El geólogo Raúl Pérez sobre el terremoto en Sevilla: “Las réplicas son algo inherente en un terremoto tectónico”

El Instituto Geográfico Nacional ha registrado un terremoto de 5.5 en el océano Atlántico, que se ha podido sentir en Andalucía occidental

Hablamos con Raúl Pérez, geólogo e investigador en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), para conocer de cerca esta situación

Un terremoto de 5.5 despierta a los vecinos de Sevilla y Huelva

Terremoto registrado al sur de Portugal
Judith R. Iglesias - Redactora

26 de agosto 2024 - 15:34

Este lunes 26 de agosto, un terremoto de 5.5 en la escala Richter se ha dejado sentir en Andalucía occidental. Concretamente, las provincias de Sevilla y Huelva han alertado los efectos de la onda sísmica originada en el océano Atlántico, al sur de Portugal. Asimismo, el seísmo se ha notado también en otros puntos de España, como Galicia.

A las 06:11 (hora peninsular), ha quedado registrado por el Instituto Geográfico Nacional, entidad que también ha recogido algunas réplicas de mucha menor magnitud horas después. “Este terremoto se ha producido en una serie de fallas dentro del Atlántico, donde están los límites de distintas placas tectónicas”, sostiene el geólogo Raúl Pérez, que investiga para el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), en el área de efectos geológicos de terremotos.

¿Por qué en Andalucía?

En sus palabras, “se ha sentido en Andalucía porque el tránsito de la onda sísmica se ha desplazado del epicentro del Atlántico en una dirección noroeste que ha afectado esta zona, además de Galicia; e incluso, se ha sentido un poco también en Ciudad Real”. Asimismo, sostiene el especialista, “se ha producido una respuesta del terreno en aquellas localidades en las que ha habido intensidades II y III”. De manera que, “en edificios de cierta altura se ha podido sentir alguna vibración: el abrirse de la puerta de una alacena o el ligero temblor de una vajilla de cristal”.

“Las réplicas suelen ser de un grado por debajo, como máximo”

Tal y como explica Raúl Pérez, “las réplicas son algo inherente en un terremoto tectónico”. Y esto es lo que podrá experimentarse, en el 90% de los casos, durante las 24 horas siguientes al terremoto principal. Eso sí, “generalmente, las réplicas suelen ser de un grado por debajo. Esto significa que, en un terremoto de 5.5, la réplica máxima que se podría esperar es de 4.5 o 4.6. De manera que, si con el 5.5 lo hemos sentido con una intensidad de II o III, en una réplica de 4.5 no se va a sentir nada. I o II, como mucho, pero es difícil”, añade.

“A veces, además de la réplica se puede producir lo que nosotros llamamos triggering”, indica el geólogo sobre un efecto por el cual “un terremoto dispara otro, como si fuesen dos bolas de billar chocando la una contra la otra”. Aunque, incide en la baja probabilidad de que esto suceda y el hecho de que aún faltan muchas herramientas, modelos y datos para poder predecir el comportamiento sísmico con toda su complejidad.

Estos terremotos son importantes para el estudio sismológico

“Mi trabajo consiste en estudiar los efectos de terremotos y cómo afectan a zonas urbanas. Y nosotros tenemos muy en cuenta estos terremotos”, afirma Pérez. De esta forma, y pese a representar una magnitud moderada-baja, la información que aporta es fundamental para el estudio sismológico. “Si tuviésemos magnitudes más grandes con intensidades más grandes, gracias a terremotos como este sabemos qué zonas podrían verse afectadas”.

“Creamos escenarios realistas donde entraría en juego todas las instituciones (Dirección General de Protección Civil en Andalucía y en España, la Unidad Militar de Emergencias y las diferentes policías locales) y, para ello, nos situamos en terremotos de 6.5. Pero ¿qué utilizamos? Los datos que tenemos de los terremotos 5.5, sobre qué efecto geológico se produce y cuáles son las zonas más afectadas”, argumenta el geólogo y concluye: “Estos simulacros, por ahora, son la herramienta que tenemos para hacer una prevención realista”.

Recomendaciones y precauciones en caso de seísmo

Por último, el geólogo afirma que las recomendaciones que suelen darse “son para zonas tectónicamente activas, cuando se produce un terremoto destructivo”. Asimismo, en el caso que nos ocupa, bastante alejado de esa realidad, “lo que hay que hacer es conservar la calma y seguir las indicaciones del Instituto Geológico Nacional y la Dirección General de Protección Civil”.

De esta forma, el Instituto Geológico Nacional divide sus recomendaciones en tres escenarios: qué hacer antes, durante y después de un terremoto. Así, aconseja en primer lugar contar con una serie de objetos indispensables en estos casos: botiquín de primeros auxilios, linternas de dinamo, agua embotellada y comida no perecedera, silbato, radio con pilas y extintor.

Además, es preciso identificar las zonas seguras, saber cómo cerrar las llaves de agua, luz y gas; y, por supuesto, conocer los teléfonos de los servicios de emergencias.

Durante el terremoto, debemos prestar atención a las diversas circunstancias en las que nos podamos encontrar: alejarnos de muebles, ventanas y lámparas en el interior; alejarnos de edificios, muros y postes eléctricos en el exterior; o detener el coche en un lugar seguro, si vamos conduciendo. Finalmente, después del terremoto es importante atender a algunas pautas, como evitar los ascensores y seguir únicamente las indicaciones de los organismos y autoridades oficiales.

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