Sin rastro bajo la nieve
Las sondas y los perros no logran dar con el paradero del montañero debido al gran espesor de nieve · El equipo de rescate reanuda hoy la búsqueda en una zona acotada donde encontraron su bastón · El riesgo de nuevos aludes sigue siendo extremo.
Segundo día en blanco y cada vez con menos esperanzas. Las labores de búsqueda del montañero desaparecido el domingo al ser sepultado por un alud en Sierra Nevada tuvieron que ser suspendidas anoche por segundo día consecutivo debido a la falta de visibilidad y tras un intenso día en el que un gran dispositivo humano intentó por todos los medios localizar a John. H. T., que regresaba de una jornada de montañismo cuando le sorprendió la avalancha de nieve. Iba junto a otros dos compañeros que pudieron salvar milagrosamente su vida y que desde el momento del accidente y su desaparición no han abandonado la zona para colaborar con el rescate.
Desde primera hora de la mañana hasta los últimos rayos de sol un operativo de rescate formado por 19 agentes del Servicio de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil, con cuatro perros especializados, 133 militares pertenecientes al batallón militar de emergencias y personal de Cetursa centraron la búsqueda en una de las zonas que dejó la lengua de nieve y en la que creen pueden encontrar el cuerpo del hombre, de 42 años y vecino de Zafarraya aunque de ascendencia británica. Porque, aunque mantienen la esperanza, ya son prácticamente nulas las posibilidades de encontrarlo con vida.
Sólo el impacto que tuvo que recibir de los enormes bloques de nieve dada la magnitud de la avalancha ya tuvieron que provocar importantes traumatismos en el montañero. Aunque la esperanza es lo último que se pierde.
Durante la mañana la Guardia Civil se encargó en exclusiva de la búsqueda utilizando sondas y con la ayuda de los cuatro perros de rescate. Pero no conseguían resultados, lo que hace pensar a los expertos que el cuerpo del montañero esté a más de tres metros de profundidad, que es a la distancia que alcanzan las sondas. Porque la lengua de nieve dejó zonas con espesores de más de diez metros.
Después se incorporaron una compañía de 133 militares del II Batallón de Intervención (BIEM) de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con sede en Morón de la Frontera. También miembros del Ejército de Tierra y del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA). Casualmente, el BIEM iniciaba ayer en Sierra Nevada un ejercicio de instrucción para actualización y profundización en rescate en zonas de grandes nevadas con riesgo de aludes. Según un comunicado del Ministerio de Defensa, además de los 133 militares la UME ha desplazado a la zona 21 vehículos y cuatro perros, que permanecerán en la zona hasta el viernes si no se encuentra antes.
Pero seguían sin encontrar nada. En ese momento de la búsqueda se requirió a Cetursa que aportara dos máquinas pisapistas de la estación de esquí. Son máquinas que con ayuda de unas palas pueden remover y retirar nieve. Según informaron desde la estación, el objetivo del plan es realizar catas en bancada en la zona de búsqueda acotada para con ayuda de las máquinas llegar a una mayor profundidad y, o bien encontrar al hombre o llegar hasta la zona de nieve dura anterior al alud que permita introducir de nuevo las sondas.
Es un paso más en el operativo de rescate al no funcionar la metodología tradicional de sondas y perros, lo que ha hecho pensar a los expertos que esté más profundo.
Los trabajos se centraron, según confirmó el coordinador de la operación de rescate, Antonio Camero, en una superficie limitada de unos 300 metros cuadrados de la extensión de un kilómetro cuadrado que ha dejado la avalancha.
De hecho, creen que con ayuda de las máquinas y centrándose en la zona acotada -es donde los compañeros señalan y donde apareció el piolet del alpinista- durante la jornada de hoy puedan lograr la localización del hombre, montañero experimentado y que realizaba una travesía por la nieve en la zona del Barranco de San Juan.
La propia familia del montañero -viudo y con un hijo pequeño- acudió a la zona del accidente, donde permaneció durante todo el día esperando noticias del equipo de rescate. Aunque la Guardia Civil restringió la colaboración en la búsqueda de personal voluntario ante el riesgo de nuevas avalanchas y para evitar distracciones en los perros de rescate. De hecho, el primer día y nada más activarse la búsqueda al conocer el suceso, participaron también voluntarios de Protección Civil y personal de Cetursa de pistas y profesores de esquí.
Desde la estación de esquí de Sierra Nevada advierten de que el riesgo de nuevos aludes y movimientos de nieve sigue existiendo y así lo comunican continuamente a los esquiadores. Incluso tienen declarado el riesgo máximo de peligro de avalancha debido a la nieve acumulada por las fuertes nevadas de la pasada semana. Aunque los montañeros realizan rutas independientes de la estación, desde Cetursa están colaborando estrechamente con el dispositivo.
A primera hora de la mañana de hoy continuará la búsqueda de John H.T. en la misma zona.
La avalancha se produjo sobre las 13:30 horas del domingo en la zona conocida como Barranco de San Juan, en concreto en la ladera de la Virgen de las Nieves, a un kilómetro de la Hoya de la Mora.
El montañero desaparecido practicaba travesía (senderismo por la nieve) junto a otras dos personas, dos excursionistas de Granada y Zafarraya que pudieron salir por sus propios medios de los restos de nieve.
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