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Interrogantes en la ejecución y el ingreso de las cuentas

Presupuesto 2019

Oposición y agentes sociales se preguntan cómo cumplirá el Presupuesto el Gobierno en medio año

El consejero de Hacienda, Juan Bravo, le entrega el proyecto de ley del Presupuesto a Marta Bosquet, presidenta del Parlamento. / Efe
Miguel Lasida

14 de julio 2019 - 05:00

El primer Presupuesto de la Junta sin color socialista en 37 años conserva las formas del cuadro aunque varíen los tonos de la paleta. Las semejanzas y las diferencias, al cabo, son las existentes entre la centro-izquierda y el centro-derecha predominantes. Más o menos impuestos, más o menos cargas en la tinta de ciertos discursos, lo que permanece invariable en las cuentas de 2019 del Gobierno PP-Ciudadanos es el Estado de bienestar. Así constan en las previsiones de gasto en Salud, Educación y Políticas Sociales.

Claro que una cosa son las cuentas consignadas en el Presupuesto y otra es su verdadera ejecución. Expertos en esta materia están siendo los miembros del autodenominado "Gobierno del cambio", que no han cesado de afear en este medio año de mandato a las anteriores administraciones por la escasa realidad de anteriores partidas presupuestarias.

Memoria Histórica: "Ustedes presupuestaron 1.724.752 millones y gastaron 1.117.409. Nosotros ponemos 1.605.000", espetó el consejero de Hacienda, Juan Bravo, a su adversario socialista en el Parlamento, Antonio Ramírez de Arellano, haciendo una comparativa entre las cuentas de 2019 y 2018. Y añadió sobre violencia de género: "Ustedes pusieron 4.200.000 euros y gastaron 1.200.000; nosotros hemos puesto 4.206.000". Inversiones: "Ustedes presupuestaron 1.298 millones ¿y sabe cuánto gastaron? 600 millones; nosotros hemos puesto 1.303 millones".

De las críticas a los hechos, de los fantasiosos cuentos a las cuentas reales, que es como ha llamado Bravo a su Proyecto de ley de Presupuestos, el Gobierno se expone con este texto a su más importante reválida: la credibilidad es la divisa con la que populares y naranjas pretenden lucir como previo acceso al ruedo de la estabilidad, la garantía y la previsibilidad. La faena será de puerta grande o de enfermería.

Y no sólo han sido los partidos de la oposición los que han puesto en duda la capacidad del nuevo Gobierno en la ejecución de sus cifras. También lo han hecho los agentes sociales, invitados a la Cámara para opinar, como cada año, sobre el Presupuesto. Lo hizo Asaja –nada sospechosa de fuerza opositora del PP y Cs– e insistieron en su importancia patronales, sindicatos y colectivos profesionales. El escaso tiempo para cumplir con las cifras, según los comentarios de los comparecientes, se plantea como el más alto de los obstáculos.

La teoría dice que el Presupuesto es el texto que codifica en números el ideario político de un Gobierno. Es innegable por tanto referirse a la más importante medida política del medio de año del actual mandato. La bajada de impuestos tiene el correlato presupuestario de la reducción del ingreso, subsanado, según San Telmo, por una urgente enajenación de bienes.

Nada menos que 320 millones espera ingresar el Gobierno en menos de seis meses, cuestión que ha sido cuestionada tanto por la oposición como por los agentes sociales. CCOO y Asaja expresaron "serias dudas" al respecto. El poco tiempo será el obstáculo. Un muro como una frontera.

El contribuyente pasa a la denominación de "cliente"

Que el nuevo Gobierno de la Junta pretendía modificar ciertas rutinas heredadas se ha traducido en asuntos de relevancia constante y sonante como la bajada de impuestos, el acometimiento de la eliminación de trabas burocráticas o la "desregulación" que con tan pocos complejos ha voceado el consejero de Presidencia, Elías Bendodo. Lo que no se esperaba es que este estilo laissez faire y esa traslación de la gestión empresarial a la administración pública iban a traducirse en un cambio de definición del ciudadano de a pie. Quien hasta ahora había sido ciudadano o contribuyente pasa a convertirse en "cliente", una denominación que ni siquiera usan ya las empresas –prefieren usuario–: "Creo que el ciudadano debe ser nuestro cliente y no nuestro administrado, ni nuestro tutelado", dijo Pablo Venzal, el portavoz del PP en el debate del dictamen del Presupuesto. Que la anécdota no pase a categoría, están deseando los funcionarios.

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