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Abandono y mercado negro, la cara no deseada de una 'lista positiva' de animales

legislación

Aunque el listado de especies prohibidas aún no está elaborado, los veterinarios advierten de las consecuencias de una "tenencia restrictiva"

Los comercios y criadores de animales, ya afectados por el temor a la nueva normativa, protestan hoy en Madrid

Un periquito corta unas ramas de un parque en Málaga. / García Vivas
Pilar Vera

05 de febrero 2023 - 05:00

Listado positivo, listado negativo: Penique marrón, penique marrón, ¿de qué lado caerá mi mascota? La elaboración de un listado de especies aptas, que se puedan mantener en casa, y un listado de especies no aptas, de las que se prohibiría cría, comercialización e incluso tenencia, es la que más estupor (y desinformación) ha causado socialmente respecto a la nueva Ley de Bienestar Animal. En esta peculiar lista de Schindler, obtienen visado automático perros, gatos y hurones: los tres grupos son considerados, según el texto, la cúspide del animal doméstico. Hámsteres, agapornis, gecos, periquitos y demás fauna tendrán que aguardar su destino, ya que el listado aún no se ha elaborado –se establecerá por un comité de expertos como máximo 48 meses tras la aprobación de la ley–.

En principio, el listado positivo no incluirá especies de carácter invasor o que, en caso de escape, puedan afectar al medio natural o la salud de las personas. Pero tampoco incluirá –dice el proyecto– ejemplares de especies silvestres protegidas o no presentes de forma natural en España–excepción hecha de las aves de cetrería y los peces ornamentales–. Esa línea es la que despierta una mayor incertidumbre, aunque también se apunta que el listado positivo puede ir cambiado, incluyendo o excluyendo especies.

Para David Moreno, de EA-Toniza Chiclana, no hay que olvidar que los animales exóticos “tienen un carácter invasor importante, con ejemplos tan claros como el de la cotorra argentina o las tortugas de Florida, que se comercializaban en tiendas”.

Desde luego, nadie va a llamar a la puerta a requisarle el terrario: si ya tiene un animal que no aparece en la lista positiva en el momento de su publicación –para lo que aún falta tiempo–, sólo tendrá que registrarlo. Pero, desde luego, el texto cierra la puerta a todo lo demás. No han de ser pocos los hogares afectados: en España, una de cada tres casas convive con un animal de compañía. Hay más de trece millones de mascotas registradas e identificadas, aunque se calcula que otras tantas están fuera del control oficial.

Ocurre que la creación de una lista positiva pone en el alambre a todo un sector: a falta de concretarse, afecta extraordinariamente a las tiendas de animales –que tendrán, además y de entrada, prohibida la venta de perros y gatosy a las líneas de alimentación de mascotas. Desde AEDPAC, la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Sector Animal en España, se pide a los afectados que se unan a la ‘marea azul’ convocada por los pequeños negocios de mascotas hoy en Madrid.

La firma Cadizoo lleva diez años en la capital gaditana, con dos tiendas en la ciudad. Alfonso se dedica a lo que le gusta: tiene tres galgos y lleva cuidando pájaros toda la vida. Es de Jaén y está familiarizado con el mundo de la caza: algo que piensa es “imposible desterrar de los pueblos, porque forma parte de su vida”, y que arrastra peor fama de la que muchas veces merece, “ya que son los cazadores quienes, en verano, son los primeros en dejar agua para los animales, o en ayudar con los incendios”.

Respecto a la nueva Ley de Bienestar Animal, opina que “no tiene ni pies ni cabeza”. Tan surrealista la encuentra que no cree que, si se aprueba, pueda llegar a aplicarse:“¿Quién la va a aplicar? –se pregunta–. Quienes tienen la competencia son las autonomías. Y, ¿con qué recursos, con qué agentes, con qué veterinarios? Si ya van justos”. Tiendas como Cadizoo computan como núcleos zoológicos:“Un veterinario de la Junta comprueba que todos los animales estén en buen estado”. El Seprona también aparece de tanto en tanto a comprobar que todo esté en orden: “Ellos mismos dicen que no tendrían forma de aplicar en condiciones todo lo que dice esta ley: no hay forma de ponerla en marcha ni controlarla”.

Para Alfonso, parece inconcebible que alguien elabore una ley al respecto sin saber “ni cómo funcionan los animales, ni cómo funciona todo este mundo: la gran mayoría de negocios están muy regulados, no tienen nada que ver con cuando nosotros éramos pequeños, por ejemplo. Quien compra en una tienda, compra con seguridad respecto al bienestar del animal: lo resbaladizo puede estar en compras a particulares”.

La elaboración de la futura lista de especies prohibidas vendría a ser la puntilla al sector: esta campaña de Navidad, con la gente asustada por la famosa lista, ha sido ruinosa. La mitad de la plantilla de Cadizoo, por ejemplo, se dedica exclusivamente a estar pendiente de los animales. “Eso, si no terminamos cerrando, según lo que aparece en el texto”, añade.

Ante el temor a tener un animal 'prohibido', ya se empiezan a dar casos de abandono

Sin embargo, lo peor para Alfonso es que la nueva normativa va a terminar “jugando con el bienestar de los animales”. Si los comercios no pueden vender ejemplares, se fomenta el mercado negro, que no sólo no declara, sino que carece de vigilancia respecto al buen estado de los ejemplares. Y luego está el riesgo de que los propietarios empiecen a deshacerse de sus mascotas: “Aquí ya llevamos varios meses abriendo la baraja y encontrando cajas con animales en la puerta, y no somos los únicos”.

De hecho, este viernes, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) emitía una nota dando a conocer sus temores sobre las consecuencias que puede acarrear la “tenencia restrictiva” de especies exóticas de la ley de protección animal. También según los veterinarios puede favorecer tanto la proliferación del mercado negro –con lo que conlleva de falta de control–, como un abandono masivo de ejemplares por parte de los actuales propietarios, algo que ya ocurrió hace años con la prohibición de la tortuga mora.

Cadizoo formará parte de la convocatoria de la marea azul, que también acoge a los grupos de criadores. Hasta ahora, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), se podía criar a algunos animales exóticos en cautividad mediante certificación y control. Un exótico criado en cautividad, afirman sus defensores, contribuye a que haya un exótico menos arrancado de su lugar de origen.

Desde la Asociación Española de Criadores de Agapornis, por ejemplo, animan a sus socios a acudir a la protesta estatal. Desde Andalucía, han salido varios autobuses desde las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz. En el grupo gaditano ven que todo el sector, también las tiendas, se ha paralizado mucho, “sobre todo en lo nuestro, en los inseparables. Hay miedo a comprar papilleros, a criar, la gente pregunta mucho porque no sabe lo que va a pasar”. De los 120 socios, ya se han dado de baja veinte a la espera de ver qué ocurre este año y algo similar sucede con la cría de canarios.

Para Rosa, de Ecologistas en Acción Huelva, el CITES ya proporcionaba las herramientas necesarias en el tema de la cría y comercialización de exóticos: “Quieres poner más seguimiento, de acuerdo, pero el que compra un periquito no lo maltrata, y compra uno o dos: el problema está en aquellos que tienen animales sin control ni seguimiento ni nada”.

Patricia, de Galgos del Sur, comparte esta sensación de que la nueva ley “se ha quedado para los particulares que tienen a su perro en su casa y esa gente, la gran mayoría, lo tiene en buenas condiciones. No son ellos los que crean el problema”.

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