Más de 30 millones para que los jóvenes en paro retornen a las aulas

El Consejo de Gobierno aprobó ayer la convocatoria de 3.000 becas destinadas a facilitar la reanudación de los estudios a jóvenes desempleados de entre 18 y 24 años con cargas familiares que en su día dejaron inacabadas sus titulaciones. Las ayudas -ya anunciadas en su día por el presidente Griñán- consisten en 400 euros mensuales en diez pagos. El Ejecutivo ha puesto sus miras, sobre todo, en aquellos jóvenes que abandonaron prematuramente sus estudios atendiendo a la demanda de empleo en el sector de la construcción, entonces en época de expansión. La crisis bajó a muchos de ellos del andamio y los mandó a las colas del paro. "Ahora están a tiempo de volver al sistema educativo y conseguir una titulación o reorientar su actividad profesional", dijo ayer la consejera de la Presidencia y portavoz del Gobierno, Mar Moreno, que adelantó que el próximo curso se prevé una inversión total de 32,16 millones de euros para favorecer el retorno al sistema educativo.

Esta convocatoria de becas se incluye en el programa Andalucía Segunda Oportunidad que propicia la obtención de una titulación reglada de Educación Secundaria (obligatoria y postobligatoria). El Ejecutivo autonómico también creará el próximo curso el Instituto de Enseñanza a Distancia de Andalucía y el sistema de acreditación de competencias profesionales adquiridas en la experiencia laboral.

La beca podrá solicitarse hasta el 30 de septiembre. Cuenta con un presupuesto de 12 millones de euros. Los aspirantes deberán cumplir, entre otros requisitos, el ser parados de larga duración que no se hayan matriculado en el sistema educativo el curso anterior, o carecer de un titulación de Educación Secundaria Obligatoria o Bachillerato Técnico. La beca "es muy exigente y se pide que se aprueben todas las evaluaciones y que se asista a clase", advirtió Moreno. En caso contrario, y siguiendo el modelo de la beca 6000, el pago de la ayuda se suspende y sólo se reanuda cundo se recuperan las materias.

Lo que se persigue es la reducción del número de jóvenes que dejan sus estudios una vez que concluyen su etapa obligatoria y no siguen ningún tipo de formación. Esta tasa de abandono educativo temprano alcanza actualmente en Andalucía el 34,7%. Tanto para este colectivo como para las personas adultas que no tuvieron opción de formarse, el programa ofrece distintas alternativas de reincoporación al sistema educativo, desde ciclos específicos de Formación Profesional a planes de cualificación inicial.

En cuanto al Instituto de Enseñanza a Distancia, será el centro docente y de recursos encargado de centralizar la extensión de la formación de segundas oportunidades mediante docencia telemática y aulas virtuales. Por otra parte, el sistema de evaluación de acreditación de las competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral o por vías no formales -que facilitará la obtención de títulos de FP inicial y certificados de profesionalidad- beneficiará a 12.000 personas y se centrará en la acreditación de los perfiles relacionados con educación infantil, emergencias sanitarias y atención a las personas dependientes. Para Moreno, "hay mucho talento que merece la pena recuperar para que amplíen sus horizontes profesionales".