Informe sobre barrios marginales
La cara menos amable de las ciudades de Andalucía
Ya no son sólo los susanistas ni los críticos sempiternos de Luis Ángel Hierro, los partidarios de que el PSOE de Andalucía releve a Juan Espadas y su Ejecutiva en el próximo congreso regional se extienden por todas las provincias, pertenecen a todas las sensibilidades y no actuán en contra de Ferraz, sino ante la actitud de la dirección federal de dejar hacer a los territorios. La cúpula del PSOE de Cádiz ya se ha manifestado a favor del cambio, y se espera que la misma semana del 41º Congreso Federal haya nuevos pronunciamientos. La decisión que adopte Jaén es esencial, ya que este territorio siempre acude unido a todos los procesos congresuales y suele marcar la tendencia de toda la organización. Otra provincia crítica es la de Córdoba, aunque como los jiennenses esperan el momento adecuado para revelar sus intenciones.
Las declaraciones sobre el cambio del secretario provincial gaditano, Juan Carlos Ruiz Boix, se une a las que viene expresando el onubense Mario Jiménez, ex portavoz parlamentario y ex vicesecretario general, y que no han motivado el cierre de filas entorno a Juan Espadas más allá del pronunciamiento del secretario sevillano. Tampoco se ha pronunciado la dirección federal.
La provincia de Sevilla es la que tiene más militantes y su secretario, Javier Fernández, sí se ha mostrado a favor de la continuidad de Juan Espadas porque entiende que el actual líder andaluz está haciendo una buena labor de oposición a Juanma Moreno y ha trabajado con éxito la investigación judicial que se ha abierto en un juzgado sevillano sobre los contratos de emergencias del SAS. Por primera vez en esta legislatura, el Gobierno de Juanma Moreno tiene problemas, el juez va a llamar a los tres últimos gerentes del SAS y la Fiscalía Anticorrupción ha solicitado los informes de la interveción, pero la sensación que se tiene en el PSOE es que el presidente de la Junta está muy consolidado y que Espadas no ha logrado que sea visualizado como una alternativa. "No vas a encontrar a nadie en el partido, ni en su Ejecutiva, que crea que Juan puede ganar las elecciones", explica un dirigente actual.
Hay algunas decisiones de Espadas que desconciertan a la organización, como la acumulación de grupos de trabajo o la dilución de la portavocía en varias personas, de tal modo que nadie consigue saber quién marca los mensajes y cuáles son estos. Casi nadie ha comprendido, por ejemplo, por qué Espadas no sacó el asunto de la judicialización de los contratos de emergencias del SAS en la última sesión de control al Gobierno de Juanma Moreno.
La tesis sevillana es que es mejor llegar a las elecciones de 2026 con Espadas en el cartel, de modo que sólo se buscaría a otro líder si el actual no consigue un buen resultado. Varias fuentes indican que Javier Fernández, que además de secretario provincial es presidente de la Diputación, es un claro referente para la sustitución, aunque consideran que esperar a 2030 es demasiado tiempo para un partido que se deteriora por días. "En política no se puede esperar a ver cómo lo hace otro -indica un militante sevillano-, eso le pasó a Susana Díaz, que dejó pasar a Pedro Sánchez para ella ponerse después".
Más allá de las elecciones autonómicas, el problema del PSOE de Andalucía es su organización y el deterioro de su tejido territorial. Fue por eso por lo que hace unos meses se pensó en una doble solución: buscar a un nuevo secretario general mientras se decidía el candidato para cuando Juanma Moreno se aproxime a la cita electoral. Fue entonces cuando se barajó el nombre del jiennense Juan Francisco Serrano, actual secretario federal adjunto a Organizacion, mano derecha de Santos Cerdán, para hacerse cargo del partido. La vicepresidenta María Jesús Montero, que es la pereferida del partido, cerraría la apuesta electoral.
Uno de los problemas de los críticos y, a la vez, el aval de Juan Espadas es que los críticos no tienen claro un nombre para el relevo. Tanto Montero como Javier Fernández y Juan Francisco Serrano, que son posibles candidatos, no van a dar el paso si la dirección federal no les anima a ello. A favor de los partidarios del relevo está el hecho constatable de que Juan Espadas no está siendo capaz de frenar el ascenso de Juanma Moreno en popularidad, hasta el punto de que Andalucía, como ocurrió en la Comunidad Valenciana, pase de ser un territorio de izquierdas para situarse en el centro derecha. Con 61 escaños en el Congreso, sin una buena posición en Andalucía, no es posible logra el Gobierno del país.
La dirección andaluza debe ponerle fecha al congreso regional, aunque se debe celebrar antes del 23 de febrero. Por el momento, el único que ha anunciado su candidatura es Juan Espadas.
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