La financiación es una amenaza para Andalucía, pero no es la causa de los problemas de la Junta

El Estado entregará en 2024 a la comunidad la cifra récord de 27.910 millones de euros, un poco menos que su peso en la población de las autonomías de régimen común

La oposición afea a Moreno que justifique todas las deficiencias de la gestión al Gobierno de Pedro Sánchez

Moreno reclama unidad contra la desigualdad entre comunidades

Juanma Moreno baja al pleno del Parlamento, este miércoles de debate general. / Julio Muñoz/EFE

El nuevo sistema de financiación autonómica que podría salir de las negociaciones del Gobierno de Pedro Sánchez con los independentistas catalanes es una amenaza real para Andalucía, pero no explica los problemas que Juanma Moreno tiene con algunas de sus consejerías y, en especial, con la de Salud. Tal como el presidente de la Junta ha desgranado en el debate de política general de ayer miércoles, Andalucía debe "rebelarse" ante este privilegio, hace bien en asumir el papel "equilibrador" que la comunidad ha tenido desde la Transición en el modelo territorial de España y acierta en denunciar que ingresa menos que la media, pero eso no puede ocultar que la comunidad recibirá este año, en 2024, una cifra récord de recursos del Estado: 27.910 millones de euros, 3.502 millones de euros más.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que es la pieza a batir de Juanma Moreno, aunque no la hubiera citado en su discurso, no se cansa de subrayar este hecho: ahora en la Junta hay mucho más dinero que cuando ella fue titular.

El Consejo de Ministros del pasado martes aprobó las entregas a cuenta que dará a las comunidades de régimen común, que es el adelanto que se deriva del sistema de financiación. A esta cifra, que en el caso de Andalucía es de 25.061 millones de euros, hay que sumar la liquidación de 2022. De este modo, de la suma de adelantos y liquidación, es como se nutren las comunidades. Para 2024, el Gobierno andaluz dispondrá de 27.910 millones de euros del fondo del Estado, lo que supone una cantidad considerable, pero no del todo equilibrada. Si el peso de la población andaluza entre el conjunto de las comunidades de régimen común -todas menos País Vasco y Navarra- es del 18,8%, la cifra que recibirá la Junta alcanza el 18,1%, siete décimas menos, que da buena cuenta de que hay un desequilibrio en el sistema actual que perjudica a Andalucía.

El nuevo modelo, tal como se desea desde Cataluña, sería mucho peor. Aceptar la singularidad catalana es, como ha explicado Moreno en el Parlamento, aceptar la desigualdad. "¿Esto qué es? Que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres", ha clamado un presidente abrazado a la bandera de la redistribución de la renta como elemento cohesionador de la sociedad. Lo de Cataluña aún está por ver, lo que se ha visto este miércoles en el Parlament no anuncia, precisamente, un acuerdo para investir al socialista Salvador Illa, y sin investidura no habrá negociación fiscal por mucho que el PSOE hubiera adquirido ese compromiso con anterioridad, con motivo de la investidura de Pedro Sánchez.

Gobernar es administrar la escasez

De tal modo que, en efecto, Juanma Moreno ha acertado al abrazar la bandera de la reivindicación financiera, es lo que hizo Manuel Chaves, cuyas estrategias han sido leídas y emuladas por el PP como el más aplicado de los alumnos. Por eso mismo la oposición también hace bien a exigirle a Juanma Moreno que no esconda todas las deficiencias detrás de este asunto. Muchos de sus consejeros lo han asumido y es posible que él también: Andalucía no tendrá más dinero en años venideros por dos motivos. Primero, porque el dinero que recibe del Estado no es una concesión de María Jesús Montero, sino fruto del crecimiento económico español y éste no durará muchos años más, y segundo, porque el mejor modelo de financiación para Andalucía nos situaría en la media de las comunidades, pero no colmaría todas las demandas. Esto último es un imposible, y en eso consiste gobernar.

Juanma Moreno ha asumido que las listas de espera en la sanidad pública provocan "desazón", y en el debate se ha preguntado cuáles son las causas de que, en efecto, haya problemas en el SAS a la vez que se dedica más dinero que nunca a ello. Cita el envejecimiento y la implementación de nuevas terapias como causas de que el gasto sea mayor, pero concluye que la mayor parte de la culpa es la falta de médicos, que achaca a que el Ministerio de Sanidad no favorece la salida de los médicos MIR necesarios.

Como le ha afeado el portavoz de Adelante Andalucía, Ignacio García, lo que no puede ocurrir "es que todos los 28-F hay banderas de Andalucía en todos los hospitales de España", señal de que la comunidad pierde muchos sanitarios cada año porque las condiciones son mejores en otros lugares. "Sus críticas contra Sánchez son su arma de defensa personal", le censuró el socialista Juan Espadas. "Usted no tiene un problema de recursos económicos, usted tiene un problema de desastre en la gestión pública", remató.

Toda la oposición, Vox incluido, ha coincidido en eso, en que el Gobierno de Pedro Sánchez no puede servir de excusa para todo. Este debate es el prólogo a un cambio en el Ejecutivo de Juanma Moreno, cuya profundidad sólo él irá madurando en las próximas semanas. Habrá un consejero más, pero es posible que esto se acompañe de una redistribución de algunas competencias y, quizás, de algún nuevo relevo.

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