El riego preciso para una agricultura en sequía
Medio ambiente
Investigadores de la UCO desarrollan un algoritmo que simplifica el cálculo de las necesidades de agua para los cultivos
Un grupo de investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) ha desarrollado un algoritmo que simplifica los cálculos para prever las necesidades de riego de los cultivos, un modelo innovador que es capaz de predecir con hasta una semana de antelación una serie de estimaciones con las que conocer dichas necesidades y que, a diferencia de otros sistemas desarrollados hasta ahora, necesita de un menor número de variables meteorológicas. El grupo de investigación del área de Proyectos de Ingeniería de la UCO ha publicado los resultados de su estudio en la revista Agronomy.
La agricultura consume el 70% del agua que se extrae en el mundo y las actividades agrícolas representan una proporción aún mayor debido a la evapotranspiración de los cultivos. Más de 330 millones de hectáreas cuentan con instalaciones de riego en el planeta. El análisis de datos es una de las nuevas herramientas a disposición de los regantes para, entre otros usos, calcular la cantidad de agua que necesita un cultivo en particular. El objetivo es que las explotaciones agrarias sean sostenibles.
Javier Estévez, investigador del Área de Proyectos de Ingeniería de la UCO, explica a este periódico el concepto clave del nuevo modelo, la citada evapotranspiración, que es la variable de referencia del algoritmo. "Es la cantidad de agua que pierden los cultivos por evaporación desde el suelo y por la transpiración de la cubierta vegetal", define Estévez. La estimación de esta variable es "fundamental" para calcular las necesidades de riego de modo eficiente que permite reducir al mínimo el consumo de agua.
El algoritmo, por tanto, se antoja un elemento esencial en el actual periodo de sequía y cambio climático, principalmente en regiones como Andalucía, donde existe un "déficit estructural de agua". La reserva de agua de los embalses andaluces se sitúan actualmente en el 36% de su capacidad, un 9% menos que hace un año. Los precios de la energía, por su parte, no dejan de aumentar. Vale por tanto cualquier mejora que optimice la cantidad de agua y energía empleado en el sector agrícola. "Si somos capaces de regar menos, el ahorro de agua y energía será notable".
Este modelo innovador desarrollado por la UCO, cuenta Estévez, es abierto, es decir, puede usarse por cualquiera que disponga de un termómetro, una sencilla herramienta con la que un regante o un investigador podrá prever con precisión qué cantidad de agua requiere un cultivo, midiendo previamente la citada variable de la evapotranspiración. La investigadora Amanda García añadió a Europa Press sobre esta cuestión que este modelo innovador está disponible en formato abierto, "lo que supone que cualquier persona que lo desee pueda usarlo, mejorarlo y adaptarlo a cualquier tipo de cultivo".
Para calcular lo mismo, los sistemas tradicionales habían necesitado una serie de variables meteorológicas más diversas como la velocidad del viento, la humedad o la radiación solar, "parámetros más costosos de medir y que, a diferencia de la temperatura, no están disponibles en todas las estaciones meteorológicas", señala Estévez.
El algoritmo, desarrollado dentro del proyecto de investigación Smarity, ha sido validado en cinco localidades de Andalucía sujetas a distintas condiciones de aridez climática, desde zonas más húmedas cercanas a Cádiz y Huelva hasta zonas desérticas de Almería. El beneficio de investigaciones como el llevado a cabo por la UCO es sustancial en áreas áridas o semiáridas como Andalucía.
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