Los cinco grupos no saben convivir en la Cámara

La convivencia de los cinco grupos que ocupan escaños en el Parlamento se está volviendo cada vez más dificultosa. En la sesión plenaria de ayer, la escalada de descalificaciones y malos gestos finalizó con los diputados del PP marchándose antes de tiempo y con su presidente, Juanma Moreno, exigiendo "rectificaciones públicas" a Susana Díaz.

Un poco antes, la jefa del Ejecutivo, le dijo: "El único patrimonio que he heredado es la educación, la honestidad, la honradez y la vergüenza, patrimonio del que usted carece".

Pero lo que concluyó con unos de los enfrentamientos más duros entre Díaz y Moreno de los últimos meses empezó en otro lugar, con otros protagonistas. Cosas del efecto mariposa, que aletea en Japón y provoca un tornado en Kansas.

El primer aleteo de ayer en la Cámara se sintió en la tribuna de invitados. De nuevo, varios trabajadores de los servicios de emergencias de la Junta, invitados por Podemos e IU, protestaron por su situación laboral -quieren ser trabajadores públicos, en vez de estar contratados a través de una empresa privada concesionaria- interrumpiendo constantemente la intervención de la presidenta de la Junta.

El alboroto llegó a tal punto que los servicios de seguridad del Parlamento tuvieron que desalojar a los manifestantes. El Pleno se detuvo y los diputados de Podemos e IU se levantaron a aplaudir a los desalojados. Esta situación enervó los ánimos y calentó el ambiente varios grados. Díaz criticó: "Acabamos de presenciar el respeto que tienen algunas fuerzas políticas en esta Cámara por las instituciones".

Entonces, sin tiempo para la distensión, llegó la confrontación con el líder del PP. Moreno preguntó a Díaz sobre la corrupción, en relación a las últimas noticias que han deparado los casos de los ERE y los cursos de formación. "¿Va a pedir alguna responsabilidad o va a tapar como siempre las posibles irregularidades que se cometan en su Gobierno?", interrogó el presidente popular.

En mitad de una atmósfera enrarecida, Díaz le espetó aquello de que carecía de "honestidad y vergüenza". Moreno, jaleado por sus 32 diputados, exigió tener un turno más de réplica por alusiones al presidente Juan Pablo Durán. Éste se lo negó y la bronca subió de tono hasta que los escaños del PP quedaron vacíos.

"No puede ser que tengamos que soportar permanentemente los insultos, que nos llamen de todo en esta Cámara y que cuando uno se defiende de falsedades algunos tengan la mandíbula de cristal", aseguró Díaz.

El PP siguió con la pelea fuera del Pleno, ya por la tarde. Los populares enviaron un escrito a Durán reprochándole no haber respetado el reglamento de la Cámara. El PP considera que el presidente debería haber llamado al orden a Díaz por expresar "conceptos ofensivos para el decoro de un miembro de la Cámara".

La Presidencia convocó una Junta de Portavoces para tratar la bronca vivida en la sesión de control. Sin embargo, todos los grupos, menos el PSOE, solicitaron su desconvocatoria y que el asunto sea manejado próximamente por la Mesa del Parlamento. Quizás en la intimidad de dicho órgano las formas sean más relajadas, porque la atmósfera de la Cámara se está volviendo irrespirable ya que los cinco grupos que la comparten no saben convivir.