El pacto trágala

El resto del tintero

Los críticos se indignan con Podemos y claman "respeto", los 'pedristas' admiten que la oferta de Iglesias es inasumible y Pradas, el dirigente más cercano a Díaz, la tilda de "provocación calculada".

Juan M. Marqués Perales

24 de enero 2016 - 06:04

DOS terribles olas se abatieron el viernes sobre la cubierta de la nave de Ferraz. Los efectos de la primera de ellas, la de Pablo Iglesias, pudo ser controlado por el comandante del buque con una apelación al tiempo, ese gran sanador de las incertidumbres. Pero cuando Pedro Sánchez agarró el timón con fuerza y recuperó el rumbo, la ola Mariano volvió a reventar por babor. La nave parecía una cuchara. Rajoy, incorporado al tactismo político, ha desbaratado el plan de Pedro Sánchez para reservarse la mayor parte de los dos meses de plazo legal para negociar su investidura. Una vez que el Congreso hubiera rechazado al PP, lo que se preveía para la segunda semana de febrero, el socialista habría contado con seis semanas para presionar con el tiempo a Podemos, a Ciudadanos y a su partido, la amenaza de unas elecciones repetidas iba a contar a su favor, pero Rajoy ha roto su hoja de ruta. "Pedro, ahí la llevas", pareció decirle Rajoy por segunda vez en el día. Horas antes, Pablo Iglesias le dijo implícitamente lo mismo: "Pedro, ahí la llevas". La propuesta de Gobierno de coalición es un regalo envenenado según muchos socialistas consultados porque, en el fondo, y así lo creen, lo que Pablo Iglesias intenta es reventar al PSOE; por eso, sostienen, fue especialmente duro con ellos, por eso sostuvo que no se fía y por eso estableció la diferencia entre "el PSOE sensato" y "el de Felipe González, Guerra o Susana Díaz".

El acuerdo con Podemos es más difícil hoy que el jueves pasado. La actitud de Iglesias ha terminado por reventar la calma con la que se iba a llegar al comité federal del próximo lunes. Sánchez, sabedor de cómo se calentaron los teléfonos en viernes por la tarde, ha vuelto a virar, y ayer llamó al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en un intento de moderar su propuesta de Gobierno. Aun así, uno de los barones de más peso, Guillermo Fernández Vara, que el que sirvió de sostén a Sánchez en la crisis del 28 de diciembre, ha asegurado en su blog que Rajoy ha desbaratado la estrategia de Iglesias para humillar al PSOE. Después de la retirada táctica de Rajoy, es imposible que consiga un voto de los socialistas, pero buena parte del partido opina que el secretario general no alcanzará un acuerdo aceptable. Además de Podemos, aún necesitaría al PNV y la abstención de ERC y DiL, y el apoyo de Ciudadanos parece incompatible con el de los morados.

Respeto. Ésa es la palabra con la que cientos de militantes se han lanzado a las redes para criticar las palabras de Pablo Iglesias. Junto a esa llamada, dos nombres, el de Susana Díaz y el de Guillermo Fernández Vara, es una apelación a estos dos dirigentes para que salven el nombre del PSOE. Según explicó a este medio uno de los pedristas, están convencidos de que la presidenta andaluza "se está moviendo otra vez", que es una de las que está atizando la indignación dentro del partido. Una persona cercana ahora a Susana Díaz, el ex diputado Eduardo Madina, fue el primero en saltar. A través de Twitter habló del intento de "humillación" de Pablo Iglesias. El anterior secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, se sorprendía en Facebook del extraño clima de negociación que estaba creando Podemos: un buen ataque para comenzar.

"Para llegar a un acuerdo con un partido -sostiene Rubalcaba-, lo primero que hay que hacer es respetar a sus dirigentes, a sus militantes y, por supuesto, a sus votantes. Y luego tener un proyecto para España y para los españoles (…). España es mucho más que la suma de diecisiete comunidades autónomas". De este modo, Rubalcaba ha puesto el acento en los dos impedimentos de un hipotético Gobierno con Podemos: las dudas sobre sus intenciones y la idea de España. El comité federal del PSOE estableció lo segundo como una línea roja, Sánchez no podrá pactar mientras no se retire de la mesa la propuesta de referéndum de autodeterminación, o cualquier otro, pero a ello se han sumado los modos de Iglesias, calificado por un miembro del Gobierno andaluz como "prepotente" y "soberbio".

Antonio Pradas, recientemente elevado por Susana Díaz a presidente de la agrupación de diputados y senadores andaluces, tildó la propuesta de Iglesias de "provocación calculada". Desde Osuna, este sevillano de la Ejecutiva federal atacó la propuesta de Pablo Iglesias como un insulto a los militantes y a los dirigentes.

La propuesta de coalición tampoco ha gustado a los más cercanos a Pedro Sánchez. La idea del secretario general era formar un Gobierno monocolor con los apoyos externos, entre ellos el de Podemos. Un Ejecutivo mixto es bien distinto, y mucho menos con seis ministros morados en las conocidas como carteras de Estado: Defensa, Interior y Exteriores. Sánchez hablará con Podemos, pero no sobre esta base, se apunta desde personas que saben de las intenciones del secretario general. Pero hay que apuntar un hecho más, al que también se refirió el propio Pedro Sánchez en la rueda de prensa del viernes: la negociación se va a abrir también a Ciudadanos y a Albert Rivera. Lo que el socialista intenta es marcar una propuesta de un Gobierno a izquierda y derecha, "de progreso y de reforma", tal como lo ha nombrado.

Susana Díaz, a quien muchos miran estos días, se mantiene en el silencio después de la retirada que protagonizó tras el comité del 28 de diciembre. En privado, los críticos esperan que haya un posicionamiento público de Felipe González en los próximos días. De momento, sólo Alfonso Guerra se atrevió a explicar en Tiempo que lo más probable es que haya un Gobierno del PP con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE u otras elecciones. La retirada táctica de Mariano Rajoy quizás sólo sea un paso facilitador de una legislatura popular y muy corta que daría paso a un nuevo liderazgo en el PSOE. El lunes pasado aún era posible que una parte del PSOE promoviese en última instancia una abstención a Rajoy, pero hoy es imposible, el actual presidente del Gobierno se ha inmolado. Sólo una alternativa a Rajoy dentro del PP podría salvar esta situación. O eso, o la repetición de las elecciones.

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