Un pastor de Jaén crea un aceite de oliva envuelto en lana andaluza
Un joven empresario mezcla la agricultura y la ganadería en un solo producto
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Vida Trashumante es nombre del proyecto de un joven pastor de Jaén (Javier Guerrero, 26 años) que, después de haber estado unos años al frente de la explotación familiar de ganado ovino y caprino, ha ampliado el negocio con la producción de un aceite de oliva exclusivo presentado en un envase acompañado de la lana de las ovejas de su explotación.
Guerrero es ganadero y también es hijo y nieto de pastores trashumantes de la Sierra de Segura, pero ahora ha querido ir un poco más allá con un proyecto que busca honrar sus raíces y a sus ancestros, pero al mismo tiempo adaptarse a los nuevos tiempos, ha indicado este joven empresario jiennense, que gestiona una explotación ganadera de 470 ovejas de la raza segureña y otras 800 de la ganadería familiar.
El proyecto que está impulsando lo extrae de sus olivos arrendados en el parque de Sierra Cardeña y Montoro, en Córdoba, el mismo lugar donde sus ovejas van a permanecer durante los meses invernales.
Las botellas de aceite de oliva se presentan en un singular envase decorado con la lana de las ovejas al que han contribuido los artesanos Ana y Francis Tejedores, ganadores del Premio Nacional de Artesanía por su labor en la recuperación de la lana.
Guerrero ha explicado que este aceite "representa el fruto del baile ancestral entre los olivos y las ovejas trashumantes, que se convierten en parte del ciclo de vida del olivo". "Cada gota lleva consigo la esencia de este cuidado entre el olivar y las ovejas. Es el resultado tangible de un ciclo de vida armonioso, un homenaje a la interacción respetuosa entre el olivar y las ovejas trashumantes", apunta el joven pastor.
El turismo como último eje
La tercera pata del negocio de Guerrero es el producto turístico Viaje a la trashumancia, que propone experiencias de ecoturismo para realizar alguna de las etapas que los ganaderos emplean en trasladar sus rebaños desde la Segura hasta los pastos y dehesas de Sierra Morena.
Esta propuesta turística la hace en colaboración con otra emprendedora paisana suya, Yolanda Vizcaíno, una enfermera que dejó su trabajo en un hospital de Bruselas para regresar a su tierra en Pontones y crear la empresa de servicios turísticos Aventura Hernán Pelea.
Guerrero asegura que fue tras un viaje realizado a Tanzania hace dos años cuando le cambió su visión de la vida. "Me cambió por completo la mentalidad y empecé a valorar mucho más lo que tenía y lo que estaba haciendo", resume el pastor andaluz.
Guerrero permanecerá los próximos seis meses junto a su ganado en los pastos de Sierra Morena hasta que, ya en primavera, iniciará el retorno a la Sierra de Segura para completar el viaje de ida y vuelta que marca el rito de la trashumancia, una práctica en peligro de extinción y que Guerrero quiere perpetuar y adaptar a los nuevos tiempos.
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