"Toda la frustración acumulada del paciente termina volcada sobre el médico"

El doctor Gaspar Garrote, secretario del Colegio de Médicos de Cádiz, coordina a los equipos volcados en las agresiones a médicos en las ocho provincias de Andalucía en el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos. Asume también la coordinación nacional del Observatorio de Agresiones a Médicos en la Organización Médica Colegial.

Como máximo representante de los especialistas médicos y experto en los problemas de convivencia en la asistencia sanitaria en el ámbito nacional, tanto en la sanidad pública como en la privada, el doctor Garrote vincula la violencia hacia el médico con la situación que actualmente atraviesa este servicio esencial marcada por la precariedad, el déficit de efectivos, las esperas insoportables y la saturación.

"Es un iceberg: Las agresiones que se comunican a los colegios de médicos. Las agresiones se producen a todo el personal sanitario: las sufre el médico, el enfermero, el auxiliar administrativo, la enfermería, los auxiliares de clínica, celadores... Y afecta otras profesionales sanitarias porque desgraciadamente se agrede a farmacéuticos y a veterinarios", advierte el doctor Garrote.

Hostilidad y falta de educación

Los problemas de convivencia y la violencia hacia el personal sanitario es reflejo de la "falta de educación y la hostilidad a la hora de las relaciones interpersonales. Esta hostilidad provoca que terminen en agresiones situaciones que deberían resolverse con el diálogo y a través de la buena comunicación entre el médico y el paciente", considera el coordinador médico, al incidir que este diálogo se pierde debido a varios motivos:

El efecto del paciente 'quemado'

La buena comunicación entre médico y paciente se pierde porque "no hay tiempo en las consultas, porque el paciente o el familiar llega quemado ante el médico que le va a atender porque lleva mucho tiempo esperando, porque no le han asistido en la atención al usuario... Al final, la cara del sistema es el médico a la hora de la consulta. Toda la frustración acumulada del paciente termina volcada sobre el médico. Las formas se pierden y las diferencias terminan en agresiones al personal sanitario. Este es el problema".

La precariedad, el déficit de es especialistas, las listas de espera son factores que terminan impactando sobre el médico.

Soluciones

Las soluciones por la que apuesta el doctor Garrote pasan por reforzar la formación de los galenos y por concienciar a la administración sanitaria del problema, así como a la ciudadanía.

"Desde la Organización Médica Colegial se están impartiendo cursos online gratuitos a nuestros profesionales para que reciban la formación necesaria y suficiente para que sepan cómo actuar en la consulta cuando percibe que la asistencia toma un cariz hacia la hostilidad. La formación es fundamental.

Lo segundo: Concienciar a la administración para que mejore las infraestructuras e implante el botón antipánico en todas las consultas. Los accesos y salidas de las consultas deben estar diseñados para que los compañeros que vean una situación violenta puedan acceder rápidamente al auxilio del profesional".

El representante de los médicos incide también que la administración debe garantizar la seguridad manteniendo a los vigilantes contratados en centros de salud y hospitales. Otra de las herramientas es la app puesta en marcha por las fuerzas de seguridad del Estado (Alertcops) para dar el aviso a través del móvil.

El doctor Garrote también destaca la función social de los medios de comunicación para dar visibilidad a este problema: "Las personas deben llevarse las manos a la cabeza. ¿Cómo es posible que quien está en una Urgencia o en un centro de salud para ayudar en el sufrimiento, encima sea agredido?".

El doctor Garrote expresa su repulsa y rechazo a las últimas agresiones denunciadas.