Las medidas de seguridad para la vuelta al 'cole' en Andalucía
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Como quien no quiere la cosa, el verano más extraño va apagándose. Septiembre se asoma a la puerta y, con él, la vuelta a una rutina en la que, en realidad, habrá de todo menos rutina. Se acaban las vacaciones de los adultos (los que hayan podido disfrutarlas), se acaban los viajes, los días de playa y piscina y, tachán, vuelve el cole.
En el día en el que los niños regresan a las aulas después de medio año sin pisarlas, padres, profesores, directores y los propios alumnos aúnsiguen sin tener muy claro cómo se aplicarán los protocolos.
Las dudas y la incertidumbre son protagonistas, como en casi todo desde que el coronavirus irrumpiera en la vida de los españoles, de una vuelta al cole de la que se conocen muchas normas, y una máxima repetida por activa y por pasiva por todos los estamentos educativos: debe ser segura.
La presencialidad, al menos en las primeras etapas (Infantil y Primaria) es requisito imprescindible. Tanto la administración central como la autonómica, a través del Ministerio y la Consejería de Educación, respectivamente, tenían claro que los niños deben volver a las aulas porque en determinadas edades la educación a distancia directamente no funciona. De hecho, organismos internacionales como la UNESCO, UNICEF, la OMS o la ONU han puesto de relieve el impacto que el cierre de los centros educativos y el confinamiento ha supuesto en la educación, en la infancia y en el conjunto de la sociedad.
La educación a distancia no sustituye el aprendizaje presencial y la socialización y desarrollo que permite el entorno escolar y la interacción con los docentes y entre alumnos y, además, ha generado evidentes brechas de desigualdad.
Tampoco se tiene muy clara la efectividad de cerrar colegios como freno a la expansión de la Covid-19. De hecho, el propio Ministerio ha aludido a diferentes estudios internacionales que ponen en duda el papel de los niños en la transmisión de la enfermedad.
El SARS CoV-2 tiene una diferente dinámica de transmisión que otros virus como la gripe estacional porque afecta principalmente a adultos y personas mayores.
Con todo, y como en casi todo lo relacionado con el virus, las evidencias se cuentan con los dedos de una mano, por lo que el regreso a los colegios se hará, sí, pero con normas y protocolos de seguridad específicos con el objetivo de crear entornos escolares saludables y seguros a través de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud adaptadas a cada etapa educativa y, por otro lado, posibilitar la detección precoz de casos y la gestión adecuada de los mismos a través de protocolos de actuación claros y coordinados con el resto de agentes implicados.
La Consejería de Educación de la Junta ha establecido un conjunto de medidas de seguridad genéricas que cada colegio ha adoptado según sus circunstancias.
En cada uno habrá un coordinador Covid, un docente que dedicará entre tres y siete horas a la semana a tareas de control y vigilancia del cumplimiento de dichas medidas, y una Comisión Covid que, integrada en el Consejo Escolar, contará con un profesional de Enfermería de enlace asignado al centro.
1. Geles y mascarillas
Cada colegio dispondrá de dispensadores de gel hidroalcohólico para el alumnado a la entrada del centro y en las aulas, que deberán usar cada vez que entren o salgan de las mismas.
La Junta calcula que en los colegios andaluces se gastarán 300.000 litros de gel hidroalcohólico cada mes. En el caso de que las manos muestren suciedad (nada raro tratándose de niños), el gel hidroalcohólico no es suficiente, por lo que será necesario usar agua y jabón.
Las mascarillas (como mínimo, de tipo higiénico) son obligatorias en Andalucía para mayores de seis años, por lo que también lo serán en el colegio.
En concreto, en los desplazamientos de ida y vuelta, en la circulación dentro del centro (hacia o desde el aula, en el recreo, camino al comedor, en la ‘fila’ de entrada y salida, etc.). Solo cuando la distancia sea igual o superior al metro y medio y el alumnado permanezca sentado, también en el caso de las relaciones dentro de un grupo de convivencia escolar, no será necesario el uso de mascarilla.
2. Distancia y grupos de convivencia
Con carácter general, se debe procurar una distancia de al menos 1,5 metros en las interacciones entre las personas en el centro educativo, aunque es tarea difícil, por ejemplo, dentro del aula. Por ese motivo se ha creado la figura de los grupos de convivencia escolar, una especie de familia dentro del cole que determinará en la práctica el funcionamiento de los centros porque casi todo girará en torno a ellos.
Los miembros de cada grupo podrán relacionarse entre ellos de modo estable, pudiendo socializar y jugar entre sí sin tener que garantizar la distancia de seguridad. Estos grupos, en la medida de lo posible, reducirán las interacciones con otros grupos del centro educativo, limitando al máximo su número de contactos con otros miembros del centro.
Cada grupo usará una o varias aulas de referencia donde desarrollarán, siempre que sea posible y las características de las materias y asignaturas así lo permitan, toda su actividad lectiva, siendo los docentes, quienes se desplacen por el centro.
También se recomienda que el número de maestros que atienda a cada grupo sea el mínimo posible, procurando que los tutores en Primaria sean los que impartan el mayor número de áreas, si no todas.
3. Evitar aglomeraciones
Otra medida básica: hay que evitar la aglomeración de personas (profesores, personal o alumnado, y por supuesto los padres) en las entradas y salidas del centro.
La Consejería aconseja la habilitación de varias entradas y salidas y el establecimiento de un período de tiempo para entrar (por ejemplo, unos 15 o 20 minutos) o salir de forma escalonada, entre otras.
El colegio también establecerá y señalizará distintos flujos de circulación del alumnado en el centro de forma que se evite la coincidencia espacial y temporal de los distintos grupos en el mismo sitio. El consejo de la Junta es reducir al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro, facilitando en lo posible que sean los profesores quienes acudan al aula.
Con la misma idea de garantizar la distancia de seguridad, la Junta aconseja que no se realicen actividades grupales en el centro, como asambleas, eventos deportivos o celebraciones en el interior.
Además, se deberán establecer normas de aforo en los espacios comunes (bibliotecas, salón de actos, salas de profesores, etc.) y, en el recreo, se tratarán de optimizar los distintos espacios abiertos existentes en el centro, organizando la salida al patio de forma escalonada y sectorizando el espacio para evitar el contacto entre los diferentes grupos.
4. Higiene y limpieza
La Junta ha asegurado que para este curso se incorporarán 8.000 nuevos profesionales a los centros educativos. Más de 6.000 serán profesores y el resto será en gran parte personal de limpieza.
Alrededor de 2.000 personas, número arriba o número abajo, se encargarán de mantener limpio y desinfectado el cole de forma casi continua. Cada centro tendrá su propio Plan de Limpieza y Desinfección (PL+D), que deberá contemplar procedimientos reforzados antes, durante y después del uso de las instalaciones del centro. Áreas comunes, superficies como manivelas de puertas y ventanas, botones, pasamanos, teléfonos, interruptores, sistemas de ventilación y aire acondicionado, material de uso común del alumnado (por ejemplo ordenadores o instrumentos musicales)… deberán ser desinfectados con mayor frecuencia a lo largo de la jornada escolar.
Tan importante como la limpieza es la adecuada ventilación de los espacios, que deberá realizarse de forma natural varias veces al día, con anterioridad y al finalizar el uso de los mismos.
En el caso de los aseos, también deberán tener una ventilación frecuente, manteniendo sus ventanas abiertas o semiabiertas. También se recomienda asignar aseos por zonas del centro, reduciendo así el número de usuarios por aseo y los contactos entre alumnos de diferentes aulas.
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