El juez reconstruye de nuevo el crimen con un maniquí y una silla de ruedas
Miguel Carcaño vuelve al piso de León XIII para escenificar otra vez la muerte de Marta
Si durante la mañana de ayer las novedades en la investigación del asesinato de Marta del Castillo se desarrollaban sin solución de continuidad en los juzgados, donde el juez encargado del caso tomaba de nuevo declaración a los implicados en el suceso, por la tarde la expectación se trasladó al escenario del crimen, el domicilio del número 78 de la calle León XIII en el que vivía Miguel Carcaño Delgado.
El juez había ordenado, a raíz del cambio de declaración del principal imputado, que se llevara a cabo una nueva reconstrucción judicial de los hechos. Durante más de tres horas y media, Miguel Carcaño explicó al juez, a los abogados defensores y al fiscal su nueva versión de los hechos, que pasa por su exculpación y la atribución del crimen al menor de 15 años. También estaba presente en la nueva prueba judicial el hermano del hasta ahora asesino confeso, Javier Delgado Moreno, aunque sólo en calidad de propietario del inmueble, dado que el juez ni siquiera le había tomado una nueva declaración por la mañana.
En la reconstrucción se emplearon un maniquí y una silla de ruedas. El muñeco tenía un tamaño similar al de Marta del Castillo, de aproximadamente 1,65 metros de altura. Con este objeto el juez inquirió a Miguel Carcaño cómo se produjo el crimen. El principal implicado en el caso sostiene en su nueva versión que fue el menor de 15 años quien realmente mató a Marta. La Policía introdujo el maniquí en la casa envuelto en un plástico negro y se llegó a barajar la posibilidad de que fuera incluso arrojado al contenedor de basura de la calle Jorge de Montemayor en el que Miguel asegura que depositaron el cuerpo de Marta. De hecho, la Policía había acordonado la zona de los contenedores, aunque finalmente no llegó a realizarse esta última prueba.
Los agentes de la Policía Científica también trasladaron al piso de León XIII la silla de ruedas que podría haber sido empleada por los implicados en el crimen para llevar el cuerpo desde la puerta del bloque hasta la basura. Ambos puntos están separados por aproximadamente un centenar de metros. La silla también llegó envuelta en una gran bolsa negra de plástico.
Cobra fuerza ahora el testimonio de un vecino del bloque que vio a Miguel manipular una silla de ruedas poco antes de las dos de la madrugada del 25 de enero. Este testigo siempre se ha mantenido firme en su declaración, por lo que la Policía llegó a pensar que el principal implicado en el caso se escapó de la casa de su novia en Camas para volver y tirar el cuerpo de Marta al río Guadalquivir. El testimonio del vecino encaja ahora con el nuevo relato de los hechos aportado por el principal implicado en el caso. Arrojara o no el cadáver a la basura, sí parece más creíble que se utilizara una silla de ruedas para sacar el cuerpo de la adolescente de la vivienda de la calle León XIII. Este objeto perteneció a la madre de Miguel, minusválida, que falleció en la primavera de 2006.
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