Siete años, cinco grados y muchas vallas
"Ya era hora de que empezara", dijo Guerrero al final de la sesión
El frío marcó la llegada de los acusados
Sevilla/"Buenos días, Javier, ¿cómo está?". La pregunta iba dirigida al ex director general de Empleo, Francisco Javier Guerrero, el último de los acusados en el macrojuicio de los ERE que ha llegado a la Audiencia de Sevilla. Guerrero, acompañado por su abogado, Fernando de Pablo, se ha parado en la puerta, se ha girado y ha sonreído a los periodistas que le preguntaban. "Con frío", ha dicho. Dos palabras, acompañadas de una bocanada de vaho, que son la mejor descripción de la mañana de hoy en la puerta del Palacio de Justicia.
Eran las nueve menos cuarto de la mañana. Desde media hora antes habían ido llegando todos los acusados en este juicio que arranca hoy con una sesión de cuestiones previas. El termómetro marcaba cinco grados. A pie parado en la puerta de la Audiencia la sensación térmica es inferior. La Policía ha blindado todo el perímetro de los juzgados y no puede entrar nadie sin acreditación. Los dos edificios, el de los juzgados y el de la Audiencia, están protegidos con vallas y apenas hay posibilidad de que pueda acercarse público a increpar, o simplemente a decirle algo a los acusados.
Tampoco hubiera sido necesario. Hace tanto frío que no hay ni curiosos en la puerta. Y eso que los juzgados de Sevilla es como las obras, un lugar en el que casi todas las mañanas es habitual ver a personas desocupadas esperando la llegada de algún famoso o de algún detenido en un caso sonado. O simplemente de gente con ganas de salir en la tele colándose en los directos de los reporteros que habitualmente entran en directo en sus programas desde la puerta de la sede judicial.
El primero de los acusados en llegar ha sido el ex viceconsejero de Empleo Agustín Barberá. Lo hizo a las 9:18. Unos minutos después han llegado la ex ministra Magdalena Álvarez y el ex vicepresidente de la Junta Gaspar Zarrías. Lo han hecho en el mismo vehículo, un viejo Audi de color burdeos, que los ha dejado en la explanada de la Audiencia. Mientras los periodistas buscaban alguna declaración de Álvarez y Zarrías, ha aparecido otra ex consejera, Carmen Martínez Aguayo. El siguiente en hacer el paseíllo en la puerta de la Audiencia ha sido José Antonio Viera, ex delegado territorial de Empleo.
Los dos ex presidentes de la Junta que se sientan en el banquillo, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, han llegado casi a la vez. Ambos en coche y por separado, se han apeado en el pasillo lateral y recorrido unos metros a pie. Eran las 9:37. Chaves ha entrado con gesto serio y tranquilo, saludado con una mano a la prensa y seguido el camino sin hacer comentario alguno. Iba sin abrigo, como si desafiar el frío supusiera un mensaje de confianza o valentía ante lo que le espera en este juicio.
Instantes después ha entrado Griñán, quien se enfrenta a seis años de prisión. Ha dado los buenos días a los informadores y llegó a pronunciar una frase al bajarse del coche. "Estoy tranquilo, pero no voy a hablar", ha dicho el ex presidente. Se entiende que no hablará con la prensa y sí cuando le toque declarar ante el tribunal.
Ninguno de los acusados ha querido atender a la prensa, que además tampoco podía acercarse demasiado porque estaba en un lugar acotado por vallas. Tendría que ser alguno de los acusados quien se acercara a los informadores si querían comentar algo. Y eso, teniendo en cuenta que había decenas de periodistas, siempre resulta difícil. Así han ido entrando otros ex consejeros como Francisco Vallejo y Antonio Fernández, que han repetido el mismo patrón. Saludo educado y entrada rápida en el edificio.
El último en entrar ha sido Guerrero, sonriente como siempre. Ni en los peores momentos, como su entrada en prisión, ha perdido la sonrisa. "Con frío", ha dicho. El hecho de que hubiera tanta distancia de seguridad ha causado cierto debate entre la prensa, pues hubo algunos informadores que creyeron oír "confío" en boca del ex director general de Empleo. La mayoría se decantó por la opción meteorológica.
Hoy los reporteros combaten el frío a duras penas. Bufandas, gorros, abrigos de plumas, bragas de cuello, forros polares y botas de goretex forman parte del uniforme del periodista acreditado para el juicio de los ERE. También hay guantes, pero la mayoría los lleva guardados en los bolsillos porque necesitan las manos libres para el teléfono móvil. Hay quien lo usa para grabar vídeos de la entrada de los acusados, hacer fotos, entrar en directo en alguna emisora de radio o tuitear. Días como el de hoy se agradecería que alguien inventara un teléfono móvil que se pudiera manejar con guantes. O al revés, unos guantes para el móvil.
Algunos de los cámaras de televisión y fotógrafos de prensa llevan desde primera hora de la mañana en la puerta de la Audiencia buscando la mejor ubicación. Hay poco espacio y on muchos. Algunos fotógrafos han optado por utilizar una escalera, un recurso clásico de los fotógrafos de Semana Santa, para poder tener una mayor altura y sortear así la primera fila de camáras.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha acreditado a 160 periodistas de 40 medios locales, regionales y nacionales. La mayoría de ellos siguen el juicio por televisión desde una sala de prensa, en la que no hay wifi, calefacción ni baños y el audio es mejorable. Por el momento se ha permitido el acceso a la sala de ocho informadores, que no pueden grabar ni tomar imágenes. Para los fotógrafos se ha hecho un pool y la agencia Efe servirá las imágenes a todos los medios acreditados. No ha sido necesario, por tanto, el recurso al dibujante, un clásico de los juicios en los que no se permite el acceso de las cámaras, como el reciente de la Manada celebrado en la Audiencia de Navarra. Canal Sur es la encargada de emitir una señal institucional que se ve en la sala de prensa y con la que se pueden hacer conexiones.
El juicio se celebra en audiencia pública, por lo que está permitido el acceso de cualquier ciudadano que desee estar presente. El TSJA se encarga de entregar al público, por orden de llegada, unas acreditaciones para que puedan pasar por los controles de seguridad. Por el momento han sido diez personas las que han accedido, la mayoría de ellos abogados que han mostrado su interés en la causa. No hay familiares de los acusados, que haya constancia.
También te puede interesar