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Los muertos por coronavirus en residencias de mayores en Andalucía se duplican en cinco días

Las asociaciones de mayores y la patronal del sector reclaman generalizar los test a residentes y trabajadores, así como más equipos de protección

Uno de los ancianos de la residencia de Alcalá del Valle es trasladado en camilla a una de las ambulancias / Efe
Carlos Rocha

07 de abril 2020 - 20:17

Con la pandemia de coronavirus en proceso de control, el foco sigue constante sobre la situación de las residencias de ancianos. Según los datos aportados este martes por la Consejería de Salud, el número infectados por SARS-CoV2 en Andalucía asciende a 1.153 personas, mientras que se contabilizan ya 162 fallecidos. Son el doble de los 82 que había el pasado miércoles, según explicó el propio Jesús Aguirre. El aumento de los decesos es mayor que el número total de contagiados registrados, que ha aumentado en un 70% en el mismo periodo. Ambos porcentajes son mucho mayores que el crecimiento de las cifras a nivel global en la comunidad.

El dato se conoce cuando se hace público que hasta 24 residentes en un centro de San Juan de Aznalfarache, en Sevilla, han fallecido por las complicaciones del virus. ¿Por qué ocurre esto? Los responsables de estos equipamientos y las asociaciones de personas mayores lo tienen claro: falta de test y escasez en los equipos de protección necesarios. La coincidencia es total entre la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM) y el Círculo Empresarial de Cuidados a Personas de Andalucía (Cecua), la patronal de empresas del sector. El escaso número de pruebas que se hacen, tanto a residentes como a trabajadores ha sido crucial en la expansión del coronavirus en estos lugares. Como explica Martín Durán, presidente de FOAM, hay dos vías por las que el virus puede entrar en los asilos: los trabajadores y los propios residentes después de una visita al hospital.

El aumento de las pruebas, sobre todo para personas asintomáticas, sería la solución más rápida y efectiva. El problema es que hay una escasez de test generalizada. Sin embargo, desde el lunes, la Junta cuenta con alrededor de 230.000 pruebas rápidas que, según dictan los protocolos, irán, sobre todo para personal sanitario y personas que vivan o trabajen en estas residencias de mayores. Si, como parece, se acaban generalizando, tanto FOAM como Cecua solicitan que se hagan tanto a trabajadores como a residentes.

En el caso de los residentes, como apunta el dirigente de la federación de personas mayores, hay que tener en cuenta sus visitas a los hospitales, donde pueden contagiarse del SARS-CoV-2. A este respecto, Durán defiende que debe comprobarse que una persona mayor no está contagiada si hay dudas sobre su posible infección. Además, la propuesta de FOAM es trasladar a los pacientes confirmados -e incluso sospechosos- a los equipamientos medicalizados habilitados por la Junta, como el hotel Alcora de Sevilla o las 10 residencias repartidas por la comunidad.

En este punto hay cierta disparidad con la patronal, que no rechaza los traslados a estos inmuebles, pero recuerda que "hace ya tres semanas" propuso a la Junta proporcionar la atención sanitaria en las propias residencias, como explica Andrés Rodríguez, presidente de Ceuca. "¿Por qué no cuidarlos mejor en su entorno", apunta, al tiempo que recuerda que algunos de estos ancianos tienen probelmas cognitivos e ingresarlos en hospitales podría ser incluso contraproducente.

Más allá de esas diferencias, en lo que coinciden también es en la necesidad de disponer de equipos de protección. "Se les ha declarado personal esencial y deberían tener protección como tal", apunta Rodríguez. La principal reclamación es la llegada de equipos de protección integral, los denominados EPI. "En algunas residencias hay uno para todo el personal", señala Martín Durán, que asegura que "ahora" están emezando a llegar mascarillas y guantes.

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