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"No me presentaré a unas primarias para ser candidato en Madrid"

José Antonio Griñán. presidente de la Junta

Griñán agotará su legislatura, su intención es volver a presentarse en 2016 y niega que sea ambiguo al no descartarse como secretario general del PSOE: nunca se ha postulado, alega.

"No me presentaré a unas primarias para ser candidato en Madrid"
José Antonio Carrizosa · Juan Manuel Marqués Perales

04 de noviembre 2012 - 01:00

Después de una atribulada semana en el seno de su partido, José Antonio Griñán, presidente de la Junta, líder del PSOE andaluz y presidente de su partido a nivel nacional, deja algunas cosas claras; otras, no tanto. Quizás porque lo de los futuribles no es lo suyo o porque en su geografía hay muchos ríos y, por tanto, bastantes puentes que cruzar. Relajado -acababa de aprobar el anteproyecto de Presupuestos para 2013, una de las pruebas más difíciles del Gobierno de coalición con IU-, la entrevista se prolonga durante cerca de una hora antes de que salga a comer y tome camino para Almería.

-¿Usted alberga la intención de presentarse a las elecciones primarias del PSOE para ser su candidato a las elecciones generales?

-Si hay primarias, y las habrá, no me voy a presentar. Rotundamente, no. Mi hoja de ruta y mi calendario están claros: es Andalucía. Soy presidente de la Junta, soy secretario general del PSOE andaluz y soy presidente federal del PSOE. Tengo un mandato con el pueblo andaluz que no voy jamás a desairar. Nunca. He sido elegido presidente por una mayoría de izquierdas, tengo un Gobierno de coalición y lo llevaré hasta el límite. Ésa es mi única ambición; ahora, eso sí, con un pie en Madrid.

-¿Se presentará usted en 2016 a las elecciones de la Junta?

-Si me siento como ahora mismo me siento, no tengo ninguna duda: me presentaré a las elecciones.

-¿Piensa usted, por tanto, terminar su vida política como presidente de la Junta?

-Ah, seguro que sí. Mi única ambición de cargo público es el de la Junta de Andalucía; cuando deje de serlo, acabará mi ciclo.

-Manuel Chaves le ha pedido un apoyo "sin reservas" a Alfredo Pérez Rubalcaba por su condición de presidente federal del PSOE.

-Sí, es lo que debo hacer, y lo que llevo haciendo desde que soy presidente. Es más, he salido siempre, en todos los medios, para defender el tipo de oposición que hace, y en los últimos días, he dicho dos cosas. Primero, que no estoy de acuerdo con la celebración de un congreso extraordinario para el PSOE y, segundo, que las elecciones primarias se deben realizar lo más próximo posible a las elecciones generales porque si no, se crearían otro tipo de problemas.

-Se refiere a la bicefalia, a que haya durante un año o más un secretario general en el partido y, de otro, un candidato a la presidencia del Gobierno.

-Por ejemplo.

-Pero también hemos leído de usted o de miembros de la dirección andaluza del PSOE que Alfredo Pérez Rubalcaba no debía enrocarse hasta 2016 o atrincherarse.

-No, atrincherarse no lo he utilizado yo, me hicieron una pregunta en la que se utilizaba ese término.

-¿Pero usted cree que Rubalcaba se está atrincherando o enrocando en la Secretaría General del PSOE?

-No, lo que él dijo el otro día en la reunión de la Ejecutiva [fue el lunes pasado] es que hay que acelerar el calendario para tomar decisiones, dar otro ritmo a la labor de oposición, y en lo único que podemos diferir es que yo creo que hay que hacer autocrítica, que es lo que están esperando los ciudadanos de nosotros. Ésa es mi impresión: nos están esperando. Ya hemos recibido un castigo, que es la derrota electoral, y en la derrota cualquier partido debe explicar por qué ha sucedido. Y no es una diferencia entre Rubalcaba y yo. Mire, algunos de los resultados electorales obtenidos se deben a que nos hemos equivocado. Lo he dicho ya: nos equivocamos al cambiar la Constitución, al no introducir la dación en pago como modo de solventar el impago de una hipoteca y al haber derogado, como lo ha explicado el propio Pérez Rubalcaba, el Impuesto de Patrimonio.

-Entonces ya no hay problemas con Rubalcaba.

-No, es que no hay. Me han dicho que soy ambiguo [respecto a una hipotética candidatura de Griñán a la secretaría general del PSOE] porque no me he autodescartado, pero es que nunca me he postulado. Por tanto, no soy ambiguo, no me descarto porque nunca me he postulado. ¿Le han preguntado a Rubalcaba si va a ser candidato?

-Sí.

-¿Y que ha dicho?

-Que no tiene esa decisión tomada.

-Pues, entonces... Yo soy presidente del partido a nivel federal y soy secretario general del partido en Andalucía, y voy a llevar a Andalucía a todos los órganos de decisión que hay en Madrid. En eso es en lo que estoy, y lo demás es una pregunta que no tiene mucho sentido. Me dicen que soy ambiguo. ¿Y por qué no le preguntan a todos los militantes si se descartan para dirigir el partido? ¿Se descarta Eduardo Madina? ¿Se descarta Patxi López? ¿Emiliano García Page? ¿O Carme Chacón? ¿O cualquier otro? No se puede decir que soy ambiguo porque no me descarto: es que no me postulo. Cuando se trata de un futurible, siempre diré lo mismo: cuando llegue al río, cruzaré el puente, pero es que no me postulo.

