Investigadores desaconsejan la introducción del bisonte en España
La especie aporta beneficios a la naturaleza ni soporta el calor de Jaén
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Expertos e investigadores de 25 universidades y nueve países han desaconsejado la introducción del bisonte europeo en la Península Ibérica por entender que es incapaz de restaurar ningún hábitat y por considerar que no puede adaptarse a zonas del país que soportan cada año elevadas temperaturas. En Jaén hay una población de bisontes en estado de semilibertad.
Con el título Reasilvestrar a partir de introducciones inapropiadas. El caso del bisonte europeo en España, los expertos han llevado a cabo la primera reflexión científica sobre la introducción del bisonte europeo. Este animal figura como especie amenazada de extinción en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza aunque en los últimos catorce años ha multiplicado por cinco su censo al pasar de 2.400 a 11.000 ejemplares en toda Europa. En 2021, nació en Jaén el primer ejemplar en Andalucía de una manada procedente de Polonia.
El estudio, publicado en la revista de la Society for Conservation Biology y recogido por El País, sostiene que el bisonte no es capaz de restaurar ningún hábitat perdido en España, ni que tampoco puede contribuir a frenar el cambio climático ni operaría como una desbrozadora natural susceptible de prevenir los incendios forestales mejor de lo que pueden hacerlo los herbívoros autóctonos ya existentes.
El estudio indica que los planes de introducción de bisonte europeo en España se han vendido como proyectos de restauración de la naturaleza, aunque, en realidad no cumplen este objetivo. "El bisonte europeo no es capaz de restaurar ningún hábitat perdido en España y es imposible que pueda sustituir al bisonte representado en Altamira, conocido como bisonte de estepa, porque este bisonte prehistórico es una especie distinta, definitivamente extinguida, que vivió en un hábitat, conocido como la estepa del mamut, que tampoco existe en la actualidad", se añade en un estudio liderado por Carlos Nores, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo.
Un estudio anterior sobre los beneficios al animal
Años atrás, un estudio publicado en la revista Biodiversity and Conservation en el que participaron investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas analizó la dieta comparada de tres grandes herbívoros, el bisonte europeo (Bison bonasus), el ciervo común (Cervus elaphus) y el gamo (Dama dama), cuando conviven en la montaña mediterránea. El estudio se preguntaba si el mamífero de mayor tamaño podía tener en los bosques del sur de España un refugio idóneo.
El estudio se efectuó en una sierra de Andújar (Jaén), que tiene un hábitat de monte mediterráneo con encinas, lentisco, lavanda y romero. "La creación de nuevos núcleos reproductores en condiciones de semilibertad es una estrategia para garantizar la supervivencia de la especie, al tiempo que permite aplicar su potencial para restaurar y mejorar la biodiversidad de estas áreas", indica Jorge Cassinello, investigador del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería.
Dudas sobre su verdadera vida en la península
Este artículo no entró en otros detalles, como el papel de la especie en el ecosistema andaluz o su resistencia a las altas temperaturas. Tampoco, como explica el profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, que pueda demostrarse que el bisonte europeo haya vivido alguna vez en la Península Ibérica. Su introducción en la naturaleza sería por tanto ilegal.
"Originario de Europa oriental, si nunca logró habitar ninguna península mediterránea debemos asumir que es incapaz de sobrevivir en un clima tan cálido y árido sin la asistencia humana, que debe proporcionarle el alimento, el agua y los cuidados veterinarios que aquí necesita", sostienen los investigadores. A su juicio, "esta puede ser la razón del importante número de aclimataciones fracasadas por su elevada mortalidad".
Las principales poblaciones de bisontes en España se encuentran en Andújar (Jaén), Extremadura y Castilla-La Mancha, zonas todas ellas que soportan temperaturas estivales por encima de los 40 grados. El profesor Nores entiende que el límite geográfico en el que se mueven los bisontes es de zonas con temperaturas medias invernales de menos cinco grados, algo que en España solo se da en los picos más altos de los Pirineos. El estudio especifica también que "por razones ecológicas, bioclimáticas, legales y éticas, la introducción del bisonte europeo en España es un caso que rebasa los límites del reasilvestramiento razonable".
Consideran que se ha pretendido justificar su introducción "con medias verdades y supuestos nunca demostrados que han aprovechado su icónica imagen como especie emblemática para conseguir una finalidad carente de evidencias probadas". Los expertos creen que se ha explotado su atractivo social y mediático anteponiendo los aspectos emocionales a los estrictamente objetivos "con el fin de generar un ambiente proclive a su introducción, tratando de dar la apariencia de un plan de recuperación de la fauna ibérica extinguida y de que se rescata una especie amenazada".
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