El rol andaluz en la frontera sur

P. Godino Sevilla

02 de marzo 2014 - 05:04

La trágica muerte de 15 inmigrantes subsaharianos en la playa del Tarajal en las aguas del espigón que separa Marruecos de Ceuta y los recientes saltos a la valla de Melilla han servido para poner de manifiesto la miopía con que Europa atiende el fenómeno migratorio, en las ciudades autónomas y en la frontera a Europa que es el litoral andaluz. Las pateras y barcazas hinchables que llegan a las costas gaditanas y granadinas y la entrada como polizones en barcos y camiones de inmigrantes irregulares en los puertos de Algeciras y Málaga son episodios cotidianos de la inmigración irregular en Andalucía, sin freno por muchas leyes que apruebe el Parlamento Europeo. Para el socialista Luis Yález, "el mundo desarrollado tiene que comprender que tenemos que tener no una política de total puerta abierta pero sí una integradora, de acogida", porque, opina, "en épocas de bonanza los inmigrantes han sido importantísimos para el crecimiento, el empleo y la demografía del país".

En la misma línea se expresa Teresa Jiménez Becerril. "La política de inmigración europea es una gran preocupación para los países del sur, como Grecia, Italia y España". En la Comisión Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior a la que pertenece, la sevillana asegura que "suele apelar a la solidaridad de los países del Norte, que aunque son los grandes receptores a la larga de esa inmigración que entra por la frontera andaluza no tienen que sufrir la tragedia de ver los cadaveres en sus costas. Necesitamos una mayor solidaridad y que Frontex tenga más medios".

Sin embargo, para el diputado de IU Willy Meyer Frontex y la directiva de retorno -votada en su mayoría por socialistas y populares en la Eurocámara- son el problema y el atentado "más grave" a los Derechos Humanos por parte de Europa. "Si el Gobierno andaluz tuviera las competencias de inmigración haríamos otra política de inmigración", opina.

Como proyecto económico y social, la UE tendría que hacer justo al revés. "Necesitamos de la inmigración, para cobrar nuestras pensiones porque nuestra tasa de natalidad es descendente. Europa es un continente viejo".

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