"Si la legislación se ablanda será una catástrofe para Doñana"
El nuevo responsable del instituto avisa de las amenazas urbanísticas y cinegéticas
Doñana siempre está en el punto de mira. La preocupación por lo que suceda en esta reserva natural única en Europa preocupa a administraciones, conservacionistas y científicos. Estos últimos disponen desde la declaración del parque nacional, en 1964, de la Estación Biológica de Doñana, un centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que se constituye en una vigía permanente de la biodiversidad del espacio. Juan José Negro dirige el instituto desde este verano, tras cuatro años de vicedirector con Fernando Hiraldo.
-¿Qué momento vive Doñana?
-Un momento bueno. A su alrededor tiene 14 municipios con más de 100.000 personas, y es cierto que a veces la convivencia es difícil, pero es aceptable.
-Uno de los problemas crónicos son los pozos ilegales. La Junta ha prometido un plan. ¿Cómo están los acuíferos?
-Es verdad que hay un problema; Matalascañas, por ejemplo, tiene una gran demanda. Las últimas referencias que nos proporciona la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) es que el nivel de aguas subterráneas es bajo, pero no alarmante. Es verdad que algunas reservas como las de Santa Valle o La Dulce, que gestiona el CSIC en el corazón de Doñana, se han secado, y esto es algo que no pasaba desde hace años. Ha bastado un invierno seco para que desaparezcan las lagunas y los investigadores van a estudiar qué ocurre. Hay que poner orden.
-Esta explotación está relacionada con la extensión de cultivos de fresa, que a su vez provoca la desaparición de masa forestal.
-Sí coincide. Hay una pérdida de la corona forestal por explotaciones que incluso pueden ser ilegales. Compartimos esa inquietud con los ecologistas, pero no somos una autoridad competente para denunciar, sí para estar vigilantes.
-Los ecologistas denuncian los vertidos de aguas sucias por la ausencia de depuradoras. La Junta recrimina a la CHG que nos las ponga en funcionamiento después de haberlas construido.
-Doñana tiene problemas de cantidad de agua, pero menos que de calidad, y eso mejoraría sin la presencia de vertidos incontrolados. Esperemos que las depuradoras empiecen a funcionar ya.
-¿Cómo ha influido que desde 2005 las competencias del parque sean autonómicas?
-En una simplificación de la gestión. El traspaso ha sido positivo, no un paso atrás. Ha habido proyectos muy ambiciosos, como Doñana 2005, aunque en los últimos años está algo durmiente. Ahora hay que seguir, por ejemplo, con la recuperación de la zona este de la Marisma, fundamentalmente el Caño Travieso y el Lucio del Cangrejo, actuaciones muy difíciles que necesitan de consenso.
-¿Cuándo estará Doñana plenamente recuperada del vertido?
-Doñana no tuvo un serio revés en biodiversidad. La riada tóxica se pudo contener y no hay evidencias de que haya pérdidas ecológicas como consecuencia del vertido.
-El debate de protección contra desarrollo se intensifica en época de crisis. ¿Preocupa la reforma de la Ley de Costas del Gobierno?
-Cuando concentras población, aunque sea de uso recreativo, lo que querías conservar empieza a tener problemas. En EEUU los parques nacionales se ha llenado de urbanizaciones y ahora hay atropellos de osos o de pumas. En el caso de Doñana, es verdad que hemos oído que se podrían dar relajaciones de una legislación que hasta ahora ha sido garantista. No me preocupa la gran playa del parque nacional, creo que nunca habrá usos distintos de las actuales, pero en el caso de otros espacios con menos calificación, se debe conjurar el riesgo desde las dunas fósiles hasta Mazagón, y existen medios legales para que no haya desarrollo urbanístico. Doñana puede generar beneficios socioeconómicos tal como es; volver al ladrillo sería suicida, matar a la gallina de los huevos de oro en el caso de Doñana.
-Su visión sobre el estado de Doñana es positiva, ¿por qué cree que a veces se pone en duda el mantenimiento de las calificaciones europeas?
-Con Doñana hay que estar muy vigilante. Es un territorio que no se protege por sí mismo como otros de montaña o más aislados. Desde hace milenios Doñana está sometida a influencia humana . Es un parque a nivel del mar y llano, con usos ganaderos, agrícolas, e incluso pesqueros, cerca de grandes ciudades. Hay que poner coto a ciertas actividades que serían agresivas.
-¿También la caza?
-Doñana no es un lugar donde se deba cazar. Hay una propuesta de la federación de cazadores, pero eso desvirtuaría el objetivo de los parques nacionales.
-¿Qué le parece que se amplíe la superficie protegida?
-Mientras otros parques ha recibido mordiscos, Doñana no ha parado de crecer. Comparto que se amplíe el espacio marino y también que los 14 municipios al completo sean Reserva de la Biosfera.
-¿No supondría un freno al desarrollo?
-Lo veo como la plasmación del deseo de contar con el humano para seguir haciendo Doñana.
-¿Cree que Felipe González es la persona adecuada para presidir el Consejo de Participación?
-Sigo pensando que es una jugada estrategia. Es opinable cómo ha llevado la presidencia del Consejo, no ha estado presente en todos los patronatos (dos de cinco), pero creo que fue un acierto de la Junta.
-¿Afectará la desaparición de una Consejería de Medio Ambiente?
-Me preocupa la pérdida de rango. Ahora la persona de mayor importancia jerárquica no es un consejero, y ya no hay una voz que directamente le hable al presidente de problemas ambientales que en esta autonomía son verdaderamente relevantes y constantes.
-De cara al futuro, cómo influyen las decisiones políticas en la conservación.
-Un posible reblandecimiento de una legislación que es garantista, que es buena y que debemos mantener, sería una catástrofe. Cualquier vuelta de espalda a Doñana como espacio protegido y natural emblemático es preocupante.
-¿Teméis recortes?
-Como investigadores ya los estamos teniendo y habría que preguntarles a los gestores del parque, yo no lo sé, pero me temo que sí los están sufriendo. Quizá en este momento estemos bajando un poco de ese nivel óptimo que hemos tenido estos años, pero insisto en que Doñana está en una encrucijada interesante. Hay problemas, pero tienen solución y con los recursos que tengamos lucharemos para conseguir esa Doñana ideal.
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