La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Juanma Moreno ha ido mucho más lejos de lo esperado en su anunciada remodelación del Gobierno andaluz. Los cambios en las consejerías de Salud y de Cultura estaban prescritos, eran lo aconsejable, pero el presidente de la Junta ha dado un paso sustancial al relevar a su portavoz, el almeriense Ramón Fernández Pacheco, que seguirá como titular de Agricultura, por la malagueña Carolina España, consejera de Hacienda, mujer y combativa: el perfil exacto para hacer frente a quien Moreno suponía con mayores posibilidades para ser su contrincante en 2026, María Jesús Montero. Todo lo demás obedece a la voluntad del presidente de no quedar mal con ninguno de los relevados, una actitud llevada al extremo con el nombramiento de Catalina García como consejera de Medio Ambiente, una competencia desconocida de plano por esta parlamentaria jiennense que no ha logrado embridar en estos dos últimos años los graves problemas que atraviesa la Atención Primaria.
Una fuente del PP confirma esta función de Carolina España como marcadora de Montero, pero también apunta a que la consejera malagueña podría ser la sustituta del alcalde Francisco de la Torre, si es que finalmente el octogenario regidor decide seguir los pasos de Joe Biden, con quien alguna vez se comparó al compartir la misma edad. Bien es cierto que el malagueño parece un atleta al lado del presidente saliente.
Por su dimensión -los cambios afectan a siete consejeros-, la remodelación ha sido una verdadera crisis de Gobierno con la que Moreno ha admitido los problemas que había en varias consejerías, pero a la vez que ha revelado una estrategia de final de legislatura que pasa por volver a hacer bandera andaluza de la oposición institucional de la Junta al concierto fiscal de Cataluña. Aunque los cambios se produjeron horas en San Telmo antes de que el PSC y ERC anunciasen un acuerdo para implantar un acuerdo similar a los vasco y navarro, y Moreno tampoco imaginaba que llegase tan lejos, Pedro Sánchez ya había adelantado que iba a apoyar una financiación singular de Cataluña. Finalmente, la aceptación de un concierto similar vasco por parte del PSOE ofrece al PP andaluz el marco político que auguraba, una cesión de máximos a la Generalitat que debilitan la acción del Gobierno central como redistribuidor de la riqueza en España.
María Jesús Montero ha guardado silencio desde entonces, como los principales dirigentes socialistas andaluces, obedientes de la llamada de Ferraz para no posicionarse sobre el acuerdo catalán hasta que Salvador Illa haya logrado su investidura como presidente de la Generalitat. Otros socialistas, sin embargo, sí han avisado a la dirección federal del efecto demoledor que la cesión de la recaudación de impuestos tendrá sobre el partido en Andalucía.
La actual ministra de Hacienda tendrá muchas dificultades para negarse a sí misma, ya que hasta días antes se había manifestado en contra de la cesión de la recaudación de los tributos a Cataluña. Su posición se complica, ella es vicepresidenta del Gobierno y número dos del PSOE a nivel federal, su implicación es máxima en una operación que va en contra de su propia biografía política. Cada martes, la actual titular de Hacienda, Carolina España, le recordará cada una de sus contradicciones.
Julio había comenzado con muy buen viento para el PSOE andaluz. Las sentencias del Tribunal Constitucional favorables a Manuel Chaves y José Antonio Griñán han supuesto un reseteado del caso ERE que ha sido bien aprovechado por Juan Espadas. Su actitud más beligerante con Juanma Moreno ha sido entendida por parte del PSOE como una nueva oportunidad para su líder como candidato en 2026, cambio de opinión que Chaves ha respaldado, lo que tiene su importancia si se considera que es el único ex presidente de la Junta con auctoritas en el partido. La apuesta del secretario de Organización, Santos Cerdán, por el jiennense Juanfran Serrano ha perdido fuerza ante lo que se considera un renovado empuje de Espadas. Sólo la voluntad decidida de María Jesús Montero por ser candidata podría apartar al líder actual de ese camino. Y en estos momentos la vicepresidenta no piensa en eso, sino en seguir en el Gobierno de España y hacer frente al debate que se abrirá a cuentas del concierto catalán. Un alcalde socialista de importancia en Andalucía también apunta a este diario que Montero será una pieza clave en el futuro del PSOE si Pedro Sánchez decide no repetir candidatura.
Horas después de anunciar sus cambios del Gobierno, Moreno reunía al comité directivo del PP andaluz, donde ya se puso el foco en lo que tildan de "la gran traición de una andaluza a Andalucía". “Quien le ha dado al botón de la concesión no ha sido un independentista -sostuvo Moreno-, sino una socialista, una vicepresidenta, que es andaluza para más señas, que además es ministra de Hacienda, y es la que permite la independencia fiscal de Cataluña”. El final de la legislatura de Juanma Moreno ya tiene un argumento: impedir que el concierto catalán salga adelante, para lo que se preparan manifestaciones populares y un arsenal de recursos que terminarán en el Tribunal Constitucional.
Las encuestas pintan muy mal para el PSOE andaluz, y eso es lo que ha sorprendido de Juanma Moreno, que haya abierto al Gobierno en canal cuando apenas se deteriora ante la opinión pública. La sustituta de Catalina García en Salud, la sevillana Rocío Hernández, es una médico especialista en Atención Primaria -de hecho, preside la asociación nacional de estos facultativos-, no está afiliada al PP y se ha caracterizado por un espíritu reivindicativo en su anterior puesto como responsable en el distrito Sevilla Norte-Aljarafe. El cambio en la otra gran consejería inversora es el de Educación, al frente del que se pone Carmen Castillo, que es una conocida en el Gobierno, ya que fue la viceconsejera de Javier Imbroda en este departamento durante la pasada legislatura. De hecho, ella era quien llevaba el peso de la consejería.
Moreno pidió a Patricia del Pozo que saliese de Educación para volver a hacerse cargo de Cultura, ahora segregada de la Consejería de Turismo, donde sigue Arturo Bernal, pero con las competencias de Acción Exterior. Moreno se ha cuidado de no molestar en exceso a ninguno de los consejeros, de ahí las compensaciones. Ramón Fernández-Pacheco, que deja la portavocía, ha sido gratificado con el nombramiento como vicesecretario general del PP andaluz, un tercer puesto en el escalafón que no le aparta de la sucesión de Moreno, cuando ésta se produzca.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios