El lento avance hacia la convergencia en Andalucía
Tras cuatro décadas de autonomía, la comunidad ha mejorado sus indicadores económicos y de calidad de vida, pero la renta per cápita se mantiene en el 75% de la media nacional
A punto de cumplirse cuarenta años desde la celebración de las primeras elecciones autonómicas de Andalucía, los indicadores macroeconómicos confirman una evolución positiva de la región en este periodo, aunque el avance es lento y la convergencia con España y Europa está estancada. La renta per cápita, uno de los indicadores que mide la calidad de vida y la convergencia con España, se sitúa en torno al 75% de la media nacional con algo menos de 20.000 euros frente a un promedio de 26.400 euros, aunque se ha producido un avance progresivo a lo largo de estos cuarenta años.
Andalucía, que ha recibido más de 102.000 millones de euros desde 1986, cuando España ingresó en la UE, continúa estando por debajo de la media nacional en todos los indicadores relevantes, y el desempleo sigue siendo hoy, al igual que hace cuarenta años, un problema estructural.
La tasa de paro ha pasado del 24,8% en el año 1981 al 20,2% en el 2021, con 821.800 desempleados, lo que sitúa a Andalucía en el furgón de cola, sólo por delante de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En este periodo, la población ocupada ha pasado de 1,4 millones a 3,2 millones gracias a la incorporación de la mujer al mercado laboral y al notable aumento de la población activa.
A pesar de que la comunidad mejora su posición, es la región con mayores bolsas de pobreza y, según el último informe de la Red Europea contra la Pobreza de 2020, Andalucía registra 2,97 millones de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social, lo que supone un 35,1% de la población.
Los cambios en la estructura económica
En estos cuarenta años Andalucía ha pasado de ser una economía fundamentalmente agraria a una de servicios, uno de los que más riqueza aporta y el de mayor empleo, con un 54% de los trabajadores andaluces, a la vez que el sector primario perdía su pujanza pero la industria agroalimentaria devolvió el protagonismo a la actividad agraria y ganadera.
En los últimos cuarenta años la Reforma Agraria de 1984 en Andalucía y la incorporación de España a la Unión Europea y a la Política Agraria Común han supuesto dos de los hitos más importantes para la regulación y modernización del sector agroganadero. Con 3.540.903 hectáreas, Andalucía concentra más del 20% de la superficie cultivada en España, de los más altos del país. En el 2020, la población ocupada agraria en Andalucía se situó en poco más del 8%, casi del doble de la media nacional, aunque hace 40 años esa cifra se elevaba casi al 13%, mientras que el principal modo de explotación es el de secano, que representa casi el 70% de la superficie de cultivo regional. La frutas, hortalizas y el aceite de oliva suponen más del 80% de la producción agraria andaluza, algo que ha variado poco en 40 años.
La industria también ha ido perdiendo peso en la economía regional hasta rondar el 12%, y destacan por un fuerte desarrollo en la última década el sector turístico, que representan en Andalucía en torno a un 15% del PIB, y también el aeronáutico ha despegado con fuerza en la economía regional al contar con una importante presencia de Airbus en la región y con otros grupos aeronáuticos como Alestis.
El despegue económico también ha sido posible gracias al impulso en infraestructuras, ya que la Red Autonómica de Carreteras presentaba a 31 de diciembre del 2020 2.361 kilómetros son de autovía (en 1980 no había ni un sólo kilómetro). También se ha modernizado la red ferroviaria, que se consolidó en 1992, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla, con la construcción de la primera línea de Alta Velocidad entre Madrid, Sevilla y Córdoba, y posteriormente se extendió a otras capitales como Málaga y Granada.
Cuatro décadas que acabaron con el analfabetismo
El analfabetismo en Andalucía es actualmente casi inexistente, en una comunidad que hace 40 años afectaba a un 11,5% de la población, y que tuvo que empezar a atajar a raíz del traspaso de las competencias educativas en 1982 y la apuesta por incidir en la Educación de Adultos. El 7% de los hombres y el 15,8% de las mujeres eran analfabetos en 1981, según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), que hoy registra el analfabetismo en el 1.90% de los hombres y el 2,85% de las mujeres. Los datos de escolarización, no obstante, reflejan que en el curso 1979-80, en enseñanza infantil había 92.970 alumnos en centros públicos –48.688 niños y 44.282 niñas– mientras que en los centros privados había entonces 33.473 niños y niñas.
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