Un hombre se suicida en Granada horas antes de ser desahuciado
José Miguel Domingo fue hallado ahorcado en el patio interior de su vivienda por su hermano. El fallecido había dejado de pagar un préstamo de 240.000 euros que se le había concedido en 2007.
Nadie sabe lo que a una persona se le pasa por la cabeza antes de quitarse la vida. Nadie sabe lo que José Miguel Domingo, un librero de La Chana a quienes unos llamaban Josemi y otros Domingo, pensó cuando, ahogado por una enorme deuda contraída con el banco, decidió acabar con todo horas antes de ser desahuciado.
José Miguel, de 54 años y a quien sus vecinos describían ayer como un "hombre trabajador y afable", decidió ahorcarse el mismo día en que se iba a producir el lanzamiento de su vivienda y su local, situados en el número 15 de la calle Arzobispo Guerrero, en pleno corazón del populoso barrio granadino.
Fue en un patio interior del inmueble donde Paco, hermano de la víctima, halló su cadáver colgado. Ambos tenían sus negocios contiguos en los bajos del edificio: José Miguel regentaba una librería-papelería desde hacía más de tres décadas y su hermano una frutería. A Paco le había extrañado que la persiana del comercio de su hermano permaneciera aún cerrada a las 9:00 de la mañana, ya que solía abrir entre las 8:00 y las 8:30 horas, y al acceder al patio se topó con la trágica estampa.
Según explicaron algunos vecinos, la vivienda, realmente situada en el número 9 de la Calle Zegrí Moreno -los dos negocios son los que dan a la otra vía-, había sido de los padres de José Miguel y, tras fallecer su madre hace cinco años, éste, que estaba soltero, decidió quedarse con la casa.
Ninguno de sus vecinos pensaba que el comerciante tuviera más problemas económicos que los típicos de cualquier negocio en los tiempos de crisis que corren. Así lo afirmaba ayer a los periodistas José Aguilar, que posee desde hace 18 años una tienda de golosinas situada justo enfrente de la librería: "Hablábamos todos los días de todo y se quejaba siempre de que no se vendía casi, pero a mí nunca me ha comentado nada de que tuviera una orden judicial de desahucio". Lo que sí notó José es que su vecino de negocio, "de agosto para acá, estaba como deprimido, más triste, se quejaba más de las ventas; no era el mismo".
El fallecido debía una elevada cantidad de dinero al banco. En 2007 se le había concedido un préstamo hipotecario de 240.000 euros, con los que compró a sus otros hermanos la parte de la vivienda que les había correspondido en el reparto de la herencia tras morir su madre. Dos años después, en 2009, debido a los impagos de las letras, se inició un procedimiento judicial contra él, una ejecución hipotecaria que había seguido todos los trámites hasta llegar al último paso: el lanzamiento de la vivienda y el local .
Como sucede en este tipo de procesos, al afectado se le había notificado con anterioridad la orden de desahucio, que iba a hacerse efectivo ayer. De hecho, después de que la Policía Local acudiera al lugar tras recibir el aviso del hermano de la víctima, aparecieron, sin tener sospecha alguna de lo que había ocurrido con el propietario, los agentes de la Policía Nacional que acompañaban a la comitiva judicial que iba a proceder al lanzamiento del inmueble.
Fue la Policía Local la que primero intervino por tanto en este triste episodio, actuando conforme al protocolo establecido y dando aviso al Juzgado de Guardia y a la Policía Científica para el levantamiento del cadáver, que se efectuó sobre las 10.00 horas.
La noticia del trágico desahucio de José Miguel corrió como la pólvora por el barrio. En los autobuses de las líneas 4 y 9 -que recorren La Chana-, se convirtió en el tema de conversación entre muchos pasajeros, algunos de los cuales identificaron rápidamente al fallecido. Y es que José Miguel era muy conocido y querido en el vecindario. "Ha sido un palo muy gordo", dijo Ascensión Gómez muy apenada, tras indicar que ella siempre había comprado a José Miguel los libros de sus hijos y el material escolar. Gaspar Muñoz, también vecino y cliente de "Domingo", lo describió como "un hombre campechano y buena persona". Otros conocidos colocaron cirios encencidos y flores en el escalón de su comercio en su recuerdo. Durante toda la mañana no pararon de acercarse a la librería conocidos del fallecido, vecinos, curiosos y periodistas.
Una de las personas que se desplazó hasta allí fue un representante de Stop Desahucios, Antonio Redondo, quien, tras indicar que su colectivo desconocía este lanzamiento, recordó que, como viene denunciando su plataforma, los desahucios "no sólo provocan que la gente se quede en la calle, sino que causan enfermedades a sus afectados".
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