La jubilación afectará a casi la mitad de la plantilla del SAS en una década
Salud
El 41% de los profesionales estarán retirados en 2030
Sindicatos y colegios de médicos avisan de la "insuficiente" oferta de plazas para residentes MIR
Mucho se habla del gasto sanitario que acarrea una sociedad envejecida y de sus derivadas en la sostenibilidad del sistema público. (Cuanto más anciana sea la sociedad, más abundan las enfermedades crónicas, las patologías múltiples o el gasto público en medicamentos.) Sin embargo, a las administraciones les preocupa en un grado similar que la pirámide poblacional del personal sanitario sea exactamente la misma, sin excepción.
La generación del baby boom, como es sabido, se acerca con naturalidad a la jubilación y a la flacidez, algo de lo que ni siquiera se librarán los partidarios de las cirugías estéticas y del resto de elixires de la eterna juventud.
Existe una alerta fundada por el panorama a medio plazo de la población sanitaria andaluza. Y no es una novedad. Los sindicatos y los colegios profesionales llevan años advirtiéndolo. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) y los agentes sociales manejan un documento de trabajo que habla de que la sanidad pública habrá perdido por jubilaciones al 41,2% del personal en la próxima década, que será el 49,8% en 2032.
Como se aprecia en el gráfico adjunto, cuyos datos pertenecen al Plan de Ordenación de los Recursos Humanos del SAS, será 2030 el año en que se produzca el pico de jubilaciones en la plantilla, que sigue una curva uniformemente ascendente desde 2020, con la salvedad del bienio 2026-2027.
Escasa resposición del personal
Nada de esto sería un problema si la reposición fuera equilibrada, es decir, si los sanitarios que se jubilaran fueran sustituidos por una cifra similar de entradas. Como avisan los sindicatos, ni la oferta de plazas de médicos y de enfermeros residentes es la adecuada ni el SAS es capaz de retener al personal más joven. En Andalucía, según informó recientemente el consejero de Salud, Jesús Aguirre, el SAS conserva al 60% de los médicos internos residentes (MIR), mientras que lo deseable sería que fuera del 80%.
Son varios los factores que impiden la conveniente cobertura del personal del SAS. El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos ha cifrado el déficit de nuevos facultativos en aproximadamente 700, un dato que se acumula año tras año. Y eso pese a las 1.478 plazas MIR ofrecidas en 2020, una cifra que supone un aumento del 9,4% con respecto al año anterior. Las cifras, con todo, siguen siendo insuficientes.
Preocupación entre los sindicatos
Es lo que afirman los sindicatos. Desde CCOO, José Antonio Aparicio cree que "hay un problema estructural en la población de facultativos" y, a medio plazo, "en el personal de Enfermería". En la misma línea se pronuncia Victorino Girela (CSIF), quien más que de incertidumbres en el horizonte del SAS atisba "certidumbres": "La de que se avecina un alto número de jubilaciones" en los próximos años, particularmente "preocupante" entre los médicos. Desde el Sindicato Andaluz Médico, Rafael Carrasco califica la situación de "preocupante" y, como el resto de representantes sindicales, señala como urgente medida correctora el aumento de la oferta de puestos para residentes.
Entre los dirigentes sindicales apremian a las soluciones.
La sostenibilidad del sistema sanitario público, uno de los pilares del Estado del bienestar, está de por medio. Principalmente, sostienen desde los sindicatos, porque la formación de un médico, desde que comienza a estudiar el grado hasta que completa los cuatro o cinco años de formación, alcanza un promedio de diez años, justo el periodo en que, desde hoy hasta 2030, el declive demográfico entrará en su cúspide. Por eso hay que actuar con celeridad.
Dentro de los facultativos especialistas de área (FEA), cunde la alarma por la escasez de médicos de familia y de pediatras, aunque tampoco sobran anestesistas, oftalmólogos, ginecólogos o traumatólogos, explica el Sindicato Andaluz Médico. "Formar y retener", subraya Carrasco, quien abunda en la necesidad de no dejar escapar a los profesionales.
Soluciones a la fuga de batas blancas
En 2018, según datos del Ministerio de Sanidad, había 94 médicos de Atención Primaria por cada 100.000 habitantes, lejos de los valores de Aragón (122,8), Asturias (105), Castilla y León (130,7) o Extremadura (131,8). Para nutrir el personal, evitando que los más jóvenes acaben trabajando en Francia, Portugal o Reino Unido, desde los sindicatos apuntan a medidas como la equiparación salarial o la disminución de la precariedad y la estabilidad laboral.
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