Los forenses de la familia de la niña de Pizarra niegan que muriese atropellada

Almudena Hidalgo y Antonio Vivar, los padres de la niña, ayer en rueda de prensa, en el centro, junto a su abogado y sus padres. / Daniel Pérez / Efe
M. José Garde

20 de octubre 2017 - 02:43

Málaga/Tres meses después de que el cuerpo de Lucía Vivar fuera localizado sin vida junto a las vías del tren en Pizarra, los padres de la menor hicieron ayer una llamada desesperada para que el caso no se cierre y sacaron a la luz nuevos informes forenses presentados a la jueza que cuestionan el fallecimiento accidental de la niña de tres años. El informe, firmado por los forenses Luis Frontela y Carlos Pérez Agua, y pendiente de ampliación con datos fundamentales como la hora exacta del fallecimiento, establece que la causa de la muerte no fue el impacto del cercanías que recibió la menor "sino uno anterior" y "más pequeño" también en la parte posterior de la cabeza, del que nada se sabía hasta ahora. "Dice claramente que la causa de la muerte no fue el golpe del tren", aseguró entre sollozos la madre de la niña, Almudena Hidalgo.

La familia asegura que será fundamental conocer la hora de la muerte de Lucía "para aclarar la causa de su fallecimiento, si fue una negligencia de uno de los miembros del equipo de búsqueda o por no parar el convoy". La abogada de la familia, Ana Belén Ordóñez, añadió que "hasta ahora todos son conjeturas y queremos que se pruebe lo que sucedió aquella noche". Los padres de la pequeña se presentaron por vez primera ante los medios "rotos de dolor" para cuestionar la investigación de la Guardia Civil sobre lo sucedido en las ocho horas siguientes a que se perdiera la pista de la niña, en plena noche, en una zona de vegetación y con viviendas aisladas. "Me la quitaron", añadió el padre, Antonio Vivar.

Los progenitores creen que la muerte de Lucía "no fue accidental, no se fue andando, sino que fue una negligencia", una certeza que aseguran tener al 99,9% después de conocer las conclusiones preliminares de los dos prestigiosos forenses. "A los cuarenta minutos tenían ya una versión oficial y en los atestados sólo aparecen siete declaraciones, y dos de ellas de familiares", aseguró el padre, que no se explica cómo nadie interrumpió la circulación de los trenes en la mañana del 27 de julio, poco antes de descubrirse el cuerpo. "Cuando me preguntan si la familia no se cree la versión oficial digo que hace aguas por todos lados y que ni ellos mismos se la creen", apuntó el padre tras señalar que los investigadores "dejaron escapar" pruebas como la de la alarma de un vehículo que saltó esa noche a 300 metros de donde apareció el cuerpo, la existencia de colillas o de "coches oficiales".

El padre no se cree que su hija caminara en solitario los cuatro kilómetros que separan la estación de Pizarra, donde la perdió de vista la familia, y el punto donde hallaron el cuerpo. "Nunca se separaba de su madre", dijo el abuelo. De hecho, en las imágenes de las cámaras de la estación se aprecia cómo la menor sale en dirección a las vías y su padre pasó por el mismo sitio cuatro minutos después, junto a las personas que se unieron a la búsqueda. "Mi marido la habría visto y la niña tenía buen oído", apostilló la madre de la menor, Almudena Hidalgo.

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