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La sanidad se enciende

El sistema de salud se ha convertido en el segundo problema citado por los andaluces, una percepción general que ha ido tomando fuerza desde las primeras manifestaciones en Granada

La sanidad se enciende
N. M. · J. M. M. P.

22 de enero 2017 - 07:19

Los ajustes presupuestarios que ha venido sufriendo el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en los años de la crisis se ha traducido en una restricción de las plantillas y de los recursos asistenciales que hacen tambalear a la joya de la corona. Las multitudinarias protestas de Granada, surgidas ante la fusión hospitalaria en la ciudad, han tenido un reflejo, aunque desigual, en varias ciudades andaluzas. El último Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), realizado por la Universidad de Granada y publicado esta misma semana, ha constatado el descontento ciudadano ante los recortes al bastión de la Junta de Andalucía: la sanidad supera ya a la corrupción en el ranking de los problemas que refieren los andaluces. Para el Gobierno andaluz, la percepción del sistema sanitario se ha convertido en su principal problema detrás del desempleo. Si hasta ahora el caso de los ERE, o el de Invercaria, figuraban en el día a día del Parlamento, ahora es la sanidad el caballo sobre el que cabalga la oposición, PP y Podemos, contra el Ejecutivo.

Algunos problemas que estaban soterrados desde hace mucho tiempo han aflorado tras la crisis: aumento de las listas de espera, demoras que se alargan para pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, dificultades para lograr una consulta con los especialistas, urgencias que se colapsan de manera cíclica, saturación de los profesionales y pérdida en calidad asistencial, entre otras cuestiones.

El talante para lograr el consenso con los sindicatos que han mostrado en múltiples ocasiones el gerente del SAS, José Manuel Aranda, y el consejero de Salud, Aquilino Alonso, el aumento del 5,5% en el presupuesto para este año en el servicio público sanitario, así como los esfuerzos de la Administración para la recuperación de derechos laborales perdidos en sus plantillas (tasa de reposición del 100%, recuperación de los contratos al 100% de la jornada, oferta pública de empleo y el proceso de interinización, entre otras medidas) no logran calmar las protestas ni el descontento ciudadano, al menos, de momento.

El presupuesto de sanidad ha aumentado en 2017 en 500 millones de euros, y se ha incrementado un 13% en los últimos tres años. Además, es ahora cuando los profesionales comienzan a recuperar los salarios, la jornada completa y cuando la Junta ha puesto en marcha un plan para dar estabilidad a los eventuales. Pero frente a estas mejoras objetivas se palpa un descontento que como una mecha se ha ido extendiendo desde Granada por muchas provincias. En Granada, la apertura de un nuevo hospital ha coincidido con un proceso de fusión que se ha encontrado en la calle con una respuesta masiva, casi nunca vista en esta ciudad.

"La calidad asistencial no se ha deteriorado"

"La sanidad pública andaluza no está en riesgo, sino todo lo contrario, porque es ahora cuando se están recuperando las condiciones de los profesionales y cuando retomamos infraestructuras ralentizadas durante la crisis". El consejero de Salud, Aquilino Alonso, es consciente de que los problemas suscitados en algunas provincias han perjudicado la percepción general sobre la sanidad. Pero matiza: "Sin embargo, la percepción del usuario, del paciente atendido, sigue siendo buena, la última medida aporta un notable alto, que está muy bien". En su opinión, el malestar generado proviene del sacrificio que se le ha pedido a los profesionales durante los años de crisis. Es como un eco que ha rebotado en la opinión pública. Es ahora cuando algunos de esos "derechos" se están recuperando: se bajan de las 37,5 horas semanales a las 35 horas, se restituye el salario y hay un programa de interinización para los eventuales. En los últimos tres años, por ejemplo, el presupuesto de sanidad ha aumentado un 13%: en 2017 son 500 millones de euros más. Por ello, no deja de ser paradójico que es precisamente ahora cuando estallen todos estos casos que están poniendo en jaque al Gobierno andaluz en una de las materias de las que ha podido presumir. El consejero opina que a lo largo de 2017 la mejoría de los profesionales irá filtrando una normalización hacia la opinión pública. "La calidad asistencial no se ha deteriorado, miremos por donde miremos no hay datos que lo indiquen, es el caso del plan de la diabetes, por ejemplo, que es de los últimos que hemos presentado un balance, pues la mortalidad disminuye, las complicaciones son menores", explica. El consejero sostiene que cada una de las provincias presentan casos muy diferentes. Admite, por ejemplo, que en Huelva y en Jaén hay que aumentar la cartera de servicios para evitar desplazamientos a otras ciudades. En Huelva se ha avanzado bastante en pediatría, pero entiende que debe extenderse a otros servicios. Considera que en Málaga hay que hablar de la organización y que en Granada, donde se han producido las grandes protestas, no hay un problema de cartera de servicios, sino de un rechazo inicial a la fusión hospitalaria. "En sanidad todo puede mejorar, y yo soy el primero que lo demanda, pero lo cierto es que contamos con uno de los tres mejores sistemas del mundo occidental", apunta. Aquilino Alonso también señala otro factor que ha podido empeorar la percepción general, y es que la sanidad se ha convertido en un objeto de lucha política y de arma de desgaste de la oposición contra el Gobierno andaluz. "Y muchas veces se hace desde posiciones radicalmente diferentes sobre qué debe ser la sanidad", indica Alonso.

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