El juez encarcela al hermano del asesino como cómplice
El testimonio del menor acusado de encubrir el crimen y unas llamadas telefónicas llevaron al juez a ordenar su prisión provisional pese a que el reo negó su implicación
El juez que investiga el crimen de Marta del Castillo ordenó ayer el ingreso en prisión provisional sin fianza de Javier Delgado, el hermano del asesino confeso, por su presunta participación en los hechos, en calidad de cómplice.
El hermano mayor de Miguel Carcaño llegó a los juzgados del Prado de San Sebastián a primera hora de la mañana, poco antes de que se cumpliera el límite legal de las 72 horas para su puesta a disposición judicial, y abandonó el edificio en dirección a la cárcel después de las cuatro de la tarde. Su declaración ante el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla se prolongó por espacio de unas dos horas y media, tiempo en el que Javier Delgado negó con rotundidad cualquier implicación en el asesinato y posterior desaparición de Marta del Castillo.
La implicación del hermano del asesino confeso, que fue detenido el pasado lunes, se ha producido principalmente por el testimonio del menor de 15 años que está internado en un centro como encubridor y por unas llamadas telefónicas cuyo contenido no ha trascendido. El menor ha asegurado que cuando llegó al piso de Miguel Carcaño en la calle León XIII, su hermano estaba presente.
Los investigadores sospechan que Javier Delgado, de 40 años, fue cómplice del asesinato de Marta, bien porque colaborara en las labores previas al traslado del cadáver de Marta del Castillo o porque ayudó a limpiar los restos de sangre en el escenario del crimen.
Frente a estas imputaciones, que el juez Francisco de Asís Molina concretó en ocho folios en el auto de prisión, el hermano de Miguel Carcaño ha negado cualquier participación en lo ocurrido. La Fiscalía pidió su ingreso en prisión provisional atribuyéndole la misma cadena de delitos que el Ministerio Público ha contemplado para los cuatro imputados: un delito de asesinato, un delito de homicidio o un delito de detención ilegal sin dar razón del paradero de la víctima.
Javier Delgado asegura, en cambio, que la tarde del 24 de enero salió de su domicilio de León XIII sobre las 20:30 o 20:40 aproximadamente. El hermano del principal imputado ha declarado que esa noche estuvo con su novia y que no regresó a su domicilio hasta las cuatro o las cinco de la madrugada del domingo, 25 de enero.
Este imputado le dijo al juez que tiene testigos que acreditan esta coartada e insistió en que aquella noche no vio a Marta en ningún momento. Uno de los testimonios que coinciden con su versión es el facilitado por su propio hermano, Miguel Carcaño, que le exculpa del asesinato y de una posible complicidad.
A pesar de que el joven negó toda implicación, el juez decidió su ingreso en prisión provisional, lo que convierte a Javier Delgado en el cuarto sospechoso del crimen que está privado de libertad por estos hechos. La defensa de este joven, que trabajaba como vigilante de seguridad, ha anunciado que presentará un recurso contra el auto de prisión, al considerar que sólo hay en su contra el testimonio del menor de edad y la información procedente de unas llamadas telefónicas.
Después de seis días de una intensa labor instructora, el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla decidió ayer ordenar el levantamiento del secreto de sumario que pesaba sobre las actuaciones desde que se presentó la denuncia por la desaparición de Marta del Castillo. A partir de ahora, los abogados defensores de los cuatro imputados podrán acceder al contenido de la causa y a los documentos y pruebas que hay en contra de los jóvenes.
Miguel Carcaño se encuentra recluido en el nuevo centro penitenciario de Morón de la Frontera desde el pasado lunes, mientras que Samuel Benítez Pérez, que presuntamente intervino en el traslado de la menor hasta la pasarela de Camas desde la que fue arrojada al Guadalquivir, ha sido trasladado hasta la prisión de Huelva.
Por su parte, el menor de 15 años está en un centro de menores, imputado por un delito de encubrimiento a pesar de que la Fiscalía le atribuyó inicialmente la misma gravedad en los hechos que ha planteado con el resto de implicados. La tesis de la Fiscalía parte de que, al no haberse recuperado el cadáver, hay que suponer la hipótesis más grave: que Marta fuese arrojada al Guadalquivir cuando aún se hallaba con vida, lo que supondría que estaba indefensa y su crimen constituyó un delito de asesinato.
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