Ignacio Valduérteles
¿Católicos o calvinistas?
Con la llegada del otoño y las primeras lluvias, los paisajes se transforman y dan lugar a una explosión de color. Los bosques de Andalucía ofrecen durante esta época del año intereantes alternativas de ocio, como son las rutas de senderismo o el turismo micológico. Ambas pueden combinarse fácilmente, pues las setas, además de ser organismos cruciales para la conservación de los sistemas y un ejemplo de biodiversidad, su búsqueda y recolecta es un pasatiempo al aire libre ideal para practicar en familia.
Las setas son asimismo un delicioso manjar, aunque su recogida es una práctica regulada y muchas especies son tóxicas e incluso letales para el ser humano, por lo que conviene saber identificarlas. En Andalucía existe gran diversidad de especies por la cantidad de hábitats en las que prosperan estos hongos. A continuación, te contamos cuáles son los destinos micológicos más destacados en la región, a los que puedes acudir con un aficionado experto, si es la primera vez que vas a recoger setas.
El Parque Natural de la Sierra Norte es reconocido por su riqueza micológica. Se trata de un paisaje plagado de encinas y alcornoques, pero donde también prosperan especies como el castaño, el pino piñonero o el olmo. Entre los puntos más populares para recolectar las setas, destacan los bosques húmedos y sombríos entre Constantina y El Pedroso o algunos senderos en los alrededores de Cazalla de la Sierra o San Nicolás del Puerto. La localidad de El Real de la Jara cuenta con un Punto de Información Micológica.
Al comienzo de la temporada, más cálida y lluviosa, proliferan las amanitas, boletus, faisanes de la jara, chopos y champiñones silvestres. Hacia noviembre, con el frío aparecen los níscalos, las chantarelas, las trompetas de la muerte o la Lepista nuda o pie azul. En enero aún es posible coger gurumelos.
El paisaje de este parque natural es el de un bosque adehesado, con encinas y alcornocales, acompañados de madroños, lavanda, jara y enebro, así como olivos, castaños y huertas. Esta zona de Huelva, en el extremo occidental de Sierra Morena, destaca por un microclima marcado por los vientos atlánticos, dada su mayor altitud y una alta humedad relativa. Este hecho ayuda a la proliferación de setas, como la tana, el gurumelo, el champiñón silvestre o 'josefita', el níscalo, el gallipierno, el tontullo, el faisán o la seta anisada (Clitocybe odora), entre otras especies comestibles.
Los Alcornocales presentan, en honor a su nombre, la mayor masa de alcornoque de la Península Ibérica. Crecen en ambientes soleados junto a los madroños, mientras que en las zonas sombrías se alterna con el quejigo morisco y favorece la abundante presencia de setas. Bajo estos árboles, los aficionados a la micología pueden encontrar desde champiñones y seas comunes como los níscalos o boletus, hasta otras más selectas como las trompetas de la muerte, el marzuelo o el huevo de rey.
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