Las piscinas públicas empiezan a abrir: qué precauciones tomar
Las piscinas públicas comienzan a abrir sus puertas para la realización de actividades deportivas.
Protocolo piscinas
El 3 de junio abren las piscinas
El calor no entiende de coronavirus y empieza a apretar en una tierra donde el verano es más llevadero con unas piscinas públicas que empiezan a abrir sus puertas esta misma semana. Desde principios de esta semana, las piscinas públicas estarán abiertas para la realización de actividades deportivas. Los centros que abren, lo hacen tras un proceso de desinfección profundo que va a garantizar la salud de sus usuarios.
En el ámbito deportivo, se permitirá el uso de las instalaciones para entrenamientos, cursos o natación libre con distanciamiento social entre los usuarios, que no podrán exceder la cantidad de cuatro personas por calle para actividades con corcheras y que no podrán superar el 30 por ciento de aforo en actividades sin corcheras como criterio general.
Esta apertura llega tras un esfuerzo inmenso de los centros por garantizar la seguridad de sus usuarios tomando unas medidas que, junto al análisis constante del agua, permitirá disfrutar de las piscinas públicas durante todo el verano. Ahora bien, la responsabilidad no es solo de los centros, las personas que decidan acudir a este tipo de instalaciones deberán "remojarse" de conciencia social y cumplir de manera estricta las indicaciones de seguridad y los consejos de los profesionales que se encuentren en el recinto.
¿Qué medidas de prevención hay que tener en cuenta?
La responsabilidad social es la base de todas las medidas que se toman en los recintos públicos, en este caso, de las piscinas. Las duchas de los vestuarios permanecerán cerradas, aunque sí estará permitido el uso de las duchas de acceso a los vasos, los aseos, o los vestuarios y cabinas de cambio de ropa con uso limitado en función de su capacidad en cada complejo deportivo. Además, será obligatorio el uso de mascarillas en las zonas comunes, así como el de un calzado adecuado, gafas y gorro.
En cuanto al aforo, el protocolo propone como medida restrictiva de aforo "al menos doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos". Aún así, estas medidas son indicativas y "dependiendo de la configuración de la piscina y de la zona pública podrán establecerse medidas más restrictivas para asegurarse el distanciamiento social".
Uno de los encargados de delimitar el aforo será la figura del socorrista que se encargará de supervisar el número de bañistas en cada uno de los vasos y restringir los accesos a los mismos y de acuerdo con la legislación vigente en la comunidad autónoma.
Para el baño libre aún habrá que esperar algunas semanas pero, al menos, la actividad deportiva es el punto de salida a unas piscinas públicas que seguro aliviarán el verano de miles de familias andaluzas.
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