La Andalucía de la maternidad tardía: crecen las mujeres que son madres después de los 45 años
Sanidad
Más de 400 gestantes en un rango de edad de entre 45 y 49 años dieron a luz en 2021 en Andalucía y 248 lo han hecho en los dos primeros trimestres de 2022
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La maternidad tardía es una realidad y un fenómeno cada vez más común entre las mujeres. Ya no es raro encontrarse con madres primerizas de entre 45 y 50 años en España, parejas que se debaten entre la ilusión de tener hijos y la realidad económica, que va retrasando el deseo hasta el límite, un límite que, en ocasiones, puede ser arriesgado para la salud de la mujer.
Y es que la situación social y económica de los últimos años, tras la crisis del año 2008, es la principal razón que ha llevado a las parejas a atrasar su planificación familiar. Cada vez es más difícil encontrar la estabilidad laboral que permita a las familias crecer y cumplir su deseo genético, que llega una vez están más estables y con capacidad monetaria para mantener a sus hijos.
Todo ello ha hecho que en Andalucía hayan aumentado un 72,9% las mujeres de 45 años o más que deciden tener un hijo en los últimos diez años. El número, en bruto, no es especialmente significativo en comparación con las mujeres de entre 30 y 40 años, que siguen siendo mayoría, pero es una tendencia que continúa en aumento cada año que pasa.
En toda la comunidad autónoma, la edad media de las madres es de 32,7 años, según los datos de las Estadísticas del Movimiento Natural de la Población que publica el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) y que corresponden al segundo trimestre de 2022. En el 33,2% de los nacimientos, las madres tenían una edad comprendida entre los 30 y los 34 años, siguiéndole en importancia el volumen de madres entre 35 y 39 años, con un 28,5%.
Sin embargo, en el año 2012 un total de 259 mujeres de entre 45 y 49 años dieron a luz en Andalucía, mientras que 448 lo hicieron en 2021, casi el doble. Por provincias, Málaga (112) y Sevilla (107) son las que tienen más madres en este rango de edad, seguida de Cádiz (59), Almería (51), Granada (43), Huelva (33), Córdoba (27) y Jaén con 16. En los dos primeros trimestres de 2022, últimos datos disponibles, la cifra alcanza ya a las 248 gestantes.
Esa espera tiene sus consecuencias médicas. El jefe de sección de Obstetricia del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Antonio de la Torre, explica que a partir de los 40 años la fertilidad en las mujeres disminuye considerablemente, por lo que suelen someterse a tratamientos para quedar encinta. El SAS no los cubre a partir de los 40 años, por lo que la mayoría acuden a clínicas de reproducción asistida privadas.
Un embarazo de alto riesgo
Los óvulos tienen la misma edad que la mujer y, después de los 45 años, ya no están en la condición más óptima para conseguir resultados rápidos y de calidad. Una mujer nace con un número determinado de ellos y cuando llega el periodo de fertilidad, tras el desarrollo, cuenta con unos 300.000 ovocitos, los necesarios para quedar embarazada, indica De la Torre.
En la mayoría de los casos, llegada cierta edad, se necesita donantes más jóvenes para llevar a cabo la reproducción in vitro, que es la técnica más frecuente en estos casos, explica el ginecólogo. Para llevar a cabo un tratamiento de fertilidad se verifica que los ovocitos están bien, están estudiados porque los trastornos congénitos o genéticos son más frecuentes en ellos mientras más viejos son. La congelación de los óvulos, por su parte, es una técnica que suele usarse en pacientes que van a recibir algún tratamiento que puede provocar infertilidad, como radioterapia y quimioterapia, y suele ser menos en pacientes habituales por el alto coste que hay que pagar para su conservación.
El embarazo de una mujer de 45 años o más es considerado de alto riesgo no solo por la edad, sino por las patologías que puede desarrollar en esos nueve meses. El embarazo es, de por sí, un estado que es estresante para el cuerpo, indica el médico, a lo que se agrega, en el caso de ser mayores de 40 años, que ya van apareciendo problemas de salud. Las mujeres con patologías, hipertensas, la diabetes o problemas osteomusculares, por ejemplo, son más que en un rango de edad menor. "Es común que se diagnostiquen durante el embarazo patologías que, aunque ya estaban ahí, aún no estaban dando síntomas", advierte De la Torre.
Para el bebé también pueden surgir complicaciones. Aumenta el riesgo de patologías congénitas y el nacimiento de niños con bajo peso o prematuros es más frecuente. Es más común también el aborto espontáneo.
Por todo ello, los cuidados deben aumentar. Según ha explicado el jefe de sección de Obstetricia del Reina Sofía las visitas al médico aumentan y se convierten en mensuales, mientras que se somete a las pacientes a más pruebas para descartar enfermedades. Si no aparece ningún problema "el embarazo puede ser normal y corriente". Además, lejos de lo que se puede pensar, el parto no tiene por qué ser una cesárea, todo va a depender de la paciente, el bebé, su estado de salud y si consta que tiene capacidad para parir por tener hijos previos. "En principio lo sano es un parto por vía vaginal, pensamos que es la forma más sana para la madre y para el bebé", concluye el médico.
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