El fiscal concluye que los Del Valle son culpables "sin ninguna duda"
Sigue pidiendo 23 años de cárcel para Santiago, 3 años por abusos sexuales, al que añade la "vulnerabilidad especial" de que la niña tenía 5 años; y 20 por asesinato.
El fiscal del caso Mari Luz, Alfredo Flores, ha precisado este viernes que el perfil de Santiago del Valle, acusado por el presunto asesinato de la niña, y la prueba practicada durante la investigación, la instrucción y el juicio, "desvirtúan su presunción de inocencia".
Durante su informe, en la que es la última sesión del juicio, ha señalado que "no hay duda razonable" para su culpabilidad, tanto por su perfil, como por su confesión parcial ante la jueza de instrucción en Huelva -que es considerada "prueba directa"- y las periciales.
Sobre el perfil ha manifestado que ha quedado claro que es un pedófilo, "un abusador de niñas que obtiene placer por ello y que traspasó la última de las barreras, la de abusar de sus hijos", y por ello fue sospechoso desde el principio.
Además "no siente consideración, empatía o solidaridad hacia sus víctimas y se jacta de ello" y es un "manipulador" y es por ello, ha indicado Flores, por lo que "nunca ha dicho toda la verdad" y ha dado distintas versiones hasta negar su culpabilidad.
Asimismo, el fiscal ha señalado que Santiago es "muy inteligente", ha usado a su mujer, Isabel García, como "un instrumento", y ha explicado del acusado que "sabe que él o su hermana han de pagar, intenta no ser él pero es tan hábil que intenta que Rosa no se dé cuenta, por eso usa a su mujer".
Ha apuntado que Mari Luz cuando entró en el portal del acusado el 13 de enero tras comprar chucherías "no se asusta, se defiende cuando éste la toca", que después se cae y se golpea y es en ese momento cuando el acusado "pasa de ser un abusador a un asesino" porque con "rapidez y frialdad determina que Mari Luz no podía salir de allí con vida porque si no, iba a tener problemas".
El fiscal ha resaltado que, a pesar de saber que los daños que presentaba la niña eran "mínimos", ya que ni siquiera había sangrado, decidió llevar el cuerpo a un lugar en el que sabía que era difícil encontrarlo (la marisma), momento en el que entró Rosa.
Ha apuntado que Santiago eligió a su hermana porque tenía lo que necesitaba para deshacerse rápido del cadáver, el coche, y que tras contarle lo sucedido "la convence diciéndole que era un problema de los dos".
"Desde el momento que ella colabora se convierte en colaboradora del asesinato porque su participación es clave para que Santiago pueda cumplir su objetivo", según el fiscal, y es a partir de ese instante cuando "saben que se necesitan, acuerdan no delatarse pero se van traicionando poco a poco, sin contar ninguno totalmente la verdad".
Alfredo Flores ha dicho que no tiene duda de que todos lo elementos analizados no tienen más explicación que "la participación" de los acusados en los hechos y que "no puede haber otras personas, las pruebas dicen que no es posible y frente a ello, con todo ese material incriminatorio, no dan explicación creíble y razonable".
Flores mantiene su petición de 23 años de cárcel para Santiago, 3 años por abusos sexuales, al que añade la "vulnerabilidad especial" de que la niña tenía 5 años; y 20 por asesinato, del que "no hay duda" pues se trata de "una muerte sorpresiva, cobarde y sin posibilidad de defenderse" y de un supuesto de dolo directo no eventual, pues se busca el lugar para causar la muerte añadiendo la dificultad de hallar el cuerpo.
De Rosa, ha dicho que es cooperadora necesaria y no cómplice, porque aunque es cierto que está en el "lugar y momento inadecuado, toma la decisión inadecuada", ayuda a Santiago a deshacerse de la menor, "pudo y debió salvar a la niña, fue garante de su vida, y no lo hizo sino que contribuye decisivamente a su muerte en condiciones reprochables por su indefensión", por lo que mantiene su petición de condena de 17 años.
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