Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
José Luis de Augusto Gil | Piloto e Ingeniero Aeronáutico
"Quiero que Sevilla vuelva a recuperar su conexión con la cultura aeronáutica". Y cuidado, porque cuando José Luis de Augusto Gil se lo propone, lo consigue. El piloto, superviviente del accidente del A400M de Sevilla, continúa trabajando por que las personas con paraplejia, como él, puedan volver a ponerse a los mandos de un avión o aprender a manejarlos a través del proyecto NewWings, alas nuevas, que desarrolla junto al Real Aeroclub de Sevilla.
Se encuentra entre las profesiones más deseadas por los niños (con el permiso de youtubers, policías y bomberos), y pese a que Andalucía es, tras Madrid, la segunda potencia aeronáutica del país, un halo de sueño imposible parece recorrer la mente de todo padre que escuche a su hijo o hija decir aquello de "Quiero ser piloto”.
Algo así pasaría también, se imagina, con el protagonista de una historia de superación que ha dado la vuelta al mundo. Con 19 años se hizo piloto comercial. Luego, ingeniero aeronáutico y, poco después, se convirtió en ingeniero de ensayos en vuelo del A400M. El 9 de mayo de 2015, uno de aquellos vuelos le pilló a los mandos y, aquel día, volvió a nacer para conseguir retos aún más difíciles de los que ya portaba en su peculiar atillo lleno de éxitos y de lucha.
José Luis de Augusto Gil, uno de los dos supervivientes del accidente del A400M que conmovió a Sevilla y a Andalucía hace poco más de cuatro años, pilota ahora su vida como padre (la pequeña Rosario, nacida en febrero de 2018, el mismo año en que recibió la Medalla de Oro de Andalucía), esposo y, entre otras muchas cosas, responsable del proyecto NewWings –Nuevas Alas, para los menos duchos en el inglés– junto al Real Aeroclub de Sevilla, con el que ha conseguido que personas con paraplejia, como él, puedan volver a conducir una aeronave: "Cuando algo que considerabas que era imposible de conseguir, de pronto ves que lo consigues, pues hace que lo valores mucho más”, dice José Luis sobre poder pilotar de nuevo. Este año ha recuperado su licencia de piloto e instructor de vuelo.
La aeronáutica ha sido "mi fascinación desde niño y todo en mi vida profesional”, asegura, un sector que, por sí solo, representa nada menos que el 1,8 % del PIB andaluz, que sigue en continuo crecimiento y que demanda profesionales cualificados dentro y fuera de las fronteras andaluzas y españolas. José Luis de Augusto sabe que su experiencia puede servir para transmitir a los futuros profesionales del sector "la pasión con la que vivo este mundo” a través de "una historia real de superación y adaptación a las circunstancias”. La pasada semana habló de ello a los alumnos del instituto ADA-ITS de Sevilla, una ciudad que, a su juicio, debe recuperar su conexión histórica con la cultura aeronáutica. Y tiene planes para conseguirlo.
-¿Qué les diría a quienes tienen dudas sobre su futuro en el sector aeronáutico?
-Más que pensar en cosas que no podemos controlar cómo son los ciclos económicos, las cargas de trabajo, etc. debemos de centrarnos en nosotros mismos, en nuestra formación y en intentar ser los mejores en lo que hacemos. Con esta filosofía no tendremos nunca problemas para labrarnos un futuro laboral tanto en este como en cualquier otro sector.
- ¿Hasta qué punto es importante la formación de profesionales en un sector como el aeronáutico sobre otras formaciones superiores?
- La aeronáutica es un campo a la vanguardia tecnológica y donde los niveles de control y calidad son muy elevados. Esto requiere que los profesionales que lo conforman dispongan de una alta especialización cuya única forma de conseguir es a través de una formación de calidad.
-¿A qué nivel están los profesionales de la aeronáutica española?
- Pues se da la paradoja de que España, a pesar de la gran historia aeronáutica que poseemos, tiene en la actualidad una cultura aeronáutica bastante pobre en comparación con otras potencias como Francia, Inglaterra, EEUU, etc. donde la aeronáutica forma parte de la cultura intrínseca del país, fomentada desde hace mucho tiempo desde las instituciones públicas y que ponen en contacto a los niños con la aviación desde etapas muy iniciales. Afortunadamente, aquí en España disponemos de excelentes Universidades y Centros de Formación que suplen en cierto modo esa carencia, consiguiendo profesionales en igualdad de condiciones y conocimientos que pueden competir y compiten en el campo internacional en igualdad de condiciones.
-¿Qué es el proyecto 'Nuevas alas’, y en qué situación se encuentra actualmente?
-El proyecto Newwings nació con el objetivo de compartir y eliminar barreras en la aviación a personas con discapacidad y con ese objetivo seguimos trabajando en la actualidad junto al Real Aeroclub de Sevilla. A pesar de ser un proyecto que nació hace poco más de 5 meses, ya hemos tenido la oportunidad de comenzar a volar con los primeros alumnos que quieren obtener la licencia de piloto privado a pesar de disponer de alguna discapacidad y que se formen en igualdad de condiciones que el resto de los alumnos con total inclusión. Pero no solo eso, en la actualidad estamos trabajando para extender aún más el concepto, realizando bautismos aéreos en colaboración con instituciones y empresas donde fomentar la inclusión a la vez que se experimenta la sensación de volar.
- ¿Qué tal la experiencia de volver a volar?
- Cuando algo que considerabas que era imposible de conseguir, de pronto ves que lo consigues, pues hace que lo valores mucho más. En este caso el poder pilotar de nuevo gracias a la adaptación de una aeronave del Real Aeroclub de Sevilla para personas con paraplejia ha hecho que disfrute, mucho más si cabe, cada uno de los instantes en los que tengo la suerte de estar pilotando una aeronave.
- ¿Qué nuevos proyectos quiere emprender ahora?
- Nos faltaría espacio, pero como miembro del Real Aeroclub de Sevilla y ciudadano de esta ciudad, quiero que Sevilla vuelva a recuperar esa conexión con la cultura aeronáutica de base que se ha ido olvidando desde aquellas grandes gestas de primera mitad del siglo XX, que tuvieron como base Sevilla y concretamente Tablada. Y ese sería el sueño: ver de nuevo los terrenos de Tablada y su pista, que aún existe, convertidos en un centro aeronáutico desde donde diseminar la cultura aeronáutica y excelencia de nuestra ciudad. Lanzo el anzuelo…
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