministerio de Cultura es el que no existe, como en Estados Unidos.
-Eso en Europa, que es el espacio en el que la cultura se ha desarrollado más intensamente y donde las constituciones contemplan que la cultura es un derecho fundamental y las administraciones tienen la obligación de procurar igualdad de acceso, las cosas se han hecho tradicionalmente de otra manera. También existe el derecho a la creación, que es el artículo 44 de la Constitución española y el 33 del Estatuto de autonomía.
-Está en el ADN de las naciones.
-Hay un sentimiento patriótico de la cultura en Europa. Un ejemplo magnífico de eso, que se produjo el 12 de marzo en la ópera de Roma, en una representación del Nabucco de Verdi con la que se conmemoraba el 150 aniversario de la unificación italiana, con el primer ministro Berlusconi presente. El director Riccardo Muti, después de que el coro cantara Va pensiero concedió un bis y pidió al público que cantara también. Hay un pasaje de Va pensiero que dice "oh, mi bella patria perdida".
-Oh, mia patria si bella e perduta.
-El público pidió el bis al grito de ¡viva Italia! Al inicio del acto el alcalde de Roma había criticado el recorte de los presupuestos de cultura. Y Muti sostuvo que si seguían así iban a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia.
-¿Se debería haber mantenido el Ministerio de Cultura en España?
-Sí, por muchas razones, pero por una fundamental. El idioma español es un patrimonio valiosísimo, por su proyección internacional: casi 450 millones de personas hablamos el español. La cultura española es una de las más extendidas por el mundo. Y eso tiene una gran importancia, también como activo económico.
-El turismo cultural cada vez tiene más importancia.
-En la globalización tenemos ventajas. En su debate de investidura, Rajoy se refirió al bicentenario y al mundo iberoamericano. Es una prueba de que el Ministerio de Cultura en España es algo obligado. Somos el segundo o tercer país turístico del mundo. La cultura tiene una importancia creciente en la demanda de los visitantes. Y tenemos unas líneas de alta velocidad que permitirían visitar algunas de las mejores pinacotecas de Europa. Madrid con El Prado, Sevilla con el Bellas Artes, Málaga con el Picasso... Pensamos poco en la cultura en esta dimensión.
-En este escenario nuevo que se abre, ¿qué papel debería tener la iniciativa privada?
-Un papel más activo. Lo ideal sería la suma del modelo europeo más el americano. Y eso permitiría muchas iniciativas culturales privadas, y mucha colaboración entre el sector público y el privado. Hace falta una buena ley de mecenazgo.
-¿Que no la hay?
-No. Pero hay potentes mecanismos fiscales para apoyar la presencia de empresas privadas en determinados acontecimientos. Por ejemplo, el consorcio conmemorativo del Bicentenario de la Constitución de Cádiz tiene beneficios fiscales de hasta el 90%, para las empresas que aporten recursos. Y el Milenio de Granada tiene exactamente lo mismo.
-¿Echa en falta más iniciativa privada?
-Sí, aunque entiendo que estamos en crisis. Y que muchas empresas creen que la sociedad no les reconoce el esfuerzo. Es cuestión de darles ese reconocimiento público.
-¿Cuál sería el papel de lo público, para alentar el apoyo privado?
-Le pongo un ejemplo. Si existe esa relación tan positiva entre cultura y turismo, habrá que intentar que quienes se benefician de los visitantes de una iniciativa cultural, ayuden también. La exposición El joven Murillo movilizó a muchísimas personas, que vinieron expresamente de Madrid y otros lugares al Museo de Bellas Artes de Sevilla.
-Hay que desarrollar ese binomio.
-Habría que hacer un esfuerzo para programar, como mínimo, dos o tres exposiciones temporales al año en nuestras instituciones culturales. Para que estén permanentemente renovándose; un museo tiene que ser una institución viva.
-¿Y ahí entrarían las aportaciones privadas?
-A veces los presupuestos son bajos, de 40.000 o 50.000 euros, con importantes retornos.
-Pero se nota la escasa tradición empresarial de Andalucía.
-Esa puede ser una carencia nuestra. Es necesario hacer estudios de impacto cultural, que demuestren los beneficios que generan este tipo de iniciativas conjuntas.
-Se cumple un año de la declaración del flamenco como patrimonio de la humanidad. ¿Se nota?
-Ha habido una proyección internacional en colaboración con el Instituto Cervantes. Tenemos un convenio con el que financiamos actividades que se realizan en sus 78 centros en el mundo. También hemos celebrado el primer congreso internacional flamenco.
-¿Qué logro destacaría?
-La relación entre las empresas que se dedican al flamenco.
-La moderna tecnología permitiría cargar flamenco antiguo en una web. ¿Eso tendría cabida en la que ha lanzado su Consejería?
-La web de la Consejería [www.andaluciatucultura.es] tiene dos componentes, la agenda cultural y la comunidad profesional. La agenda cultural pretende, primero, informar de las actividades culturales que se producen en Andalucía. En segundo lugar, compartir conocimiento. Tenemos documentos digitalizados que queremos que estén disponibles: y están todos los del Centro Andaluz del Flamenco, que tiene más de 300.000. Y tercer término, estimular la creación.
-¿Y la comunidad profesional?
-Pretendemos que las empresas que se dedican al mundo de la cultura se conozcan, se relacionen, hagan alianzas o proyectos conjuntos, subcontraten tareas. Es espectacular el número de empresas que hay en Andalucía, y muchas hacen trabajos fuera: en todos los ámbitos, en el mundo del teatro, el audiovisual, el editorial... En el mundo del cine hay ya un tejido industrial importante. Queremos conectarlo.
-Y apuesta por internet.
-El proyecto pretende volcar en la Red todo el contenido cultural de nuestra tierra. Porque es el ámbito en el que se va a mover en el futuro.
-Es también vender Andalucía en el mundo, que nos hace falta.
-Y más cosas. España tiene probablemente los mejores archivos del mundo. Y hay un único archivo patrimonio de la humanidad que está aquí en Andalucía: el Archivo de Indias de Sevilla, en donde está buena parte de la historia de América. Estos archivos reciben en un año más de cien millones de visitas en sus web. Así que es muy importante saber utilizar todo el potencial que de eso se deriva.
-En la excavación de Orce se sigue trabajando, pero no suena. Mientras, hablamos de Atapuerca...
-Hubo un comienzo desafortunado en la investigación.Eso obligó a ser muy prudentes y rigurosos en la tarea posterior. Pero Orce es uno de los mejores yacimientos mundiales del Pleistoceno, que es la era del hombre. En aquel altiplano debió existir una vida extraordinaria hace un millón y medio de años. La media de fósiles encontrados es de 50 por metro cuadrado y es una extensión de varios kilómetros cuadrados. Se han localizado restos espectaculares del precursor del mamut y otros animales. Algunas de esas piezas están en el museo de Orce.
-Hablaba antes de la cultura como un factor de desarrollo económico.
-La cultura nos hace crecer como personas, pero también ayuda a mejorar la economía. Por eso es importante tener un departamento que piense en cultura y también en el aprovechamiento de una gestión cultural. Supone además empleo de calidad, que no se deslocaliza.
-Suena a filosofía...
-No. Le pongo dos ejemplos prácticos. La extensión del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico a Málaga y Granada. En Málaga, para trabajar en los aspectos más tecnológicos que tiene la tutela del patrimonio; en el proceso de investigación, de restauración, de conservación y de divulgación. Irá al Convento de la Trinidad.
-Ahí está previsto un centro para el Patrimonio Mundial.
-Para que las iniciativas que haya de declaración de un bien como patrimonio de la humanidad tengan sus expedientes bien orientados.
-¿El Parque de los Cuentos está descartado en La Trinidad?
-Por lo menos en esta etapa eso no es posible. Aunque vamos a invertir más de tres millones de euros en aquellas instalaciones.
-Y lo de Granada, ¿qué sería?
-Lo mismo, pero específicamente para arte islámico.
-Andalucía ha aportado mucho a la imagen de España. ¿Eso cómo se gestiona?
-Hay que hacer visibles las aportaciones que a lo largo de la historia y en el momento presente hacen los andaluces a la cultura de España. Es una manera de poner de manifiesto la capacidad creativa del pueblo andaluz y tiene otro efecto que es el de la autoestima. Ninguna región de Europa tiene una herencia tan rica, del mundo árabe y americano. Necesitamos aprovechar nuestra historia para establecer relaciones que nos ayuden a proyectar nuestra cultura, nuestra economía también y a nuestra gente en el mundo.
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