Los mapas, la nueva cartografía y la Junta
Los autores del artículo reclaman que el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) recupere su velocidad de crucero, ralentizada en los últimos años
Desde la Antigüedad Clásica, con Ptolomeo como exponente, hasta los momentos actuales, la cartografía ha jugado un papel creciente en importancia como herramienta al servicio de los Estados. Durante la Era de los Descubrimientos, Andalucía, y concretamente la Casa de la Contratación de la Sevilla del XVI, jugó un papel protagonista a nivel mundial, pues en ella cosmógrafos de la talla de Américo Vespucio, Juan de la Cosa o Jerónimo Chaves, el primero en ocupar la cátedra de Cosmografía (1552), trabajaron en la conformación de los mapas del mundo más precisos y completos de la época. En los siglos XVIII y XIX, los mapas a una escala de mayor detalle, vuelven a jugar un papel fundamental en la conformación de los estados modernos (carreteras, ferrocarril, catastro, etc.). En esta misma línea, la Junta de Andalucía, consciente de la importancia de este instrumento, se dotó de un Servicio de Cartografía en 1984, que en 1993 devino en Instituto de Cartografía de Andalucía. La producción de este organismo situó a Andalucía en una posición de liderazgo en el contexto de las Administraciones autonómicas, siendo la primera en disponer de un Mapa Topográfico a escala 1:10.000.
Durante la primera década del presente siglo tiene lugar un profundo cambio tecnológico: internet, los Sistemas de Información Geográfica o los GPS y la incesante aparición de nuevas aplicaciones relacionadas con el uso y aprovechamiento de la geoinformación (Google Maps, Tom-Tom, geomarketing, etc.) han supuesto para la cartografía un cambio tan radical que la acepción del propio término se ha quedado pequeña, acuñándose nuevas denominaciones tales como Tecnologías de la Información Geográfica (TIG) o Geomática para esta "Nueva Cartografía". En el ámbito de las administraciones, la consecuencia más relevante ha sido la oportunidad de todas las políticas públicas de aprovechar este impulso tecnológico para la mejora de los servicios al ciudadano. Ordenación del Territorio, Medio Ambiente, Agricultura, Salud, Educación, Protección Civil, Infraestructuras, Turismo, Cultura, Industria, Minería,… son políticas cuyas decisiones, en gran medida, requieren información georreferenciada. Así, todas las administraciones públicas están desarrollando complejos sistemas de información para apoyar sus decisiones en los que esta Nueva Cartografía juega un papel esencial.
La Junta de Andalucía supo afrontar este reto en 2011 con la apuesta de futuro que significaba la unión del Instituto de Estadística y el de Cartografía en el actual Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). Con esta fusión se buscaba integrar, a nivel institucional, la información territorial y la información estadística. Por otra parte, el mundo universitario es un gran demandante de información geográfica de calidad. Desde múltiples departamentos se hace un uso intensivo de los productos y servicios cartográficos de la Junta de Andalucía para labores docentes y de investigación, los cuales constituyen un activo importante como impulso de la innovación y el conocimiento.
Sin embargo advertimos que en los últimos años se ha producido en el IECA un freno o ralentización en la actualización de productos básicos como la cartografía urbana o el propio 1:10.000, así como en la incorporación de nuevos productos cartográficos (información altimétrica "Lidar", por ejemplo), o en la generación de geoservicios web, ya disponibles en otros Institutos Cartográficos. Esta ralentización significa una clara pérdida de oportunidades y competitividad, cuyo impacto en el diseño de políticas territoriales, ambientales y socio-económicas es crítico, al ser también altamente demandados por la sociedad del conocimiento.
¿Hasta aquí ha llegado la crisis económica? o ¿no se considera que la "Nueva Cartografía" tenga ese papel relevante en la gestión eficaz, transparente o simplemente moderna de los recursos y servicios públicos? Si la respuesta fuese Sí a la primera pregunta, y si la crisis está siendo superada, reclamaríamos que se recuperara también el ritmo de crucero que ha tenido el IECA en décadas anteriores y se retomara la senda de la producción de información geográfica de vanguardia. No queremos pensar que la respuesta fuese afirmativa a la segunda pregunta.
Por otra parte, es evidente que para responder a ese reto tecnológico también se requiere personal especializado. Nuestras universidades hace décadas que imparten asignaturas tales como Geomática, Geodesia, Fotogrametría, Teledetección Espacial, Posicionamiento y Navegación por Satélite, Sistemas de Información Geográfica o Gestión de Bases de Datos Espaciales, en distintos Grados, Másteres y estudios de posgrado relacionados con ciencias sociales y ciencias de la tierra (geografía, geología, ciencias ambientales…), así como diferentes ingenierías (civil, agrónomos, montes…) y, específicamente, la Universidad de Jaén oferta un Grado en Ingeniería Geomática y Topografía. Pero sería necesario que se produjera un reconocimiento de estos requisitos de formación en la estructura funcionarial de la Administración autonómica con la incorporación de plazas especializadas en esta materia.
Igualmente, nos preocupa que la reciente modificación de la estructura organizativa del IECA (BOJA de 2 de octubre), en la que desaparece un área dedicada en exclusiva a la actividad cartográfica, pueda suponer el debilitamiento de la presencia institucional de un sector especializado en esta "Nueva Cartografía". Entendemos que esta medida supone un paso en dirección contraria a lo que requiere la Administración y la sociedad andaluza para acomodarse al actual contexto tecnológico. El refuerzo de la Geoinformación es base necesaria para el desarrollo de múltiples sectores en los que Andalucía quiere basar el crecimiento, ya sea el aeronáutico, las smarts-cities, la agricultura de precisión, la e-administración o la gestión sostenible de los recursos naturales. Por tanto, creemos que la Junta de Andalucía, en la búsqueda de ese objetivo, necesita potenciar sus recursos endógenos, y tanto la institución responsable en materia cartográfica, como el sector universitario dedicado a formar a expertos en esta materia, son agentes imprescindibles, cuya labor debe ir acompasada.
Cuando se defiende la importancia de construir en Andalucía una sociedad moderna, competitiva y transparente, desde la Administración pública hay distintas vías para contribuir a ello. Desde nuestra perspectiva y formación, consideramos que reforzar la integración de la Nueva Cartografía sería fundamental y significaría un punto de encuentro evidente entre la actividad investigadora y docente, y la gestión pública.
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