-Pero en su partido hay quien defiende que las elecciones primarias deben realizarse lo antes posible, en 2013, por si Rajoy adelanta las generales. Para no cogerles desprevenidos. Rubalcaba asegura que no, que hay tiempo. ¿Cuál es su posición?

-Ése es el elemento que nos falta. Primero, soy partidario de las primarias; segundo, creo que se deben acercar lo máximo posible al calendario electoral. Es decir, no distanciarlas más allá de seis o siete meses antes de las elecciones generales.

-Pero no saben cuándo van a celebrarse las elecciones generales, se supone que en 2015, pero Rajoy las puede adelantar.

-Ahí está ese tercer factor. La situación merece un análisis, pero tenemos a favor, para pensar en ello, que hay una estabilidad en el calendario, y es que el PP goza de una mayoría absoluta; una mayoría disponible, por cierto, para este partido: para este presidente o para el que sea. Existe esa mayoría absoluta para llevar la legislatura hasta 2015, y eso también indica que cualquier alteración sólo puede venir de una situación imprevisible en el plano nacional o internacional o porque se piense que es un buen momento electoral. Esto segundo no lo creo porque lo que ha ocurrido en estas elecciones gallegas y vascas es un desapego hacia los partidos con representación estatal del que se han beneficiado los nacionalistas. Hemos perdido nosotros, pero también el PP, por lo tanto estamos pensando en una legislatura que llegue a 2015, y nuestras primarias deberían estar un poco antes. En cualquier caso, posteriores a las elecciones municipales.

-¿Alfredo Pérez Rubalcaba se debe presentar a las elecciones?

-Ésa es una cuestión que él debe decidir. A partir de ahí, yo me guardaré mi opinión. Más que nunca, porque una de mis responsabilidades como presidente del partido es garantizar esa igualdad de oportunidades.

-¿Un resultado malo en las próximas elecciones catalanas del 25 de noviembre cambiaría esta situación? ¿Debería cambiar, entonces, el statu quo en la dirección del partido?

-No, mi opinión es que no. Las elecciones catalanas verán un avance fuerte del soberanismo, y ello nos exigirá a comprometernos con un futuro en el que deberíamos renovar los consensos constitucionales. ¿Qué significa eso? Pues que hay que cerrar el modelo territorial, que debemos hacerlo con el mismo consenso con el que se abrió, que el desenlace puede ser el modelo federal, el que estamos estudiando, por cierto en Andalucía... Claro, cuando llegue ese momento, y me temo que llegará, Andalucía no puede quedarse al margen. Ésa es toda mi obsesión.

-¿Le parece irrelevante, como se ha dicho por parte del PSOE, que el PSC lleve en su programa el derecho a decidir, que es la sustancia del confederalismo?

-¿El derecho a decidir, qué?

-Pues la independencia. El PSC no quiere la independencia, pero lleva en su programa el derecho a decidir, la opción del referéndum. Que se deje ahí, eso es el derecho a decidir, aunque votarían en contra.

-No, no estamos de acuerdo. La soberanía parte de todo el pueblo español y, si se decide, lo decide todo el pueblo español. Yo no comparto ese principio, pero tampoco está perfectamente definido qué es el derecho a decidir. Pero el PSOE es el PSOE, no es el PSC.

-¿Y no está dejándole el PSOE al PP el hueco para que sean los populares los únicos que defiendan el discurso nacional de España?

-Es que hay dos posturas extremas: una, la del soberanismo, y otra, la del PP, que es la de no mover nada, la de considerar que la Constitución es intocable y que el Estado es el de las autonomías y punto. Y el PSC habla de desembocar en un modelo federal. Así que en estas elecciones hay dos partidos, el PP y CiU, que están proponiendo cosas que saben, además, que no van a estar en el desenlace.

-¿Cómo se expresa esa presencia andaluza en el debate nacional? ¿Con más u otros andaluces en la dirección de su partido?

-No. No aspiro a cambiar la estructura orgánica de mi partido. Lo que quiero decir es que, cuando se produzca este debate, y se va a producir ya, a principios de año, Andalucía no debe tener una voz subordinada. Ahora es imprescindible que nosotros tengamos una presencia allí donde se van a decidir estos asuntos, no me refiero a mi partido.

-No hay ningún tipo de problemas, por tanto, de receptividad de sus propuestas en el PSOE de Madrid, en el federal.

-No, sí me molestan algunas cosas que se han escrito, como que hay jóvenes conspiradores en referencia al vicesecretario general del PSOE andaluz [Mario Jiménez] o a la secretaria provincial de la agrupación más importante [Susana Díaz]. Eso no lo voy a permitir.

-¿Hay una crisis de liderazgo en el PSOE nacional?

-No, la cuestión no es si Alfredo Pérez Rubalcaba es líder, que lo es, la cuestión es si nuestro proyecto está siendo bien visto ahora o si es visto de modo un tanto escéptico por los ciudadanos.

-¿Quizás por qué su proyecto nacional está desdibujado?

-Bueno, por eso vamos a hacer una conferencia política a primeros de año. Y después otra económica. Pero sigo pensando que debemos abordar los problemas de los ciudadanos con más sensibilidad, como hemos hecho ahora con la presentación de la proposición de la dación en pago. Claro, cambiamos la Constitución creyendo que eso serviría para que el Banco Central Europeo se iba a comportar de una manera determinada, que iba a cesar la especulación sobre la deuda soberana, y no sólo no ha sido así, sino que ha ido a peor. Un error.

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